La plantilla no se fía de Robles
Industria naval
Los trabajadores de Navantia en San Fernando mantienen su movilizaciones
La ministra de Defensa afirma que la venta de bombas está en estudio
Las palabras de la ministra de Defensa, Margarita Robles, que ayer buscaban tranquilizar a la plantilla de Navantia, no tuvieron el efecto deseado. Robles afirmó que el Gobierno no va a dejar "en la estacada" a los trabajadores de Navantia y está convencida de que un país "serio" como Arabia Saudí no vincula la venta de 400 bombas con el contrato de cinco corbetas. La venta de las 400 bombas láser no se ha suspendido, explicó, pero están en fase de estudio. Eso es, precisamente, lo que indignó a Arabia Saudí. Y ayer, en el Senado, la ministra lo repitió. El anuncio de Defensa de que revisaría el contrato para la venta de esas bombas ante la posibilidad de que fueran usadas en Yemen, ha generado una oleada de protestas entre los trabajadores de Navantia ante el temor de que Arabia Saudí pueda cancelar el contrato de cinco corbetas en los astilleros de San Fernando.
Robles quiso rebatirlo: "Este Gobierno no tiene ninguna constancia, mas allá de alguna maledicencia, de que ningún contrato que se vaya a hacer en Navantia de San Fernando vaya vinculado a ningún otro contrato firmado con Arabia Saudí", aseguró. Pero lo cierto es que sí que tiene constancia y, según informaciones no desmentidas, ella misma participó en una reunión con el embajador de Arabia para tratar de sofocar la crisis.
Con estos mimbres, ni las declaraciones ni las buenas intenciones servirán para frenar a la plantilla de Navantia-San Fernando, que teme que el contrato del siglo se le escape de las manos ante la "incomprensible indiferencia" del Gobierno. Ayer, horas antes de la comparecencia de la ministra de Defensa, Margarita Robles, lo resumían en pocas palabras: "No nos fiamos de este gobierno. No nos creemos nada", afirmaba el presidente del comité de empresa de la factoría isleña, Jesús Peralta, al insistir en la incierta situación que se ha desencadenado tras la ruptura del contrato con Arabia para la venta de 400 bombas de precisión. Después de la comparecencia en el Senado la desazón era parecida: "No ha dicho nada nuevo".
El mensaje de calma que desde el pasado viernes se intenta transmitir desde el Gobierno no ha tenido efecto alguno. Y las declaraciones de la ministra en la tarde de ayer quedan muy lejos de lo que espera la plantilla. No basta un compromiso. Quieren hechos, una confirmación oficial, la absoluta certeza de que el contrato para la construcción de las cinco corbetas para la Marina Saudí sigue adelante. Las movilizaciones, advertía el comité de empresa, seguirán hasta que no se esté cortando chapa. Y Arabia Saudí no va a hacer ninguna declaración al respecto. Eso lo tienen claro unos y otros.
Así que las protestas continuarán. Y desde hoy mismo. Ayer, el comité de empresa de la factoría isleña aprobó por unanimidad un amplio calendario de movilizaciones a desarrollar sin demora y con contundencia. No están para bromas: se juegan su futuro con el contrato millonario de las corbetas.
A primera hora de la mañana trasladará a la asamblea de trabajadores la propuesta para su aprobación. La primera de estas acciones de protesta -que no se llegó a concretar- se prevé llevar a continuación. A menos que la situación cambie radicalmente no se descartan movilizaciones conjuntas entre los tres astilleros de la Bahía ni una gran manifestación en la capital gaditana para dejar clara la postura de los trabajadores con respecto a la pérdida del contrato de las corbetas. Tampoco que, como ocurrió el pasado viernes, se produzcan nuevos cortes de carretera, con el consiguiente colapso de tráfico en la Bahía.
Desde el comité de empresa también se alertado de los perjuicios que acarreará la pérdida del contrato de las corbetas no solo para La Isla y no solo a corto plazo sino para todo el conjunto de Navantia, cuya sostenibilidad -aseguró su presidente- está en juego de cara al futuro. De ahí que incluso se abogue por hacer extensivas las protestas a todos los centros de la empresa. Del mismo modo, se ha recordado que las declaraciones de la ministra han puesto en riesgo la relación comercial que numerosas empresas -y no solo Navantia- mantienen con Arabia.
Frente a esta situación, la ministra llevó a cabo una estrategia de reclamar calma pero no ofreció datos confirmados de que la tormenta hubiera pasado. Sobre la venta de esas 400 bombas de precisión que ha iniciado el contencioso, Robles ha explicado que el Ejecutivo tiene la obligación de analizar con "serenidad y calma" los contratos firmados con terceros países en el marco del respeto a los derechos humanos y las resoluciones de Naciones Unidas.
En ese contexto, ese contrato se encuentra ahora "en fase de estudio", pero no suspendido de forma definitiva. "Las discrepancias en el contenido de ese contrato se estudiarán con Arabia Saudí desde el rigor y las buenas relaciones y en el marco de un convenio que expresamente prevé que en el supuesto de duda en la interpretación del contrato se resolverá de manera amistosa".
El portavoz de Defensa del PP, Luis Rodríguez Comendador, se molestó con la respuesta: "¿Cree que romper unilateralmente un contrato no va a tener repercusiones?".
Más allá de la situación de los contratos con Arabia Saudí, Robles ha hecho una defensa cerrada de la industria militar española como "activo estratégico" que potencia la autonomía de las capacidades de las Fuerzas Armadas y generan gran número de puestos de trabajo.
En este apoyo a la industria militar, ha informado de que en los primeros 100 días de Gobierno socialista, el Ejecutivo ha desbloqueado programas de armamento por importe de 4.200 millones euros. "Nos parecía esencial y prioritario porque no entendíamos que algunos programas no se hubieran puesto en marcha", destacó.
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