"La Base de Rota dice mucho de la percepción que tiene EEUU de España como aliado"
José Manuel Albares | Ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación
La relación con Marruecos "debe estar basada en la confianza, en el respeto mutuo, sin acciones unilaterales por ninguna parte", afirma
"No se puede negociar bajo la presión militar", advierte ante la crisis de Ucrania
La negociación del Gibrexit y el restablecimiento de las relaciones con Marruecos ocupan gran parte de su agenda. Esta semana, además, ha visitado Kiev, Lyon y Bruselas en busca de alianzas que impidan la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Estrecho colaborador de Pedro Sánchez, Albares se desplazó a Cádiz el pasado viernes para reunirse con la militancia socialista en Jerez y presentar las monedas de 2 euros conmemorativas del 500 aniversario de la vuelta al mundo de Elcano, en su condición de presidente de la comisión de conmemoración de la efeméride. Antes de regresar a Madrid, hizo parada en la sede de Diario de Cádiz.
-¿Recomienda España a sus ciudadanos que abandonen Ucrania, al igual que ha hecho EEUU?
-Evidentemente, la situación es muy tensa y volátil, como se ha comprobado en las últimas horas. Pero incluso en estas circunstancias, hay que mandar un mensaje de tranquilidad. Porque estamos preparados para cualquier eventualidad. Nuestros planes de evacuación para nuestros compatriotas en Ucrania están listos para ser activados en caso de necesidad. Analizamos permanentemente la situación en contacto con nuestros socios y aliados de la UE y de la OTAN para activar la evacuación si fuera preciso. Hemos insistido en nuestra recomendación de no viajar a Ucrania dada la volátil situación de seguridad y hemos pedido a los españoles que se encuentran en aquel país que consideren seriamente la posibilidad de abandonarlo por los medios comerciales disponibles, mientras persistan las actuales circunstancias. Nuestra embajada en Kiev se mantiene plenamente operativa y a disposición de los españoles.
-¿Hasta qué punto es posible evitar el conflicto armado?
-Hay una presión de 120.000 soldados rusos en la frontera ucraniana, que no se compatibiliza con ninguna necesidad defensiva de Rusia. Pero, al mismo tiempo, los canales de diálogo siguen abiertos, en el consejo OTAN-Rusia, en el seno de la OSCE y en reuniones bilaterales, y esa tiene que ser la vía, al menos es la vía en la que España pone todo su esfuerzo. No podemos permitir volver al pasado, un tiempo en que la guerra era una forma de resolver las diferencias en Europa y no el diálogo y la diplomacia. Un tiempo de esferas de influencias, un tiempo de muros y de vallas, eso es lo que no queremos. Los principios de la construcción europea son la paz, la estabilidad y la prosperidad. Por supuesto, España también está unida con sus socios europeos y con los aliados trasatlánticos en el diálogo, pero también, y lo hemos dicho desde el primer momento, en la disuasión a través de sanciones económicas masivas si fueran necesaria. Pero no es la vía que debemos privilegiar.
-¿Nuestras tropas están preparadas?
-Nuestras tropas llevan años participando en misiones de seguridad del flanco Este de la OTAN en esos países. Pero no es eso lo que deseamos. Lo que deseamos no es que se resuelvan las diferencias que pueda tener Rusia con Ucrania por la vía militar, sino por la vía del diálogo. Ni la OTAN ni la UE tienen agendas ni intereses ocultos. Si Rusia tiene dudas o quiere plantear alguna cuestión sobre la OTAN o la UE, estamos abiertos a hablar con ellos y a crear medidas de confianza, pero es necesario desescalar la tensión. No se puede dialogar bajo la presión militar. No olvidemos que lo que está en juego es la propia legalidad internacional, los principios de la Carta de Naciones Unidas, que en su artículo 2, proscribe claramente el uso de la fuerza y la amenaza del uso de la fuerza. No es posible. Tampoco podemos rechazar un principio consustancial a la construcción de Europa y a dicha carta, como es la integridad territorial de los estados, la igualdad soberana de cada estado, la capacidad que tienen las organizaciones internacionales y europeas para decidir quiénes son sus miembros.
-¿Le chocó que no convocara Biden a Pedro Sánchez en el seno de la war room? Dicho de otra manera: ¿Hasta qué punto son perjudiciales para nuestros intereses que en el seno de la coalición del Gobierno haya voces que apoyen las tesis de Putin?
-Ningún miembro del Gobierno apoya las tesis de Putin. Yo acudí al Congreso a explicar la posición del Gobierno y quedó muy clara. La cohesión del Gobierno se demuestra cada martes en el Consejo de Ministros. Y la posición es una, que está en la diplomacia, la distensión, la desescalada y también, si fuera necesario, que no es lo que queremos, disuasión. Por tanto, no hay discrepancias.
-España va a ser sede, el 29 y 30 de junio, de la Cumbre de la OTAN. ¿Cuáles van a ser las prioridades de esa cita?
-La cumbre va a ser histórica porque se va a aprobar el nuevo concepto estratégico, un documento que va a guiar la vida de la OTAN durante unos diez años. En los últimos diez ha habido cambios muy importantes en la geoestrategia mundial. Hay lecciones que tenemos que extraer, como la situación generada tras la retirada de tropas de Afganistán, que no queremos que se vuelva a repetir. España va a estar en el centro de esa geoestrategia mundial en esos días. La crisis de Ucrania todavía la hace más relevante
-¿Va a ser Ucrania país invitado a esa cumbre?
-El orden del día de la cumbre, las invitaciones... las decide el secretario general de la OTAN y todos trabajamos para crear un consenso en torno a lo que él proponga.
-Las relaciones con Marruecos siguen siendo complicadas. Se han restablecido las conexiones aéreas, pero el estrecho de Gibraltar sigue cortado el tráfico de pasajeros.
-Las relaciones con Marruecos son unas relaciones muy densas, muy complejas también, con intereses y vertientes muy diferentes entre dos países que comparten una misma región, que es el Mediterráneo. Venimos de una crisis, que alcanzó un pico profundo e importante, y estamos trabajando para avanzar en la reconstrucción de una relación del siglo XXI. Esa relación debe estar basada en la confianza, en el respeto mutuo, sin acciones unilaterales por ninguna parte. Eso toma un tiempo porque no queremos cerrar la crisis en falso, para que se reproduzca en x años. Me quedo con las palabras del rey de Marruecos, el 20 de agosto, cuando dejó muy claro que miraba hacia el futuro, que Marruecos también quiere esa relación del siglo XXI y que él supervisaba personalmente ese diálogo. Al día siguiente, el presidente del Gobierno le respondió con el mismo espíritu, refrendado por el Rey Felipe en la reciente recepción al cuerpo diplomático.
-¿En qué medida ha cambiado la situación desde la crisis de mayo de 2021, cuando se produjo la entrada masiva de personas a España desde Marruecos?
-Si analizamos la cooperación de Marruecos en el control de los flujos de emigración irregular, vemos que ha mejorado. Las pasadas Navidades se evitó el salto de las vallas de Ceuta y Melilla de unas mil personas y eso hubiera sido muy difícil sin la colaboración de Marruecos. Vamos dando pasos poco a poco, firmes y sin vuelta atrás.
-¿Daría marcha atrás al tratamiento sanitario que España brindó en abril de 2021 al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali?
-Eso es política ficción. Lo importante es actuar mirando hacia el futuro y en eso estamos, tanto España como Marruecos.
-La posición de España para resolver la crisis del Sahara pasa por llegar a un acuerdo desde la ONU. Eso provoca un punto de fricción con Marruecos.
-Se ha nombrado un enviado especial para el Sahara recientemente, Staffan de Mistura, con el que me he reunido en varias ocasiones, y se ha desplazado a la región en un avión de las Fuerzas Aéreas españolas. España, como país amigo del Sahara, junto con Francia y EEUU, va a trabajar siempre en favor de la resolución de un conflicto que dura décadas y que no debemos permitir que se prolongue más.
-Marruecos quiere que le suministrásemos gas a través del gasoducto que va por el Estrecho.
-Bueno, la vicepresidenta Teresa Ribera ha dejado muy clara nuestra posición. España siempre está dispuesta a atender las peticiones y necesidades de los países vecinos en estos momentos de crisis energética.
El Brexit y Gibraltar
-Otro frente abierto es la aplicación del Brexit en Gibraltar y la creación de un área de prosperidad compartida entre el Peñón y la comarca del Campo de Gibraltar. Tras cinco rondas de diálogo, la negociación entre la UE y Reino Unido está encallada en aspectos clave. ¿Se mantiene en pie la fecha de Semana Santa para cerrar un acuerdo?
-Lo primero que hay que aclarar es que se trata de una negociación compleja en la que estamos por una decisión soberana de Reino Unido, que fue abandonar la UE. Estamos ante dos negociaciones: una, entre la Comisión Europea y Reino Unido -por supuesto, con una coordinación total con España y con una decisión que dependerá finalmente de España- y otra entre España y Reino Unido para aspectos muy prácticos, de asuntos medioambientales, de cooperación policial y aduanera y algunos otros. El objetivo de España es crear una zona de prosperidad compartida en el Campo de Gibraltar. La guía de España es el Campo de Gibraltar y los 270.000 españoles que viven en la comarca. Me reuní con los alcaldes de los ocho municipios en Madrid y cada vez que tomo contacto con alguno de ellos tomo el pulso a la situación. La situación de los trabajadores en Gibraltar está garantizada por un protocolo adicional al acuerdo del Brexit.
-¿Y sobre las fechas?
-Todo lo que afecta al Brexit ha sido complejo y ha habido retrasos. Estamos hablando de un asunto con un fondo político muy importante. Cuando mi homóloga británica, Lis Truss vino a Madrid el 15 de diciembre, los dos estuvimos de acuerdo en que el horizonte ideal sobre el que teníamos que trabajar era más o menos en torno a la Semana Santa. Lo que le puedo garantizar es que por nosotros no va a quedar.
-Hacen falta dos para bailar un tango, como dijo su antecesora, Arancha González Laya.
-Hacen falta dos para bailar un tango, por supuesto.
-¿Y Reino Unido quiere bailar ese tango o va al son de otra música? Da la impresión de que desde hace meses hay un tira y afloja sin avances. ¿Dónde están las líneas rojas? ¿Si hay acuerdo, a costa de qué?
-A costa de nada, desde luego. Ese acuerdo debe ser un acuerdo a favor de la prosperidad de todo el Campo de Gibraltar, por supuesto; a favor de solucionar aspectos prácticos, de la vida de las personas que viven en la comarca. Hay una parte importante que ya está acordada, aunque hasta que no esté todo acordado no hay nada acordado. Y no puedo entrar en detalles. Tengo la impresión de que estaremos todos remando en la misma dirección.
-¿La sexta ronda será la definitiva o puede que haya alguna otra más?
-Habrá las rondas que sean necesarias para llegar a un acuerdo bueno, equilibrado y que salvaguarde los intereses de España. Lo importante es que no perdamos de vista el objetivo: la creación de una zona de prosperidad compartida. ¿Cuál es la alternativa? ¿Que se aplique a rajatabla la legislación europea de fronteras? No es lo que deseamos.
-¿Usted defiende más la cosoberanía que el Gibraltar español?
-Lo que queremos es una zona de prosperidad compartida sobre la base de aspectos muy concretos: medioambiente, cooperación policial y aduanera y otros aspectos.
-La semana pasada, la Royal Navy provocó tres incidentes en aguas próximas a Gibraltar. ¿Qué se le pasa por la cabeza cuando ve las imágenes de ese patrullero embistiendo reiterada e intencionadamente a la embarcación de Aduanas? ¿Usted entiende el malestar que sienten los miembros de Aduanas, la Policía Nacional y la Guardia Civil ante a esos ataques, ante ese hostigamiento reiterado? El año pasado hubo, al menos, otros dos episodios muy similares.
-Desde el Ministerio de Exteriores siempre reaccionamos cuando se producen incidentes y elevamos las oportunas protestas. Y una segunda reflexión: todo esto demuestra la necesidad de alcanzar un acuerdo, en que esas relaciones se conviertan en relaciones virtuosas y de cooperación mutua, en vez de enfrentamiento.
-No parece que ese tipo de actuaciones por parte de las fuerzas militares de Reino Unido sean la mejor tarjeta de presentación.
-Desde luego, como decíamos antes, se necesitan dos para bailar un tango. La mano de España está tendida para alcanzar esa zona de prosperidad compartida. No podemos caminar nosotros solos.
-¿Es necesario reforzar, incentivar de alguna manera a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en el Campo de Gibraltar? Y no sólo por situaciones como éstas, sino también por las derivadas de la lucha contra el narcotráfico. Ya sabemos que esto último no es una materia estrictamente de su ministerio.
-Efectivamente, no me compete esta materia.
-Lo decimos por la propuesta de singularidad del Campo de Gibraltar.
-Sí, pero no quiero entrar en las competencias de otro colega del Consejo de Ministros.
-¿España tiene listo un plan b si finalmente no hay acuerdo y llega un Brexit duro?
-Por supuesto, España está preparada para cualquier eventualidad.
-¿Con qué tipo de medidas?
-Bueno, no avancemos escenarios que no están, porque lo que sí quiero subrayar es que todo el esfuerzo es para alcanzar ese acuerdo. Y las rondas de negociación se suceden.
-Gibraltar ha advertido este jueves a sus ciudadanos, y en el fondo también a los españoles, sobre la posibilidad de que el paso fluido por la Verja se corte en caso de que se produzca ese Brexit duro. Hay un acuerdo no escrito entre Reino Unido y España para que no haya unos controles demasiado estrictos. ¿De qué depende que ese paso fluido se mantenga o no?
-Las pequeñas fricciones puntuales que pueden surgir en cualquier momento, lo que ponen de relieve es la absoluta necesidad de alcanzar un acuerdo. Mientras seguimos negociando haremos todo lo posible para que la vida cotidiana de las personas del Campo de Gibraltar no se vea afectada en absoluto.
Las bases de Rota y Morón
-A propósito de la Base de Rota, la nueva embajadora de EEUU, Julissa Reynosso, ha destacado que sigue siendo una prioridad. ¿Hay novedades respecto a la posibilidad de ampliar el escudo antimisiles con otros dos barcos?
-Mire, las bases como las de Rota y Morón son muy importantes para nuestra relación con EEUU. Cuando se produce la salida de Afganistán, el presidente Biden llama al presidente Sánchez para solicitar el uso para el tránsito de sus colaboradores afganos, y eso demuestra dos cosas: la capacidad logística de esa base, lo que dice mucho de España, Rota y Andalucía, en la gestión de la base; y también la percepción que tiene EEUU de España, de los españoles, como un aliado fiable y creíble. Y por lo tanto, esa base es un nexo de unión con EEUU. Sobre los planes futuros, no entraré en ningún detalle.
-Y después de que trasladaran la fuerza militar de respuesta rápida desde Morón a Italia, ¿le preocupa que EEUU adopte alguna decisión militar con respecto a Rota?
-En absoluto, la embajadora lo ha dejado claro; la solicitud del presidente Biden al presidente Sánchez, incluso la geoestrategia de estos días en que la crisis de Ucrania está tan presente, hacen de estas bases algo todavía más importante.
-En cuanto a Marruecos, ¿qué sabemos del encargo de la patrullera que realizó el invierno pasado a Navantia?
-Mire, no quiero entrar en detalles de contratos de empresas. Lo que sí le puedo decir es que la calidad de Navantia y de sus productos es algo que constato en mis viajes. Muchos de mis homólogos se interesan por Navantia o me hablan de la calidad de sus productos allí donde voy. Le auguro un futuro muy grande a la empresa, y a la empresa aquí.
México y López Obrador
-¿Le han sorprendido las palabras de López Obrador sobre nuestro país y sus empresas?
-El mensaje que hemos dado es muy claro: rechazamos tajantemente las declaraciones del presidente de México, que son completamente injustificadas. Ni España, ni sus empresas, ni el Gobierno español han hecho ninguna actuación que las merezca. Cuando uno repasa las cifras y los lazos que nos unen... Son históricos, lingüísticos, culturales, pero también son económicos: hay más de 7.000 empresas españolas en México y España es su segundo país inversor; 300.000 mexicanos empleados por empresas españolas de manera directa y más de un millón indirectamente; 25.000 millones de inversión mexicana en España, que crece también. Esa relación entre dos pueblos que, además, son hermanos, no está pidiendo una pausa. Los casi 200.000 españoles que viven en México y los 30.000 mexicanos que viven aquí, lejos de una pausa, lo que piden es que los gobiernos acompañemos esta relación. Pero nadie se puede llevar a engaño: el Gobierno siempre defenderá los intereses de España y de los españoles ante cualquiera y, por supuesto, su honorabilidad.
-¿Y qué le duelen más: las palabras de López Obrador o que sus socios de Gobierno, en sintonía con el mandatario mexicano, también pidieran a Felipe VI que se disculpara por "los abusos de la Conquista"?
-Miren, las declaraciones del presidente López Obrador -y hemos sido muy claros en un comunicado oficial- son palabras que hizo ante periodistas de manera más o menos informal, y él mismo las aclaró matizando porque no se trata de una ruptura diplomática. Pero nuestra respuesta sí es oficial. Nuestros socios de Gobierno están unidos también en esta respuesta a López Obrador. La vicepresidenta Yolanda Díaz llamó a que me dejasen trabajar con tranquilidad siendo solidaria de esa posición. No hay duda, el comunicado que hicimos habla del Gobierno de España y no de una parte.
Crisis en el Sahel
-Hay una situación muy complicada también en el Sahel. ¿Podría provocar a medio o largo plazo una presión migratoria hacia España? ¿Cómo observa usted la situación que se da en esta zona de África?
-El Sahel es una zona muy preocupante desde hace años, por eso estamos allí militarmente. No olvidemos que Mali estuvo a punto de convertirse en un califato yihadista, que el yihadismo sigue presente, que todo tipo de tráficos ilícitos, trata de seres humanos, tráfico de armas, todo tipo de estupefacientes transita por el Sahel. Y lo que vemos es una involución de regímenes que eran más o menos democráticos a juntas militares en toda esa franja. Por tanto, por supuesto, los motivos que nos llevaron a estar presentes en el Sahel se mantienen. Y la preocupación, se mantiene. Muchas de las cosas que terminan en las costas de Andalucía, a las que nos enfrentamos, esos retos y desafíos que transitan por el Mediterráneo, tienen su inicio y su punto de arranque en el Sahel. Estando allí defendemos la seguridad de España de manera avanzada.
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