El naufragio del 'Nuevo Pepita Aurora' aumenta los controles y las inspecciones

Las tripulaciones y los barcos son controlados desde tierra y en el mar por varios dispositivos

Diego Salvatierra, en el puerto de Barbate.
Diego Salvatierra, en el puerto de Barbate.
J. M. Ruiz / Barbate

04 de septiembre 2008 - 01:00

El naufragio del Nuevo Pepita Aurora ha marcado un antes y un después en las inspecciones pesqueras y en los permisos que la Capitanía Marítima de Barbate debe extender para autorizar cualquier salida al mar.

Diego Salvatierra, patrón de costa, estuvo a punto de enrolarse en el Nuevo Pepita Aurora al quedarse en el paro. Pero escuchó que pagaban poco y decidió seguir en el desempleo antes que salir de nuevo a faenar, al tener que cambiar de actividad o permanecer un año sin trabajar por estar inmerso en el expediente de desguace del pesquero Mari Luz, del que ha llevado toda la documentación y los trámites con la Capitanía.

La petición de un certificado de la prueba de peso ha sido la última de las exigencias demandadas para permitir que una embarcación se eche a la mar. A este requisito se unen otros como los certificados de balsas, cohetes, botiquín, casco en seco y a flote, navegabilidad, radio, radio eléctrico, "y como te falte uno no sale", expone.

Salvatierra cree que muchas de estas inspecciones se podrían realizar cuando el barco está en puerto durante las paradas biológicas. La incorporación de chalecos salvavidas provistos con sistemas de radio baliza es la última exigencia, aunque su adquisición ha contado con una aportación económica del Ministerio de Fomento. Otras de las exigencias es la incorporación de un equipo de comunicaciones en VHF conectado a un localizador GPS que pueda dar la posición exacta del barco en caso de siniestro. Este dispositivo ya debe salir de los astilleros con los nuevos barcos y se deberá incorporar a las embarcaciones de manera obligatoria y al resto de la flota a partir del próximo año.

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