Navantia mejora la flota de Venezuela y anuncia despidos en las contratas

Los sectores vinculados al acero serán los más afectados, según la dirección de San Fernando

Acto de bautizo de los buques de Venezuela, celebrado ayer.
Acto de bautizo de los buques de Venezuela, celebrado ayer.
Redacción / Cádiz-San Fernando

25 de junio 2009 - 05:01

Ayer se consumaron las expectativas más pesimistas ya esgrimidas por los sindicatos. En un día de contrastes, la alegría por la buena marcha de los encargos de Navantia para la Armada de Venezuela se confirmaba que, tras el verano, habrá despidos en la industria auxiliar de los astilleros gaditanos.

El director de la Unidad de Producción de San Fernando-Puerto Real, Fernando Miguélez, explicó que calderería y en, general, aquellos gremios que trabajen con el acero, serán los sectores que más acusen la caída de empleos que se prevé en los astilleros de la Bahía a partir de septiembre.

Miguélez señaló en La Isla que la intención, no obstante, es que esta reducción laboral tenga un carácter temporal de manera que los empleos puedan recuperarse a comienzos de 2010. "En eso estamos ya trabajando", admitía el director, quien además había mantenido por la mañana un encuentro con los comités de las principales empresas auxiliares -Babcok, Maessa y Mancobra- quienes estiman los despidos en casi un millar.

Tal vez por ese motivo, los alrededores del astillero de Puerto Real aparecieron ayer 'adornados' con varias pancartas firmadas por UGT-Metal de Cádiz en las que se exigía más carga de trabajo para la industria auxiliar.

Sin embargo, el de ayer fue "un día histórico para Navantia". Así lo dijo Fernando Miguélez en el acto de bautismo del primer patrullero oceánico de vigilancia, llamado Caribe. Por primera vez, la empresa española asistía en un mismo día a dos actos emblemáticos para la entrega de nuevos buques para la Armada de Venezuela. Por la tarde, en San Fernando, se procedía a la botadura del buque de Vigilancia Litoral Naiguatá. Tanto en La Isla como en Puerto Real, los actos estuvieron marcados por la ya habitual solemnidad comprobada en ocasiones anteriores, en las que Navantia ofrecía sus mejores galas para la Armada de Venezuela.

Decenas de invitados pertenecientes a la misión naval venezolana en España, altos cargos de la Armada con sus familiares, trabajadores de los astilleros puertorrealeño e isleño, y autoridades civiles españolas. Frente a almirantes y altos cargos de la Armada de Venezuela, las autoridades españolas quedaron representadas por parte del subdelegado del Gobierno en Cádiz, Sebastián Saucedo; por el delegado del Gobierno andaluz, Gabriel Almagro; por el rector de la Universidad de Cádiz, Diego Sales; y por la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Puerto Real, Ana Mosquera. El párroco Alfonso Gutiérrez fue el encargado de pronunciar las palabras para bendecir al nuevo buque. Como es tradición, una botella de la marca Sangre y Trabajadero rompió a la primera contra el casco del barco para dar fin al solemne acto.

En San Fernando, el buque Naiguatá aguardaba majestuoso la ceremonia de botadura. Poca diferencia en esta tribuna respecto a la jornada matutina, a la que se incorporó el alcalde isleño, Manuel de Bernardo. Previamente, el buque fue bautizado por la esposa del vicealmirante Padrón, Alma Pura Blanco. En el ambiente festivo vivido ayer también flotaban las buenas expectativas que en breve se esperan desde Australia, donde ayer mismo se encontraba el presidente de Navantia, Juan Pedro Gómez Jaén, para intentar cerrar un nuevo acuerdo comercial.

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