La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¡Anda, jaleo, jaleo!
Tras cinco días de protestas en Cádiz, el conflicto del metal da este lunes un salto provincial para llegar hasta Sevilla. Diversos sindicatos como FICA-UGT, CCOO-Industria Sevilla, CGT, SAT, CNT y sindicato de Comisiones de Base entre otros, han convocado una concentración para este lunes 22 de noviembre en el Palacio de San Telmo de la capital hispalense. La cita será a las 19:00 horas y el objetivo, tal como se refleja en los propios carteles de la convocatoria, es "extender la lucha y romper con la paz social".
La protesta del metal supera de esta forma los límites gaditanos tras cinco días de reivindicaciones bastantes intensas y en algunos momentos, violentas. El último acto en la Cádiz tuvo lugar este sábado, una marcha pacífica que recorrió buena parte de la avenida principal de la ciudad y que logró congregar a unas 2.000 personas.
“Hemos perdido quince años”. Ésta es la impresión de un veterano empresario del sector del metal de la provincia de Cádiz, que afronta su tercera semana de parálisis por la huelga convocada por los sindicatos CCOO y UGT para protestar contra el bloqueo de la negociación del nuevo convenio colectivo, que afecta a unos 20.000 trabajadores de la provincia.
La preocupación es máxima por la repercusión de cara a la obtención de nuevos contratos, especialmente en el sector naval. El origen del conflicto es la renovación del convenio provincial del metal, que ampara a los trabajadores de la industria auxiliar que trabajan para las empresas tractoras, como Navantia, Airbus o Dragados Off-Shore en la Bahía de Cádiz, o Acerinox y Cepsa en el Campo de Gibraltar. Estas grandes compañías cuentan con un convenio propio y sus plantillas no están incluidas en la huelga, aunque varios comités de empresa han expresado su solidaridad con las movilizaciones.
La actividad de las grandes empresas sí que está sufriendo un grave perjuicio, no sólo por la acción de los piquetes que impiden el acceso de los trabajadores a sus instalaciones, sino sobre todo por su dependencia de las contratas para el cumplimiento de los compromisos con sus clientes. Como resume un experto en el sector, “Navantia logra los contratos y la industria auxiliar los ejecuta”. Aunque es una frase que admite matices, expresa la íntima relación entre las tractoras y su tejido auxiliar, formado fundamentalmente por una constelación de pymes e incluso microempresas con sede en la provincia y que a veces sólo trabajan con un único cliente. Estas pequeñas compañías no cuentan con la capacidad financiera de las grandes, y muchas se encuentran en una situación muy difícil al prolongarse en el tiempo el conflicto.
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