Navantia recupera su dique flotante

Cádiz/Tanto la empresa Navantia como los trabajadores de la factoría gaditana celebraban este domingo pasado la reposición de su histórico dique flotante. Han sido dos años con un tercio de sus potencialidades capado, ya que Cádiz contaba hasta entonces con dos diques secos y un dique flotante.

Fue el 20 de junio de 2015 cuando, después de ser sometido a varios parcheados, el dique flotante Nuestra Señora de la Luz dejó de operar, trasladándose a la factoría de Puerto Real, también de Navantia, donde permaneció varado hasta el pasado mes de octubre.

Tras las últimas tareas de puesta a punto, pruebas y certificaciones correspondientes, el pasado domingo se procedió a su reestreno después de dos años. Fue el petrolero Dan Eagle de 46.000 toneladas y 186 metros de eslora, de la compañía Knutsen Oas Shipping, cliente habitual del astillero gaditano.

Manuel Neira, miembro del comité de empresa de la factoría gaditana de reparaciones, cuantificaba la importancia de la recuperación de este dique flotante por parte de Cádiz. "Es ni más ni menos que la recuperación de un tercio de las posibilidades reales que ofrece el astillero de Cádiz". Neira insiste en que la factoría gaditana tiene ya un nombre a nivel internacional y que, durante años, a la vista de sus resultados "se ha labrado una fidelización por parte de algunas navieras".

Por este motivo, tanto la empresa como sus propios trabajadores aplauden este hito tras casi dos años de trabajos necesarios para "poner a cero" el contador de la vida útil del dique, todos ellos, ejecutados y supervisados bajo estrecha colaboración con los técnicos de la Capitanía Marítima de Cádiz y la Sociedad Clasificadora Lloyd's Register.

Según explica la propia Navantia, tras la elaboración de un proyecto técnico por parte del departamento de Ingeniería del propio astillero, se produjo hace ahora dos años el traslado del dique flotante al astillero de Navantia-Puerto Real. Allí quedo varado en el enorme dique seco de este astillero, de medio kilómetro de largo y cien metros de ancho, dadas las dimensiones exteriores del dique flotante, de 246 metros de eslora y 52 metros de manga.

La obra comenzó con el achique y limpieza de tanques de pontonas y murallas, para lo que se instaló un andamiaje completo en el interior del dique.

Durante su reparación a lo largo de estos 16 meses, hasta octubre del año pasado, se renovaron sus 1.700 toneladas de acero.

A continuación se realizó, según describen desde Navantia, el desmontaje y recorrido completo de válvulas principales, distribución y bombas de achique del dique, así como la renovación de la gran mayoría de tuberías de las seis pontonas, tratamiento de tanques de lastre de pontonas y murallas, así como el tratamiento exterior de pintura de 17.900 metros cuadrados. A su vez se procedió durante este período en reparación a la renovación completa de la instalación eléctrica, incorporando un nuevo sistema de control operacional del funcionamiento del dique.

"Podemos decir que tenemos un dique nuevo que recupera su capacidad de 39.000 toneladas de fuerza ascensional, permitiendo la varada de buques de mayor desplazamiento", según fuentes de Navantia.

La recuperación de este dique evitará que muchos trabajos de reparación de buques se tengan que llevar a cabo en Puerto Real, en momentos concretos de overbooking de la factoría gaditana.

El dique flotante 2 o dique Nuestra Señora de la Luz, fue construido en el propio astillero de Cádiz a finales de la década de los 50, dentro de los planes de mejoras que para el mismo desarrolló el Instituto Nacional de Industria tras la compra de la factoría al empresario Horacio Echevarrieta.

Este dique flotante, entregado en 1963, es una unidad flotante auto-carenable, constituida por seis pontonas, con 231 metros de eslora y 42 metros de manga interior, y se configuró desde principios de los años sesenta, junto al dique 1 Nuestra Señora del Rosario, y el dique número 3 Nuestra Señora de la Oliva (ya desaparecido).

Los diques flotantes surgen en la segunda mitad del siglo XIX y se trata de artefactos que mediante la inundación de sus tanques hunden la estructura para permitir que la embarcación a reparar ingrese en su seno. Una vez en su sitio, se achican esos tanques provocando la elevación del conjunto, logrando así la puesta en seco del barco.