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La presidenta de la Fundación Rafael Alberti durante los últimos 17 años, María Asunción Mateo, ha presentado su dimisión. El pasado 4 de agosto la viuda del poeta remitió una carta al alcalde de El Puerto de Santa María, Enrique Moresco, uno de los patronos de la entidad, para comunicarle su decisión alegando motivos personales. Moresco confirmó ayer estos hechos, y añadió que en un primer momento trató de que Mateo la reconsiderase. Al no haber sucedido tal cosa, el alcalde ha solicitado una reunión del Patronato de la Fundación en la que se tendrá que hacer efectiva la renuncia y se estudiará cómo se procede de cara al futuro.
La decisión de Mateo pone ahora en un brete al Ayuntamiento de El Puerto, depositario del legado de Alberti y propietario de las dependencias en las que tiene su sede la entidad, una casa de tres plantas ubicada en la calle Santo Domingo, en la que vivió de niño el poeta. En el Patronato están incluidos el alcalde, el concejal de Cultura de la localidad, Millán Alegre, y los hijos de María Asunción Mateo, Marta y David Borcha, así como la propia viuda, quien hasta ahora ejercía los cargos de presidenta y directora.
La Fundación cuenta con varios empleados municipales pero también tiene personal propio. Precisamente el pasado agosto dejaba su cargo, tras haber alcanzado un acuerdo con la entidad, el que durante los últimos 12 años había sido su secretario, Manuel Martínez Cordero, quien fue indemnizado tras haber vivido un agrio enfrentamiento con Mateo. Martínez Cordero la acusaba de acoso laboral, impago y supuestas irregularidades en la gestión de la entidad, denuncias que no llegaron a verse en los tribunales ya que Martínez Cordero las retiró tras ser indemnizado.
La Fundación Alberti se constituyó en 1993, coincidiendo con el 91 aniversario del poeta, y durante más de una década ha sido un referente cultural en Cádiz. Actividades como los Encuentros con la Poesía, celebrados hasta 2004, llevaron al Puerto a figuras de primerísima línea en el mundo de la cultura, como José Saramago, Mario Benedetti, José Hierro, Pío Caro Baroja, Ana María Matute, Antonio Gala y un largo etcétera hasta que el ciclo se cerró. Otra de las iniciativas de la entidad, Poesía última, se desarrolló con gran éxito durante una década (hasta 2008) dirigido sobre todo a poetas jóvenes. Efemérides destacadas como el centenario del nacimiento del poeta o el décimo aniversario de su fallecimiento se conmemoraron también con destacados actos, aunque la actividad de la Fundación se ha ralentizado en los últimos años al margen de estos eventos señalados.
Mateo contrajo matrimonio con Alberti en el verano de 1990, y dos años después, con el legado del poeta ya en su localidad natal, el matrimonio se instaló en un chalé en la zona residencial de Las Viñas cedido por el Ayuntamiento y donde reside aún la viuda. Ésta nunca ha terminado de integrarse completamente en la ciudad, donde ha sufrido algún que otro revés, como la decisión del Ayuntamiento de rotular el nuevo teatro municipal con el nombre de Pedro Muñoz Seca cuando unos años antes, en 1999 (con Alberti recién fallecido), el PP propuso que el espacio escénico aún por construir se llamara Rafael Alberti, lo que aprobó entonces por unanimidad. Ocho años después, en septiembre de 2007, el equipo de gobierno de Enrique Moresco, también del PP, aprobó cambiar el nombre del teatro y denominarlo Pedro Muñoz Seca. Mateo no dijo entonces ni una palabra, pero se vengó poco después, en el pregón de Carnaval de El Puerto de 2008, cuando en tono irónico se preguntó a qué vino ese cambio de decisión.
Poco amiga de la vida social y las aparciones públicas, la vida de María Asunción Mateo siempre ha sido muy discreta en la localidad gaditana, donde apenas ha participado en actos que no estuvieran relacionados con la Fundación, salvo el mencionado pregón de 2008, donde dio a conocer una cara hasta entonces desconocida para muchos portuenses.
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