Mal olor y peces muertos en la Laguna de Torrox de Jerez

Medio ambiente

Malestar vecinal en la zona, por el estancamiento del poco agua en uno de los lóbulos de este espacio.

Mal olor y peces muertos en la Laguna de Torrox en Jerez
Mal olor y peces muertos en la Laguna de Torrox de Jerez
J.p. Lobato Jerez

08 de agosto 2015 - 05:01

La de la Laguna Torrox, en Jerez, parece la historia de nunca acabar. A pesar de que la alcaldesa, Mamen Sánchez, anunció el pasado 21 julio el reinicio de su limpieza y que efectivamente los técnicos llevan desde el martes desbrozando el lóbulo 1 de la laguna, un nuevo problema ha surgido en el desmejorado corazón verde de la zona Sur, el mal olor. Aunque como han denunciado los vecinos, el fuerte hedor ha sido un rasgo connatural de este espacio desde que se abandonó, la pestilencia de estos últimos días "es inaguantable", suscribió ayer un residente.

A la espera de la confirmación municipal, los factores causantes de este mal olor que afecta sobre todo a la unión entre las dos lagunas y las casa próximas a la glorieta de la avenida Reino Unido parece ser el estancamiento del poco agua del lóbulo 1 así como los miles de peces muertos en este estancamiento. Como ya informó este medio, los operarios encargados de la limpieza de este espacio estuvieron pasando el martes los peces del lóbulo 1 al 2 para que la próxima semana se pudiera proceder a la limpieza total de este pulmón verde. Al día siguiente, un vecino avisó de que había un buen número de especies muertas en los pocos litros de agua que existían en la laguna principal, una imagen que aún se podía apreciar -y oler- durante el día de ayer.

El olor es tan solo un factor más en la imagen de abandono que sufre este espacio desde hace años. La falta de cuidado de las zonas verdes, así como la cantidad de insectos y las vallas destrozadas hacen juego con la cantidad de basuras que se acumulan en cada esquina de la Laguna. Una imagen en constante sepia que contrasta con las grandes promociones inmobiliarias construidas -algunas de ellas sin habitar aún- a la orilla de este pulmón verde ennegrecido por la falta de mimo y mantenimiento.

La estática imagen de abandono es rota, en pocas ocasiones, por algún vecino que fiel a sus tradiciones sigue practicando deporte en el perímetro de la Laguna o una bandada de pájaros que se posa en una cuenca que alguna vez contuvo agua. Joaquín es una de estas personas y hace un alto en su footing diario para señalar que "esta visión es dolorosa. Mira, ahí hay una fuente, y sin embargo tengo que salirme del perímetro, cruzar una carretera y cambiar de barrio para poder beber agua". "Esto no ha sabido venderse, aquí no ha habido nunca mantenimiento", dijo.

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