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Iberdrola y Navantia: no hay dos sin tres

Industria

La entrega de la subestación 'Andalucía II' y los recientes parques eólicos adjudicados a la compañía energética abren la puerta a nuevos encargos a Navantia

Navantia entrega a Iberdrola la subestación eléctrica Andalucía II
F. R. / Vídeo Y Fotos: Fito Carreto

04 de julio 2018 - 09:32

Cádiz/Fue Susana Díaz. Aunque probablemente todos los presentes ayer en el astillero de Puerto Real tenían en su cabeza esa idea, fue la presidenta de la Junta de Andalucía la que lanzó el guante. "Ignacio -dirigiéndose al presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán-, si hubo una Andalucía I y hoy entregamos la Andalucía II, que haya una Andalucía tres, cuatro y cinco. En esta tierra estamos preparados para hacerlo". Aplauso cerrado. La presidenta hizo gala así de sus reflejos tras el discurso del máximo mandatario de la compañía energética, que justo antes había hecho alusión a la consecución por parte de Iberdrola de nuevos parques eólicos marinos en EEUU, Alemania y Francia.

Todo ocurrió durante el acto oficial de entrega, por parte de Navantia, de la subestación eléctrica Andalucía II para el complejo eólico East Anglia One, que Iberdrola levanta en aguas británicas. La inmensa estructura de 4.000 toneladas se ha fabricado en Puerto Real en tiempo récord: poco más de 15 meses, y ha requerido de una inversión de 63 millones de euros.

Más allá de la petición de Susana Díaz, el resto de su discurso, al igual que el del presidente de Iberdrola y el de Navantia, Esteban García Vilasánchez, tuvieron varios nexos comunes. El primero, la capacidad del astillero para hacer frente a retos como el de las dos subestaciones (la Andalucía I fue el corazón del parque Wikinger), lo que ha supuesto de facto la transformación de un astillero en el que se han construido barcos durante dos siglos, en unas instalaciones capaces de evolucionar y adaptarse tecnológicamente. "Hoy me satisface ver que detrás de la subestación las gradas están llenas", dijo Ignacio Galán, en alusión al "buen momento de carga de trabajo" del astillero.

El otro punto al que todos se refirieron -tal vez conocedores del impacto que en la Bahía de Cádiz tuvo el fallecimiento de dos operarios y su repercusión posterior- fue el de la prevención. Desde el director del astillero, Pablo López, a la propia Susana Díaz, pasando por los dos presidentes de Iberdrola y de Navantia, aludieron a la importancia de la prevención y la seguridad en el trabajo. "Dos meses y medio con cero incidentes en la subestación", subrayó Vilasánchez.

El máximo responsable de la empresa pública también dirigió un emocionado mensaje al equipo del astillero encargado de hacer realidad "en tiempo récord y con calidad" el trabajo para Iberdrola. Y a este mensaje se sumaron también sus compañeros de atril. "Cuando veo que el nombre de Andalucía está en el Báltico se demuestra que en esta tierra estamos más que capacitados", refirió Susana Díaz.

Finalizados los discursos, la presidenta andaluza, que ejerció como madrina, cortó la cinta que sujetaba la tradicional botella de Sangre y Trabajadero que se partió como es debido contra la estructura metálica. A partir de ahora, la enorme mole y su soporte serán montados en dos barcazas para partir rumbo a su destino. La subestación Andalucía II iniciará su travesía desde Puerto Real a primeros de agosto, de tal forma que podría estar instalada en el parque eólico de Iberdrola en aguas inglesas hacia finales de agosto o principios de septiembre.

Esta subestación marina es el núcleo central del parque eólico, y su función es la de recoger la electricidad producida por los aerogeneradores y transformar la tensión eléctrica. Así, la producción se transmite por el cable marino hasta tierra, minimizando las pérdidas de potencia en su recorrido.

Andalucía II es la mayor subestación marina en corriente alterna construida en el mundo para la transmisión de una potencia de 714 MW y una inversión superior a 2.500 millones de libras. El East Anglia One es el mayor proyecto renovable desarrollado por una empresa española y será capaz de abastecer a un millón y medio de personas, más que los habitantes de la provincia de Cádiz.

Su construcción, además de consolidar a Navantia en el negocio eólico, ha supuesto un gran impacto para el empleo en la zona. Como destacó ayer el presidente de Iberdrola, el parque East Anglia One se ha convertido en uno de los principales motores económicos para empresas españolas y determinados sectores, como el naval.

Durante el proceso de construcción, han intervenido una treintena de empresas y talleres de la Bahía de Cádiz, permitiendo la transición/reconversión de una industria auxiliar asociada tradicionalmente al sector naval hacia proyectos eólicos de vanguardia y el desarrollo de oficios en la zona, desde caldereros a electricistas, mecánicos, tuberos, pintores, andamieros, etc. El proyecto ha generado una media de 450 empleos (en su gran mayoría locales) que, en momentos punta de trabajo, se ha elevado a 600 personas, con una dedicación de un millón de horas/hombre durante el período.

Las dimensiones del proyecto no tienen precedentes en la industria renovable: el área del parque eólico superará los 300 kilómetros cuadrados, el equivalente a 30.000 campos de fútbol; el cable que llevará toda la energía desde el parque a tierra firme será de 85 kilómetros (distancia entre Madrid y Toledo); la superficie de la subestación será de 1.144 metros cuadrados (el tamaño del estadio Vicente Calderón).

En su intervención, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, abundó en que el parque East Anglia One, que ha supuesto una inversión de 3.000 millones de euros, "será el mayor proyecto español de energías renovables y el mayor parque eólico marino del mundo". También se detuvo en alabar "la profesionalidad y experiencia de los cientos deespecialistas que han participado en el desarrollo de Andalucía II, que han sido fundamentales para fabricar, en poco más de 15 meses una estructura de profunda complejidad tecnológica y que pesa cerca de 4.000 toneladas. Si a ello le unimos las estructuras que la sustentan, también construidas en estos astilleros, su peso total alcanza las 7.700 toneladas, cuatrocientas más que la Torre Eiffel". Para acabar, Sánchez Galán se refirió a la esencia que mueve a la compañía a empreder este camino. "La necesidad de afrontar el grave problema del cambio climático nos obliga a avanzar urgentemente hacia la descarbonización de la economía y una mayor electrificación de la misma, con tecnologías renovables eficientes como la eólica marina".

Por su parte, el presidente de Navantia, Esteban García Vilasánchez, agradeció a Iberdrola la oportunidad de demostrar las capacidades de Navantia para desarrollar programas tan de vanguardia en un sector de futuro como el eólico marino. Asimismo, comentó que se trata de "una línea de negocio de diversificación clave para Navantia, que complementa la actividad principal, el mercado naval de defensa como empresa estratégica al servicio de la seguridad nacional, tal y como refleja el plan estratégico de la compañía".

Todo lo dicho ayer tiene que ver con el éxito del trabajo realizado. Pero en la entrada al recinto donde se desarrolló el acto, el comité de empresa recordaba que en el astillero de Puerto Real tienen que pensar ya en el futuro. En una pancarta se leía: "A Puerto Real lo queréis enterrar. No lo permitiremos". El presidente del comité, Antonio Noria, avisaba: "Si no tenemos nuevos pedidos ya, a mediados del año que viene no tendremos trabajo. Puerto Real está olvidado". De los 3.500 operarios de industria auxiliar que entraban a diario en la factoría, ya quedan 2.800. De hecho, tras el acto de ayer, el día 17 será entregado el segundo petrolero y el día 17 el BAM Audaz. Nada más llegar, Susana Díaz se dirigió a la pancarta y habló con Noria. Mensaje lanzado.

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