Navantia aspira a reparar en Cádiz el 'USS Mount Whitney'
La factoría gaditana se mantiene como firme candidata, junto a otros dos astilleros, a poner a punto al buque insignia de la Sexta Flota estadounidense. Coincidiría aquí con el 'Juan Carlos I'.
El Mount Whitney, el buque insignia de la Sexta Flota de los Estados Unidos podría entrar, para su reparación, en el dique 1 del astillero de Cádiz capital el próximo mes de enero. El tesón de los responsables de su área comercial, avalado por la floreciente relación de la provincia de Cádiz con los Estados Unidos y su base en Rota, podrían verse premiados con una visita a la factoría gaditana que podría prolongarse durante al menos seis meses.
Las negociaciones entre Navantia y la Armada USA se están llevando bajo la más estricta confidencialidad pero ayer era el presidente del comité de empresa del astillero gaditano el que pedía a los estamentos políticos de la Junta y del Gobierno Central su mediación para conseguir que "Cádiz se quede con este importante contrato que daría trabajo a la plantilla gaditana y a muchas empresas auxiliares", según comentó ayer Juan Bedelli.
De momento, lo que ha trascendido es que Navantia Cádiz se encuentra entre los tres astilleros candidatos a reparar este buque insignia de la flota norteamericana, considerado el más importante y representativo de los más de 60 navíos que la componen a día de hoy.
Así, la plantilla de la factoría ubicada en suelo del puerto de Cádiz aguarda con incertidumbre la respuesta por parte del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, que podría llegar a lo largo de este mes de septiembre. Sobre las cifras de este contrato o sobre los detalles de la reparación, poco o nada ha trascendido públicamente, aunque por la prolongada estancia en Cádiz, tres meses en dique y otros tres meses en muelle, se puede deducir que no se trata de una mera reparación sino más bien de una importante puesta a punto.
Se da la circunstancia de que el USS Mount Whitney, que toma su nombre de la cima más elevada de los Estados Unidos continentales, está considerado un auténtico centro de control. Es el segundo navío de la US Navy con más años de servicio (empezó a operar en 1971) y cuenta en su interior con los más modernos sistemas de comunicaciones encriptadas, o no, para poder coordinar importantes operaciones navales.
No es la primera vez que pasará por los astilleros gaditanos un buque de la Sexta Flota. En la primera semana de agosto de 2010, otro importante navío de la Armada USA, el USS John L. Hall (FFG-32) realizó diversas reparaciones de estructura y máquinas en la unidad de reparaciones de la empresa española Navantia en San Fernando.
A su vez, Navantia y la Armada de EEUU tenían planeado firmar a lo largo del pasado mes de julio un acuerdo para el apoyo al ciclo de vida de los buques que formarán parte del escudo antimisiles con sede en la Base Naval de Rota. La firma de ese convenio con la US Navy supondrá que los cuatro buques que formarán el despliegue norteamericano en Rota para poner en marcha el escudo antimisiles (el USS Ross, el USS Donald Cook, el USS Porter y el USS Carney) serán reparados en los astilleros de la Bahía de Cádiz.
De momento, Navantia puja por la reparación del Mount Whitney poniendo sobre la mesa una oferta económica "ajustada" y su experiencia en la reparación en Cádiz de grandes buques militares y de pasajeros.
Sin ir más lejos, si Cádiz lograra quedarse con este contrato y se lograra sacar de la cuneta a los otros dos astilleros que andan en la pugna (se sabe que uno de ellos es una firma croata) podría dar lugar a una fotografía histórica de los diques gaditanos. Se da la circunstancia de que el 15 de enero tiene prevista su entrada en el dique 4 de Cádiz, durante un período de dos meses, el Juan Carlos I. De esta manera, podrían convivir en Cádiz durante esos 60 días dos buques insignias, uno de la Armada española y el otro, el Mount Whitney, de la US Navy.
Cabe recordar que el Gobierno Rajoy trabaja sobre un proyecto diseñado hace una década por el ex presidente José María Aznar y pactado con su homólogo George Bush, en el que España debía asumir el mantenimiento de una parte importante de los aproximadamente 60 buques -entre militares y civiles- que conforman la Sexta Flota de los Estados Unidos.
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