Navantia cierra 2021 con un récord de cruceros reparados en la Bahía de Cádiz
La división de Reparaciones acometió obras en más de medio centenar de buques en 2021, de los que 18 fueron grandes cruceros
La Unidad de Negocio de Reparaciones de Navantia Bahía de Cádiz finalizó 2021 con más de medio centenar de barcos reparados en los diques gaditanos, de los cuales 18 fueron grandes cruceros. Las intervenciones en este tipo de buques durante el pasado año implicaron más de 1,4 millones de horas de trabajo, lo que significa un promedio diario de 400 trabajadores de la industria auxiliar sólo en los cruceros durante todo el ejercicio, con picos de hasta 1.400 operarios a finales del mes de septiembre, según datos de la compañía.
La Unidad de Reparaciones inició el año con una inyección de optimismo, al renovar Estados Unidos el contrato de mantenimiento de los barcos de la US Navy desplegados en la Base de Rota, entre los que se encuentran los destructores de la clase Arleigh Burke del escudo antimisiles. El contrato, que amplía el anterior firmado en 2013, estará en vigor hasta enero de 2028 y generará un millar de empleos directos al año, teniendo un impacto de 822 millones de euros si se desarrolla al máximo de sus capacidades.
Esta adjudicación vino a compensar el frenazo de la progresión de la Bahía de Cádiz en la reparación de cruceros, ya que la pandemia de coronavirus estalló justo cuando contaba con 37 obras programadas para el intervalo comprendido entre 2020 y 2022. La crisis sanitaria causó que apenas cinco cruceros pasaran por los diques de la Bahía en 2020. El último de ellos fue el Allure of the SeasAllure of the Seas, que redujo el volumen de su remodelación a unas obras de mantenimiento que se realizaron en el dique cuatro del astillero de Cádiz en junio de 2020. Mientras tanto, el Carnival Victory, que había llegado a Puerto Real en la víspera de la declaración del estado de alarma, aguardaba amarrado a la dársena de Navantia Cádiz a que la reactivación de la actividad del turismo hiciera rentable su renovación, en la que su armador preveía invertir más de 180 millones de euros.
Tuvieron que pasar más de siete meses y medio desde la salida del Allure of the Seas para volver a ver un crucero en dique en la Bahía. El Celebrity Infinity fue el buque que abrió a mediados del mes de febrero el nuevo cicloCelebrity Infinity, caracterizado por la realización de obras de menor entidad que en el periodo previo a la pandemia. En la mayoría de los casos, las navieras optaron por labores de mantenimiento en casco y órganos mecánicos imprescindibles para mantener los certificados de navegabilidad, dejando para otra ocasión la remodelación de las zonas comunes y camarotes en las que llegaban a intervenir hasta 3.000 operarios de forma simultánea.
A primeros de abril, Navantia y Royal Caribbean comunicaron la llegada de cuatro buques en los siguientes meses, Harmony of the Seas, Jewel of the Seas, Symphony of the Seas, el mayor barco de pasajeros del mundo, y el Liberty of the Seas en julio. Este anuncio supuso el pistoletazo que marcó la entrada sucesiva de buques de otras navieras en los astilleros gaditanos, ante la perspectiva de que los viajes se reanudaran para la temporada de otoño dado que la pandemia estaba en ese momento en remisión y se confiaba en que las vacunas garantizaran una vuelta a la normalidad.
Uno de los hitos históricos se vivió el pasado mes de septiembre, cuando entre los diques de Cádiz y Puerto Real se repararon al mismo tiempo ocho cruceros en la Bahía, lo que supuso una ocupación récord, entre ellos el Carnival Victory, que por fin zarpó rebautizado como Carnival Radiance tras casi 18 meses de espera.
Todos estos trabajos simultáneos durante agosto y septiembre en los ocho cruceros conllevaron aproximadamente 650.000 horas de trabajo, mientras que el número de trabajadores necesarios osciló entre los 1.000 de media durante el mes de agosto (500 en Cádiz y 500 en Puerto Real), llegando hasta los 1.400 durante septiembre (600 en Puerto Real y 800 en Cádiz), según los datos de la compañía.
Sin embargo, la actividad se frenó en el último trimestre del año. Uno de los factores clave fue la huelga de la industria auxiliar del metal en la provincia de Cádiz, que paralizó los astilleros durante las casi tres semanas de noviembre que se prolongó. El conflicto coincidió con la presencia de tres cruceros en las factorías gaditanas (el Marella Explorer en Puerto Real y el Wind Surf y el Radiance of the seas en Cádiz).
El armador del Wind Surf decidió acortar su estancia en CádizWind Surf y zarpó sin completar las reparaciones contratadas. En ese sentido, la industria auxiliar teme que la imagen de conflictividad laboral cale a nivel internacional y afecte al posicionamiento que había logrado Cádiz en el sector de los cruceros, un negocio muy sensible a los plazos y en el que la competencia a nivel mundial es feroz.
Navantia es optimista y se muestra satisfecha por el desarrollo del ejercicio pasado. “Pese a la pandemia y el innegable impacto que tuvo la huelga del metal, el balance del año es muy positivo. Seguimos poniendo de relevancia la fiabilidad que siempre ha demostrado este astillero en el cumplimiento de los plazos, aspecto determinante para seguir manteniendo la confianza de nuestros principales clientes en el mercado de reparación de cruceros”, asegura el director de Reparaciones del Astillero Bahía de Cádiz, Antonio Domínguez Abecia, que sustituyó el pasado mes de abril a Joaquín Hernández Rocha, que se jubiló tras 16 años en el puesto.
Este no fue el único cambio orgánico en esta unidad de negocio. La reorganización de la estructura de Navantia que entró en vigor el pasado 1 de octubre encuadró al área de reparaciones dentro de la Dirección de Construcción Naval, que depende de Agustín Álvarez Blanco, director del astillero de Cartagena y del programa de submarinos S-80.
Navantia celebró en 2021 una década de presencia en el negocio de reparación de cruceros y desea consolidar su posición en el mercado e impulsar este sector. La empresa sigue adelante con la acción comercial iniciada durante el pasado año para cerrar más contratos de cruceros y otros buques civiles convencionales, tanto para los diques de San Fernando como de Cádiz, además de las actuaciones en los buques de la Armada Española, cliente estratégico de la compañía. “Estamos centrados en una acción comercial específica con nuestros clientes para materializar las reservas previstas para el año 2022 en contratos y consolidar de ese modo, nuestra cartera de pedidos”, concluye Domínguez Abecia.
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