Navantia y sindicatos culminan la última reunión sobre el Plan Estratégico
Industria Naval
La compañía y la representación sindical han establecido las bases para crear un convenio único por primera vez en su historia
El rejuvenecimiento de la plantilla comportaría la contratación de 1.658 trabajadores y la salida anticipada de 2.200
Cádiz/SEPI, Navantia y las seis federaciones sindicales con representación en la compañía naval han mantenido este martes el último encuentro de la Mesa del Plan Estratégico 2018/22. En la reunión se han abordado las bases para alcanzar un acuerdo definitivo que podría calificarse de histórico por cuanto incorpora los ejes principales que permitirán garantizar el futuro de la compañía a partir de la actuación que viene desarrollando en las zonas geográficas donde está implantada: Ría de Ferrol, Bahía de Cádiz, Dársena de Cartagena y Madrid. En ellas genera 38.000 empleos directos e inducidos.
El acuerdo definitivo tendrá que ser ratificado por las asambleas de los distintos astilleros de Navantia en España. En caso de que se rechace por parte de los trabajadores, habría que volver a negociarlo. Con antelación a esta reunión, la compañía y los representantes de los trabajadores han establecido ya las bases para crear un convenio único, que será el primero en la historia de Navantia . El nuevo marco de relaciones laborales busca incrementar la productividad a través de una nueva clasificación profesional, impulsar la flexibilidad en la gestión del tiempo de trabajo y en el empleo, la igualdad de género, homogeneizar los diferentes sistemas retributivos y continuar implementando las políticas sociales y de conciliación.
La última oferta trasladada por Navantia a los representantes sindicales incluye las pautas establecidas por el Gobierno en la negociación colectiva en cuanto a los aumentos salariales previstos.
Aumento de ingresos y Astillero 4.0
El Plan Estratégico ha sido diseñado para reforzar las capacidades de la compañía líder del sector naval español que se asientan en el área comercial y de operaciones, en la eficiencia operativa y en el programa de rejuvenecimiento de la plantilla. El objetivo de este Plan pasa por aumentar los ingresos en los próximos años mediante el impulso de la contratación en el ámbito de la Defensa Nacional y de exportación, lo que implicará atender las necesidades de la Armada española así como el fomento de los modelos de negocio que aporten mayor valor añadido.
Navantia y los representantes sindicales están de acuerdo también en impulsar un plan de eficiencia operativa que permita desarrollar los principios del Astillero 4.0 y modernizar los centros mediante el uso de las nuevas tecnologías. Para facilitarlo, se reorganizará la compañía para focalizar en la cuenta de resultados la visión del negocio, habrá una mayor optimización de los procesos productivos y se digitalizarán los astilleros preparando sus instalaciones para los nuevos programas.
Inversiones en todos los centros y plan de rejuvenecimiento
En el capítulo de inversiones, el plan trasladado a la representación sindical prevé una media anual estimada de 95 millones de euros. En su mayor parte, irán destinados a la transformación digital y optimización de los procesos a través de las nuevas tecnologías, el apoyo a los programas, así como a la modernización de los astilleros.
Estos objetivos requerirán también un rejuvenecimiento de la plantilla con nuevas incorporaciones que permitan atender la carga de trabajo prevista. La oferta de Navantia apunta a 1.658 incorporaciones: el año que viene entrarían 563 empleados, 546 en 2020, 390 en 2021 y 159 en 2022. La previsión de empleo podría verse incrementada cuando Navantia entre en beneficios.
El plan de salidas anticipadas alcanzaría 2.200 efectivos y sería de aplicación a todos los centros afectando de forma obligatoria a aquellos trabajadores en activo que cumplan o hayan cumplido 61 años a partir del próximo 1 de enero y hasta el 31 de diciembre de 2022, siempre que tengan una antigüedad mínima reconocida en la empresa de cinco años. Navantia podrá retrasar la salida de aquellos trabajadores en puestos claves, durante un periodo máximo de seis meses, para mantener la transferencia de conocimiento dentro de la compañía.
Este proceso llevaría aparejado un ambicioso plan de formación en el que se emplearán 900.000 horas y del que se beneficiaría también la industria auxiliar.
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