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El astillero de Navantia Cádiz está dando los últimos retoques al Carnival Sunrise tras una transformación integral en apenas 40 días. El buque llegó el pasado 12 de marzo con el nombre de Carnival Triumph y tiene previsto abandonar el dique seco gaditano el próximo jueves completamente reformado y rebautizado gracias a una inversión de casi 180 millones de euros.
La propietaria del buque ha dado cuenta del resultado de la reforma en un vídeo grabado desde un dron y publicado en su cuenta de Twitter a catorce días de que retome su programación de cruceros. Numerosos usuarios de las redes sociales han ido siguiendo también el desarrollo de los trabajos en los que el astillero de Cádiz ha afianzado sus capacidades en el sector de las reparaciones de cruceros.
El Carnival Sunrise tiene 272 metros de largo, 35 de anchura y 62 de altura desde la quilla hasta la cubierta superior. Tras la reforma, el buque contará con capacidad para alojar a un máximo de 2.984 pasajeros y 1.100 tripulantes, que se distribuyen en trece cubiertas.
El plazo tan ajustado de la varada se debe a que Carnival pretende optimizar al máximo el tiempo de varada aprovechando el parón entre la temporada de invierno y la de verano. La naviera ha programado un crucero inaugural de siete días con salida el 29 de abril desde Norfolk, en la Costa Este de Estados Unidos. Además, la naviera ofrecerá en mayo tres cruceros de día y medio desde Nueva York y Norfolk dirigidas específicamente a agencias de viajes para que conozcan el buque reformado.
El buque pasará el verano en Nueva York viajando a las Bermudas, Canadá y el Caribe. En invierno cambiará su base a Fort Lauderdale (Florida), donde operará cruceros al Caribe y las Bahamas. En primavera de 2020 volverá a Nueva York.
La compañía ha anunciado que Kelly Arison, hija del presidente de Carnival, Micky Arison, ejercerá de madrina del buque en el bautismo oficial que se celebrará el próximo 23 de mayo en la Terminal de Cruceros de Manhattan. Precisamente, la madre de Kelly Arison fue la madrina del Carnival Triumph cuando fue botado en 1999 en el astillero italiano de Fincatieri.
La varada que se ha realizado en Cádiz ha servido para renovar todos las cabinas del crucero, que han sido redecoradas con tonos "inspirados en las rutas del Caribe", según la naviera. Además, se ha instalado un nuevo módulo junto al puente de mando donde se ofrecen las llamadas "suites del capitán", con grandes terrazas y techos acristalados.
Los cruceristas contarán ahora con nuevas atracciones al aire libre entre las que destacan un parque acuático y una tirolina. También se han renovado todos los espacios dedicados a la restauración desarrollados en colaboración con el chef Guy Fieri, que es una estrella en la televisión norteamericana.
Una de los trabajos de mayor entidad realizados en el astillero de Cádiz ha sido la colocación de una cola de pato. Esta pieza, de unas 300 toneladas de peso, afianza la estabilidad del buque ya que los cambios introducidos en las cubiertas superiores implican una modificación del centro de gravedad del crucero.
La reforma ha supuesto un reto para el astillero de Navantia Cádiz y la industria auxiliar de la Bahía de Cádiz, con decenas de empresas implicadas y en el que han llegado a trabajar hasta 4.500 trabajadores. De ellos, unos 3.500 fueron contratados directamente por Carnival para los que el armador desplazó dos ferris con el fin de proporcionarles alojamiento.
El continuo trasiego de trabajadores y vehículos pesados no pasó desapercibido en la ciudad. Ante los problemas de capacidad en el astillero, la Autoridad Portuaria cedió parte del Muelle Ciudad para que sirviera de aparcamiento a los operarios de la reforma del Carnival, un espacio que hoy está prácticamente vacío.
El proyecto no ha estado exento de polémica. Los sindicatos denunciaron ante la Inspección de Trabajo a Blue Parrot, una de las principales contratas de Carnival, con más de 650 operarios en el barco, por incumplir el convenio del metal. Un inspector se presentó en el astillero aunque no pudo subir al buque para comprobar las condiciones de trabajo por tener bandera de Bahamas.
Las críticas de los sindicatos a la falta de seguridad arreciaron después de que un pequeño incendio obligara a desalojar temporalmente el barco.
El próximo reto para Navantia Cádiz es la reparación del Oasis of the Seas, uno de los mayores cruceros del mundo, con 360 metros de eslora y capacidad para más de 6.400 pasajeros. Este buque, propiedad de Royal Caribbean, tenía prevista una varada el próximo mes de septiembre para una reforma integral. Sin embargo, un accidente ocurrido en Bahamas a principios de mes ha obligado a la naviera a modificar sus planes.
El buque estaba amarrado a un dique flotante en el puerto de Freetown sin pasaje a bordo para someterse a unas reparaciones cuando una grúa se desplomó sobre la popa, dañando el anfiteatro situado en la cubierta superior y numerosas cabinas. El accidente, que provocó ocho heridos leves, ha provocado la cancelación de tres cruceros en abril.
Royal Caribbean, que pretende retomar la programación de viajes en la primera semana de mayo desde Barcelona, anunció que había seleccionado a Cádiz para su reparación. Un equipo de Navantia se desplazó a Bahamas para evaluar la situación del buque de cara a la travesía del atlántico.
El barco zarpó hace una semana y se encuentra actualmente a la altura de Madeira, por lo que posiblemente llegará a Cádiz este jueves por la mañana. No obstante, el Oasis of the Seas permanecerá amarrado en el muelle del Marqués de Comillas hasta principios de la semana que viene ya que se necesitan unos tres o cuatro días para preparar la "cuna" del dique seco tras la salida del Carnival Sunrise.
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