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Navantia Cádiz se queda pequeña

sector naval | alto nivel de ocupación en el astillero gaditano

La factoría de Reparaciones defiende la utilidad de cada metro cuadrado de superficie para dar cabida al negocio de cruceros

La dirección prevé que "2019 será muy bueno"

La proa del 'Mariner of the Seas', recién llegado al muelle, con el Marella Explorer de fondo.
Texto. F. Rufo | Vídeo: Jesús Marín

14 de mayo 2018 - 08:47

Cádiz/Ajeno al ruido mediático y social de corbetas, petroleros y buques para la Armada, el astillero de Navantia en Cádiz sigue a lo suyo. Y, en estas fechas, lo suyo son los cruceros. Desde la dirección de esta histórica factoría no rehuyen un asunto que en las últimas semanas ha recorrido medios de comunicación y redes sociales: la posibilidad de que parte de este astillero fuese utilizada para otra cosa que no fuera reparar barcos.

El director de Navantia-Reparaciones en la Bahía, Joaquín Hernández, lo tiene claro: el astillero de Cádiz no se puede trocear. Y el motivo es evidente. En lo que siempre fueron los terrenos ocioso, grandes explanadas situadas a uno y otro lado de los diques, hoy reposan toneladas de material que va o viene de los enormes cruceros que reparan en la capital. En una de ellas caben hasta 800 teus (contenedores de barco). El día en que visitamos el astillero, ya están allí colocadas centenares de hamacas que, tras la reparación, volverán a las cubiertas donde están las piscinas del Mariner of the Seas, el último buque de la Royal Caribbean que ha atracado para una reforma completa. Serán 32 días desde su llegada (hasta que salga el próximo 11 de junio) en el que, además de la plantilla, trabajarán 800 personas de industria auxiliar. Más los miles de empleados que ya traía el barco a bordo, contratados por el armador.

Joaquín Hernández, director de Navantia-Cádiz

"Hay que mantener la concesión que tenemos y no pensar en trocear o repartir el astillero"

Para Joaquín Hernández, el debate acerca de si se aprovecha o no toda la superficie del astillero no tiene sentido. Explica que con los cuatro diques llenos, el espacio es importante. "En el mercado de cruceros, además de tener diques, grúas, potencia eléctrica o sistema contra incendios es importante tener espacio suficiente para albergar la logística necesaria. Hay una gran cantidad de material que tiene que entrar y salir de los buques, que hay que ubicar previamente a la llegada del barco, y si no tuviéramos la superficie que tenemos, sería totalmente inviable. De ahí la necesidad, como ya hemos expuesto a las distintas autoridades, de mantener la concesión que tenemos en los mismos términos (con la Autoridad Portuaria), y no pensar en trocear o repartir porque haría inviable el mercado de cruceros".

Precisamente, el director se refirió, a preguntas de este periódico, al proyecto que el Puerto de Cádiz contempla para llegar hasta la nueva terminal de contenedores situada dentro del recinto del astillero, y por el que tendrá que atravesar un tren (después del fallido túnel). Sobre este asunto, Joaquín Hernández explicó que "de momento no hemos entrado en mucho detalle con la Autoridad Portuaria. Hay buena sintonía y haremos lo necesario para que el impacto sea mínimo. No tenemos información suficiente pero confío en que no perjudique al astillero".

Un Ferrari atraviesa uno de los diques del astillero gaditano. / Jesús Marín

Más allá de estos aspectos, la realidad es que el astillero gaditano parece quedarse pequeño con tal nivel de actividad. Un sinfín de operarios de todas las nacionalidades imaginables (incluida la gaditana), van y vienen por los diques. Además de la reforma integral del Mariner, se encuentra casi listo otro gigante, el Marella Explorer, reconvertido tras llegar a Cádiz como el Mein Schiff 1. Nada queda ya de aquél buque.

Pero no todo son cruceros. También se repara un pipe-layer (buque que se encarga de soldar y colocar tuberías en el fondo marino) de una compañía holandesa. Es el tercero de este tipo que entra este año en el dique gaditano.

"Actualmente tenemos una elevada actividad, no sólo en el mercado de cruceros, también en la reparación convencional civil y va a continuar así durante un tiempo", explica el director. Y lo mejor es que las perspectivas son aún más positivas. "En lo que va de año han reparado en Cádiz tres cruceros, tenemos otros cinco para el segundo semestre. No será como 2016 en cuanto a número de cruceros, pero sí están sucediendo cosas importantes que afectarán al futuro, a los próximos años y eso demuestra que la tendencia es alcista. El nivel alcanzado este año es bueno, pero 2019 va a ser muy bueno", asegura Hernández.

Profundo conocedor no sólo del astillero que dirige, sino de todo lo que se habla de él, Joaquín Hernández se refiere a esas críticas vertidas desde fuera de Navantia en las que se suele asegurar que muchos armadores descartan Cádiz. En ese sentido, el director de Reparaciones hace una fiel y legítima defensa. "Tenemos una política de trabajo que empieza en la prevención y nuestro nivel es elevado. Eso nos lleva a querer una industria auxiliar con un nivel de prevención elevado. Y eso nos lleva a querer unos armadores que asuman un nivel preventivo elevado, cosa que no siempre pasa. Por eso hay armadores que no son foco de nuestra atención; nosotros podemos decir que no queremos que vengan porque nos genera problemas y además no están dispuestos a asumir esa prevención ni los costes que genera. Al contrario, hay armadores que te dicen que sin ese nivel de prevención ellos no vienen a este astillero. Esos son los que queremos".

Uno de los talleres, repletos de material para los barcos. / Jesús Marín

Junto al director se encuentra el día de esta visita uno de los responsables de lograr que los cruceros elijan Cádiz para reparar. Es Ramón de Lara, responsable comercial de la factoría. Asegura que ese trabajo "no se hace solo, es todo el equipo de producción a base de muchos viajes y contactos con los armadores. Es un orgullo ver el astillero como está. Tenemos muy buenas perspectivas para el año que viene e incluso alguna reserva para 2020. Parece que el mercado de cruceros sigue en alza".

De Lara se refiere a una de las claves de este negocio: los tiempos. "El cumplimiento de plazos es fundamental, pero el buen hacer de la gente, nuestra flexibilidad, la localización... son muchos factores los que influyen para que el barco llegue aquí". Preguntamos si hay alguna compañía de cruceros que falte en el panel de éxitos de la factoría gaditana. Es prudente. "Por Cádiz han pasado las compañías más grandes; falta una de las grandes, pero estamos trabajando con ellos muy de cerca para ver si finalmente conseguimos convencerlos para que vengan y nos prueben", dice.

Otro de los grandes debates cada vez que repara un crucero es la enorme cantidad de operarios que el barco ya trae consigo trabajando, contratados por el armador. El director de la factoría admite que para lograr que parte de ese trabajo se quede o se contrate con empresas de Cádiz "hace falta tiempo". "No hace demasiados años empezamos en este mercado, hemos ido cogiendo nombre, dando pasos poco a poco, no se puede fallar y vamos entrando en nuevas actividades. Pero siendo realistas, en el sentido de que hay actividades en las que hay compañías europeas fundamentalmente que trabajan para el armador alrededor del mundo y va a ser muy difícil entrar ahí. Pero sí existen posibilidades de que esas empresas puedan buscar alianzas con las de aquí y pueda haber nueva generación de trabajo para nuestra industria auxiliar".

Un buque ‘pipe-layer’ que también se repara en la capital. / Jesús Marín

Otro de los responsables de que estos trabajos lleguen a buen fin es Manuel González Carretero, jefe de Producción de Navantia-Cádiz. "Estos barcos no se hacen de un día para otro, requieren tiempo de preparación. El equipo ha trabajado durante tres o cuatro meses antes de que llegue el Mariner, por ejemplo, para preparar todo lo que hay en dique. Esto requiere que mientras el equipo esté trabajando haya que atender a otros barcos. Tiene que haber un equipo bastante grande. Hay ya una serie de bloques que se montan en el barco esta misma tarde. Sólo ocupar ese espacio con los bloques, poner toda la logística, eso requiere una planificación previa".

"El reto -asegura- es que el barco salga en la fecha, con lo que cualquier pequeño detalle que se nos vaya puede influir, dice. Y remata el director. "Lo más importante es conseguir que el barco termine en su plazo, con toda la cantidad de trabajo que hay que hacer. Porque el astillero también tiene que aportar la logística de los trabajadores que hacen su faena para el armador, tener todo bien organizado para que los plazos se cumplan. Si un crucero pierde un día, tiene 5.000 pasajeros en el puerto sin barco. El problema es importante, no son 5.000 contenedores".

¿Qué se va a hacer en el 'Mariner'?

Manuel González explica los trabajos a realizar en el crucero Mariner of the Seas, de la Royal Caribbean. Tocarán todo el sistema de propulsión, con las azipod (las hélices-timón), los estabilizadores, hélices laterales, válvulas y los sistemas principales. En acero, los operarios montarán bloques para suplementar una cubierta por encima del puente con nuevos camarotes. Además, auxiliarán a los operarios de a bordo en el montaje del parque de agua y en el montaje de las torres de lavado de gases que ahora se instalan en todos los cruceros. Para eso utilizarán una grúa especial de 300 toneladas. A todo ritmo hasta el 11 de junio.

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