Nuevo INQUILINO en el muelle del Vapor
El barco, de más de 30 metros de eslora, llegó a El Puerto tras su paso por Francia La goleta de origen noruego se construyó en la primera mitad del siglo XX
El muelle San Ignacio, antiguo muelle del vapor Adriano III, acoge desde hace un mes y durante tiempo indefinido un nuevo barco. Se trata del Anne Bonny, un antiguo velero que llegó a El Puerto después de una larga andadura por Noruega y Francia.
El buque, rebautizado como la Goleta del Guadalete, fue construido en 1905 en los astilleros de Oslo (Noruega) como un pesquero a vapor. En 1950 sufrió un cambio importante y pasó a ser de motor diesel y de oficio mercante. Más tarde, en 1992, el barco fue adquirido por una empresa francesa y se convirtió en velero tras una gran reforma.
La Goleta llevaba ya unos años en Puerto Sherry y fue adquirida por su actual propietario, Francisco Pérez Ibáñez, en una subasta organizada por Hacienda en 2013. Desde entonces, ha pasado por varias restauraciones en las que, entre otras cosas, se modificaron los nueve camarotes que tenía en la bodega para convertirlo en un espacio diáfano en el que solo existe un compartimento.
Esta nave mide 30 metros de eslora, más el bauprés (mástil situado en la parte delantera) que tiene aproximadamente otros tres y la manga (a lo ancho) tiene seis metros. El barco, cuyo aforo es de 90 personas, tiene una parte superior en la que se embarca, proa y popa a un nivel más bajo y el salón, la cocina y bar, los aseos, la zona del timón y las instalaciones eléctricas, por donde se accede a la sala de máquinas. Además, tiene una planta inferior donde se encuentra la bodega y único camarote actual. La Goleta del Guadalete tiene un total de tres personas de tripulación: el capitán y dos marineros. Aunque si el barco sale a navegar debe haber también un máquina que es quien controla el motor.
El propietario, Francisco Pérez, que siempre se había dedicado a la construcción, decidió adquirir este barco gracias a su pasión por la navegación. Él siempre había tenido un barco más pequeño con el que salía a navegar con la familia y destaca que, pese a los duros momentos que se pasan en altamar cuando hay temporales, la navegación es una afición que permite conocer lugares únicos.
Este barco, ya propiedad de este granadino, ha estado ultimando todos los detalles para poder ser accesible al público.
Las visitas comienzan con un vídeo montado por el Área de Patrimonio Histórico del Ayuntamiento de unos 15 minutos de duración. La visualización es en la zona de la bodega y a partir de ahí se hace una ronda por el resto del barco. Se comenzará en la cubierta, donde la guía explicará todo lo relacionado con la fuente de las Galeras y las diferentes zonas del río. Las visitas tendrán un precio de 4 euros y se podrá acceder a todas las partes del barco, incluido el puente, que es la zona donde se encuentra el timón. En este habitáculo se pueden encontrar todo tipo de elementos para la navegación: un anemómetro para medir la velocidad y dirección del viento, un GPS, una sonda que mide la profundidad del barco respecto al mar, una estación meteorológica, y hasta el piloto automático, que aunque es antiguo está preparado para ser manejado a distancia, incluso se le puede introducir el rumbo y se va rectificando de forma mecánica. Todo esto hace que la goleta esté preparada para navegar en cualquier momento, pues también tiene todos los accesorios de seguridad preparados.
El antiguo Anne Bonny, que debe su nombre a la primera pirata de la historia, es un barco muy robusto debido a la cantidad de hielo que se podía encontrar en Oslo. Aunque ha sufrido varias remodelaciones, la nave mantiene casi toda la estructura original. De hecho, en la parte del salón, también denominada castilleta, se han preparado una serie de fotografías sobre las reparaciones que ha tenido, incluidas las de la parte mecánica. Todas las imágenes que se pueden ver son de su estancia en Puerto Sherry.
Esta goleta no solo está preparada para las visitas previstas durante el verano, también se pretende dejar durante la temporada escolar para que los colegios, mediante reserva previa, puedan acceder a ella y, además de ver el barco, puedan aprender a hacer nudos y redes. Con esto se quiere dar a conocer las profesiones marítimas y todas las partes que tiene un barco.
El propietario del mismo quiere, también, aprovechar las visitas a la goleta para darla a conocer. Además, se podrán llevar a cabo encuentros de empresas, celebraciones de cumpleaños, pequeños conciertos y diferentes eventos. De hecho, en este tiempo que la embarcación ya ha estado en el muelle, ha acogido diversos eventos, entre ellos una conferencia sobre los orígenes y desarrollo de la guitarra clásica a cargo del concertista Ángel G. Piñero que tuvo lugar en el interior de esta mítico barco de principios del siglo XX.
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