El rey don Juan Carlos regresa a La Isla para impulsar el Museo Naval
Armada
Su Majestad visitó las nuevas instalaciones habilitadas en Capitanía, que abrirán sus puertas próximamente. La junta del Patronato del Museo Naval se trasladó hasta San Fernando.
No hay fecha aún para la apertura definitiva del Museo Naval que la Armada ha habilitado en las antiguas dependencias de la Capitanía General de la Zona, en pleno centro de La Isla. Todavía quedan algunos detalles por resolver antes de su inauguración formal, que en todo caso se presume que será muy pronto. Pero el contenido expositivo que se mostrará en estas instalaciones -y que procede casi en su totalidad del Museo Naval que hasta ahora existía en la Escuela de Suboficiales, junto al Panteón de Marinos Ilustres- ha tomado ya forma. Todo está en su sitio en las salas que recorren este museo: vitrinas, expositores, letreros... A punto para abrir.
Ayer, de hecho, este Museo Naval de San Fernando recibió su primera -y muy ilustre- visita: el rey don Juan Carlos recorrió sus pasillos y galerías para contemplar sus piezas únicas, su colección de cartografía y de instrumentos de navegación, sus fotografías, sus modelos a escala de antiguos navíos, sus banderas históricas... Acompañado del almirante jefe del Estado Mayor de la Armada, Jaime Muñoz-Delgado y Díaz del Río, y del director del órgano de Historia y Cultura Naval, el vicealmirante Fernando Zumalacárregui Luxán, el Monarca emérito presidió la reunión de la junta del Real Patronato del Museo Naval, que por primera vez se había trasladado de Madrid a San Fernando, sin duda, para poner el acento en la importante obra llevada a cabo en el antiguo edificio de Capitanía que pronto abrirá sus puertas.
El de La Isla, junto a los de Canarias, Cartagena y Ferrol, es uno de los museos filiales del gran Museo Naval que tiene su sede en Madrid y que, de hecho, se gestiona a través de este Patronato cuya presidencia de honor recae en el rey don Juan Carlos. A ellos se suma el museo marítimo de la Torre del Oro en Sevilla y el archivo-museo Don Álvaro de Bazán en el Viso del Marqués (Ciudad Real). Todos ellos son de titularidad estatal y adscritos al Ministerio de Defensa.
Ayer, coincidiendo con la visita del Rey a La Isla, la Armada recordaba la vocación de estos Museos Navales: "Son instituciones vivas y abiertas al público, que además de la conservación, estudio, exposición e incremento de sus fondos, sirven de instrumentos de comunicación y educación de la historia marítima de España para salvaguardar sus tradiciones y promover la conciencia marítima nacional". Éste, de hecho, ha sido el propósito que hasta ahora ha guiado el proyecto de La Isla para trasladar los fondos expuestos desde 1992 en unas dependencias de la Escuela de Suboficiales, en la población naval de San Carlos, hasta el centro mismo de la ciudad, en plena calle Real. Una idea que empezó a tomar forma en 2004 tras la desaparición de la Zona Marítima del Estrecho, cuando el palacio de la Capitanía General quedó en su mayor parte en desuso. Las obras, no obstante, no arrrancaron hasta 2008. La inversión para adecuar las dependencias del nuevo Museo Naval superó los tres millones de euros, que se repartieron a través de varias partidas plurianuales del Ministerio de Defensa.
Sin embargo, en 2009, justo cuando las obras de adaptación estaban ya terminadas, se aplazó el proyecto ante la necesidad de dar cabida al comandante general de Infantería de Marina, que había sido trasladado desde Madrid en la última reestructuración del mando de la Armada. De modo provisional, el Cuartel General de la Fuerza de Infantería de Marina (FIM) se adecuó en el edificio Capitanía, lo que postergó la apertura del Museo Naval. Y hubo que esperar a que la FIM contara con una sede definitiva -se construyeron unas nuevas instalaciones en los terrenos del antiguo Cuartel de Instrucción de Marinería- para poder retomar el proyecto del Museo en la calle Real.
El flamante Cuartel General de la Fuerza de Infantería de Marina se inauguró al fin en abril del año pasado. Y tan solo dos semanas después abrió sus puertas un pequeña muestra del nuevo Museo Naval, dos salas que durante un tiempo se exhibieron al público y que mostraron un adelanto de lo que aspiraba a ser el edificio de Capitanía al mudar de piel para mirar a la historia de la Armada.
La gran inauguración y el gran museo, no obstante, seguían pendientes. Y durante los últimos meses se han llevado a cabo los trabajos necesarios para acercar su apertura. Lo cierto es que la idea del Museo Naval contó en un primer momento con el rechazo del Ayuntamiento isleño, allá por 2004. El Consistorio era partidario en alquel entonces de hacerse con las instalaciones militares que habían quedado en desuso para impulsar la construcción de un establecimiento hotelero en el centro. Aunque ni el Ministerio de Defensa ni la Armada tenían intención alguna de deshacerse de un edificio que significa mucho para ellos. A la larga, su proyecto -el de dotar al centro de La Isla de un Museo Naval de envergadura y prestancia- terminó por convencer a todos y por encajar en los planes para la dinamización del centro que se barajan desde hace más de una década y en los que coinciden distintas siglas: peatonalización de la calle Real, Centro de Congresos, rehabilitación del Castillo de San Romualdo, Museo de Camarón junto a la Venta de Vargas... Capitanía ocupa desde luego un lugar destacado en este escenario de equipamientos culturales que aspira a relanzar el centro de la ciudad y a ser un nuevo motor económico. De ahí la importancia que todos le dan al Museo Naval que ahora se dispone a entrar en funcionamiento.
Con un fondo museográfico que ronda las 2.500 piezas, el Museo Naval de San Fernando ofrece una colección ecléctica de la historia naval -es, de hecho, su propósito- que destaca especialmente por su calidad. Hay obras de arte, piezas de artillería, instrumentos navegación históricos, uniformes, enseres curiosos, fotografías, una destacada muestra de cartografía que llama poderosamente la atención... Entre todas estas piezas destacan algunas joyas como el primer mascarón de proa del emblemático buque escuela de la Armada, el Juan Sebastián de Elcano, o la bandera de combate del crucero acorazado Carlos V, una pieza insólita por sus dimensiones y su esmerada confección que data de finales del siglo XIX. Todo, además, dividido en varias salas que hacen referencia a distintos momentos destacados: Trafalgar, la Guerra de la Independencia...
El rey don Juan Carlos tuvo ayer ocasión de recorrer las galerías del Museo Naval isleño, que ha conseguido reinventarse con gran acierto tras el cambio de ubicación y que, precisamente, el próximo año cumplirá sus bodas de plata. El comandante director de las instalaciones, el capitán de navío López Alemany, acompañado de la directora técnica y responsable de la reordenación de los fondos, Berta Gasca, guiaron a Su Majestad por las galerías más señaladas antes de que diera comienzo la reunión del Patronato. Antes, don Juan Carlos firmó en el libro de honor del Museo y saludó a las autoridades presentes, entre las que se encontraba también la alcaldesa isleña, Patricia Cavada.
Desde la Armada se subrayó ayer que todavía no existe una fecha concreta para inaugurar estas nuevas instalaciones en la vieja Capitanía isleña, si bien aseguraron que la apertura, en todo caso, no se demorara por demasiado tiempo. Previsiblemente, se llevará a cabo este verano.
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