Jóvenes excelentes

Marina Murillo, 24 años, es de San Fernando, de la calle Fragata, hija de Manuel y Ascensión, estudió en el colegio Raimundo Rivero y en el Instituto Bahía , y se licenció en Matemáticas en la Universidad de Cádiz; sus méritos le granjearon una beca premio de La Caixa para hacer en Valencia un máster de investigación matemática, y ahora hace el doctorado de cuatro años en la Universidad Politécnica de la ciudad del Turia. En este 2011 obtuvo una beca de La Caixa por tener el mejor expediente académico de todos los egresados en España en 2010, con una nota media de 9,9.

José Miguel del Pino, de 18 años, es de Algeciras, hijo de Juan Carlos y Cristina, ha estudiado siempre en el Colegio La Inmaculada, hasta que empezó este año su carrera de Ingeniería Industrial en Sevilla. Este verano obtuvo con un 9,925 la mayor nota de la provincia en las pruebas de selectividad. Su nota media en bachillerato fue de 10. Ninguno de estos datos estadísticos y familiares es insignificante, seguramente, en su carrera.

Las décimas que les faltan a estos dos jóvenes, aficionados a la lectura, para llegar a la perfección son las que los convierten en seres de carne y hueso. Para este Diario, Marina y José Miguel son sin duda los personajes del año en la provincia, los protagonistas esperanzadores de un 2011en el que las malas noticias se acumularon hasta el hartazgo, los símbolos deseados de que la constancia y el esfuerzo serán tal vez la fórmula para sacar a esta tierra. Será bueno cederles la palabra a dos gaditanos que creen en el futuro y que no tienen miedo y sí ilusión por salir fuera a trabajar. Y que, vaya por dios, tienen a Alemania como ejemplo.

Marina bromea (tal vez el humor también nos salve) con su año: "En general ha sido muy bueno, ¡he saltado a la fama! Aunque siempre se puede mejorar, no me puedo quejar, tengo trabajo, tengo salud..." En cambio,José Miguel lo califica como de "diferente", y se muestra legítimamente orgulloso de haber destacado en selectividad, y aunque no lo dice se le nota ilusionado por el "cambio de vida" que supone irse de su casa, vivir en Sevilla, estudiar en la Universidad, muchos giros que le han hecho "crecer como persona".

Listos que son, enseguida adivinan por qué los hemos elegido como personajes del año. Dice Marina: "Supongo que para dar una visión un poquito más positiva de lo que ocurre hoy en día, y para dar esperanzas e incentivos a la juventud de que se puede seguir adelante". "Ver a una persona que ha conseguido algo grande dará seguramente motivación a los demás para esforzarse en conseguir lo que quiere", aventura José Miguel.

Sin embargo, cuando se les pide su opinión sobre la situación del país, el espontáneo "¡puff, fatal!" de Marina es esclarecedor: "Lo veo mal, sobre todo para la gente que está acabando la carrera ahora, y la verdad es que la situación no anima. Yo he tenido suerte porque no he terminado justo en este momento, pero al menos confío en que mejore, porque peor no podemos estar". "Un poquito regular", define José Miguel, que precisamente está empezando la carrera ahora, y teme que como muchos podría acabar sin trabajo al que recurrir "después de años de esfuerzo". "Las empresas no contratan, hay menos becas...", resume Marina.

Les pedimos que nos cuenten la receta de su éxito, por si fuera posible copiarla a España. Marina empieza: "Con mucho esfuerzo, haciendo algo que te guste, y dejando claro que hay tiempo para todo, que no es sólo estudiar; una buena organización es más importante que otra cosa, y no es tanto la inteligencia como la constancia y el trabajo". José Miguel concuerda: "Sobre todo, es ponerte tú el límite y decir 'yo me quiero sacrificar hasta aquí', organizarte el tiempo. La gente piensa que la gente que destaca, no hace otra cosa que estudiar, y de eso nada, yo estoy muy contento con mi vida, me divierto tanto como cualquier otro. La importante es estudiar. No todos pueden sacar un diez, pero muchos más pueden llegar al siete".

Respecto al nivel académico de su entorno estudiantil, Marina tiene una visión buena: "Normalmente, la gente que está estudiando Matemáticas, primero les gusta y luego tiene unas capacidades mínimas. Yo tengo compañeros muy buenos". José Miguel tiene el diagnóstico sobre el gran fracaso escolar: "La causa es la falta de interés, como si la juventud no fuera consciente de que realmente es importante estudiar. Se concentra todo, salvo excepciones, en divertirse. Creo que no piensan en que eso vaya a repercutir en su futuro". Marina completa esta visión al opinar que "realmente, sólo un mínimo del fracaso escolar se puede atribuir a gente que realmente no tiene capacidades".

No son perfectos, desde luego: "Para todo no se puede servir, yo por ejemplo soy muy mala en Letras, y negada completamente en música y arte, admite Marina". "Yo estoy seguro de que me meto en una carrera de Letras y no la termino", confiesa José Miguel. Y en su vida privada, tampoco se han sentido especiales por sus aptitudes para el estudio, ni admirados ni escarnecidos. Ellos son buenos, muy buenos, pero desgraciadamente no tienen la receta para mejorar la situación económica española: "La gente supone que por estudiar matemáticas debo entender de economía, y la verdad es que no tengo ni idea de por qué fluctúa de esa manera" , dice Marina; "no sé nada de esas cosas" confiesa el joven José Miguel. Lo que sí piensa es que por lo menos "debemos prepararnos y formarnos". ¿Es la rebeldía el motor? Sobre el movimiento de los indignados del 15-M, ambos están de acuerdo en que la gente se movilice para cambiar las cosas, pero con moderación: "Por la justicia y pacíficamente".

Según ellos, sus padres "superorgullosos" han sido "fundamentales",y más "comprensivos" que "estrictos". Ambos se ven bien dentro de pocos años. Marina: "Yo espero acabar mi doctorado y encontrar una plaza para enseñar en la Universidad". José Miguel: "Me veo volviendo de un Erasmus y buscando trabajo, me veo bien".

- "Hazlo, yo me arrepiento de no haber cogido un año Erasmus", aconseja Marina.

-"Lo tengo superclaro", afirma el algecireño.