"Espero que seamos capaces de encajar las consecuencias de la pandemia"
Almirante Manuel Garat Caramé | Almirante de la Flota hasta el 14 de mayo
"La Armada se prepara para todas las situaciones posibles y está cumpliendo ahora su cometido"
"La contribución de Navantia y de muchas otras empresas será más necesaria que nunca"
El almirante Manuel Garat Caramé ha pasado esta semana a la reserva tras cumplir diez años como oficial general y casi 45 años de servicio en la Armada. El cargo de Almirante de la Flota, cuyo cuartel general está en la Base de Rota, ha sido su último destino, al que dice adiós, como dijo en sus palabras de despedida, en"un momento complicado para España y para la Armada".
-Cuando llegó al cargo de Almirante de la Flota hablaba usted de que había de estar preparados ante una situación en constante cambio, ¿se imaginaba una situación como la del COVID-19?
-Aunque pueda sorprender a la opinión pública, es esta una situación que se contempla en la Estrategia de Seguridad Nacional, publicada en el año 2017. La Armada, como el resto de las Fuerzas Armadas, se prepara para afrontar todas las situaciones posibles y, consecuentemente, está cumpliendo ahora su cometido tal y como se previó. La Flota, en particular, ha estado apoyado la acción del Estado, con gran eficacia, en las provincias de Cadiz, La Coruña, Murcia, la isla de Gran Canaria y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, realizando en coordinación con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado cometidos de presencia y vigilancia de espacios públicos, desinfección de instalaciones oficiales y residencias de mayores, asistencia social a las familias más desfavorecidas…etc.
-¿Cómo resumiría estos últimos días de trabajo ante esta situación excepcional? ¿Muy distintos? ¿De qué manera cree que la afectará a la Armada?
-Es verdad que hemos tenido que adoptar una forma distinta de trabajar, por turnos y en grupos de trabajo “estancos”, sin contacto entre sí, de forma que hemos podido minimizar las consecuencias al detectar un contagio. Lo cierto es que los buques y las unidades de Infantería de Marina de la Flota han seguido operando, garantizando la vigilancia y la seguridad marítima en nuestros espacios de soberanía y también allí donde están los intereses de España: en el océano Índico, el Golfo de Guinea, Iraq y Malí.
-Ante todo esto, ¿cómo ve el futuro de la Flota?
-Yo espero que seamos capaces de encajar las consecuencias de la pandemia, redistribuir nuestros esfuerzos y reestructurar nuestra organización para seguir garantizando esa capacidad de respuesta a la que antes me refería.
-¿Cómo quedan los futuros contratos de la Armada con Navantia?
-Es vital garantizar el mantenimiento de las capacidades actuales que consideramos esenciales. Y por ello, también es vital continuar con los programas de obtención que asegurarán la continuidad de esas capacidades cuando no sea posible extender la vida de las viejas unidades, sistemas y equipos que las proporcionan. Es posible que tengamos que llevar a cabo un planeamiento aún más exigente y reconsiderar los plazos actuales pero la contribución de Navantia y de muchas otras empresas será más necesaria que nunca.
-¿Ha logrado cumplir los objetivos que se puso a su llegada al cargo de Almirante de la Flota?
-La verdad es que, razonablemente, sí. Poco a poco hemos ido avanzando en la recuperación de capacidades que habían disminuido durante la última crisis y también en la transformación orgánica que van imponiendo las nuevas necesidades y las nuevas tecnologías. Queda mucho trabajo por hacer, pero hemos adoptado un rumbo adecuado para ello.
-Supongo que es difícil resumir una vida en la Armada, ¿pero qué se le viene a la cabeza?
-Entré en la Escuela Naval con 17 años, siendo casi un niño. Todo lo que soy se lo debo a la Armada. En ella aprendí a servir generosamente a España. A velar, con esfuerzo y sacrificio, por los intereses más básicos de los Españoles que son la Paz y la Seguridad. Y lo primero que se me viene a la cabeza es dar gracias, por la formación que recibí, las excitantes experiencias profesionales que he podido vivir, particularmente en la mar, y por los extraordinarios compañeros que he tenido todos estos años, de los que aprendí el verdadero valor de la satisfacción del deber cumplido.
-¿Cuál es el primer balance que hace de sus años de servicio?
-Al hacer balance debo decir que la Armada de hoy está preparada para defender la integridad y la soberanía de España, aunque desearíamos que no fuera necesario. Esto ha supuesto para mi generación un enorme esfuerzo de mentalización y trabajo porque, en cierto sentido, es como estar entrenando 45 años para ganar un partido que, afortunadamente, no hemos tenido que jugar. Pero convencidos de que si lo hubiéramos jugado, lo habríamos ganado.
-Y de Cádiz, ¿qué se lleva? Han sido varios destinos en la provincia gaditana.
-De Cádiz me llevo el sentimiento de que Cádiz se queda con parte de mí mismo. Porque, aunque soy gallego de nacimiento, y a mucha honra, Cádiz forma ya parte de mi propia naturaleza. Aquí nació mi madre, aquí se casaron mis padres, aquí estuve destinado en 5 ocasiones, aquí nació uno de mis hijos y se casó una de mis hijas. ¿Como no me voy a sentir ligado a esta preciosa bahía?. Y aquí aprendí gran parte de lo que ha sido mi profesión porque, afortunadamente, Cádiz y la Armada son inseparables. Como no podía ser de otra manera, a fin de cuentas desde estas costas empezó España a dominar los mares y descubrir medio mundo. Las gentes de estas tierras llevan, desde siempre, la sal y la mar en las venas y es lógico que la Armada y Cádiz se hayan comprometido para siempre. Así lo sentimos, orgullosos, todos los miembros de la Armada, seamos o no naturales de Cadiz.
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