Octubre marcará el rumbo de Navantia con el sector eólico

Industria

La presidenta de la Junta, Susana Díaz, visita los tres astilleros públicos en la Bahía La SEPI augura un futuro prometedor en este nuevo mercado si se cumple con Iberdrola

Octubre marcará el rumbo de Navantia con el sector eólico
F. R./A.r. Cádiz/San Fernando

16 de junio 2014 - 12:53

Ayer fue el día en el que, por primera vez, un presidente de la Junta de Andalucía, en este caso una presidenta, Susana Díaz, visitaba los astilleros de Puerto Real. Antes no lo había hecho José Antonio Griñán, ni lo hizo en su etapa Manuel Chaves. Así lo comentó la misma Susana Díaz justo antes de iniciar sus declaraciones ante la prensa tras reunirse con la dirección de Navantia y de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) y más tarde con los comités de las factorías de Puerto Real, Cádiz y San Fernando.

Pero también fue la primera vez que en un astillero público español se ponían plazos para comenzar a trabajar en un nuevo sector, el eólico marino, de la mano del acuerdo entre Navantia e Iberdrola para el proyecto Wikinger, que se desarrollará en Alemania. Según explicó a este periódico el presidente del comité intercentros de Navantia, las previsiones para arrancar con este proyecto en Puerto Real apuntan al mes de octubre.

En su visita, Susana Díaz insistió en la "unidad de todos" para mirar por el presente y el futuro de los astilleros. Y lo hizo desde la posición privilegiada que le da el hecho de haber sido ella, como presidenta de la Junta, y no Navantia, la encargada de anunciar uno de los contratos más esperados por la compañía y sus trabajadores, el de Iberdrola, por el que declara a la empresa pública de construcción naval como cliente preferente para la fabricación de las estructuras necesarias para el parque eólico marino Wikinger. Será una actuación que se desarrolle a medias entre el astillero de Puerto Real y el de Ferrol.

Este fue, precisamente, uno de los asuntos en el que insistió el presidente de la SEPI, Ramón Aguirre, que ejerció de interlocutor de las acciones de la compañía naval, pese a la presencia de su presidente, José Manuel Revuelta. Aguirre explicó que el contrato, de 160 millones, supondrá sobre todo, abrir un nuevo mercado internacional para Navantia "si la compañía es capaz de acreditar la veracidad de la construcción de este nuevo producto" con la entrada en el mercado eólico marino.

De hecho, tras el anuncio del acuerdo el pasado día 6, la compañía Iberdrola señaló que "esta adjudicación abrirá a los astilleros de Puerto Real oportunidades de futuro para la construcción de los parques marinos que Iberdrola construirá en Reino Unido y otros países de Europa".

Para Ramón Aguirre, además de estos dos puntos, hay más referencias de importancia en el acuerdo. El presidente de la SEPI dijo que "este es un producto que despliega sus efectos fundamentalmente en el empleo de la industria auxiliar".

Para acabar, explicó que "este producto tiene muy pequeño margen financiero, y por ello lo importante es la vinculación que tiene con la creación de empleo y el riesgo económico y financiero. Sólo desde una empresa del sector público empresarial estatal se puede llevar a cabo este tipo de operaciones". Destacó que el contrato firmado con Iberdrola para construir este parque eólico marino supone la culminación de un proyecto cuyas primeras conversaciones datan del otoño de 2012. "Todo aquél que conoce el mundo del naval sabe que la maduración de un contrato está en el intervalo de entre dos y tres años. Hoy, casi dos años después, podemos decir que Navantia va a ser protagonista del proyecto Wikinger", apostilló. El presidente de la SEPI se mostró muy satisfecho por la selección de Navantia como proveedor preferente de Iberdrola para la construcción de las estructuras de este parque eólico y, sobre todo, que el proyecto esté vinculado a la generación de empleo y a la innovación tecnológica.

Por su parte, la presidenta de la Junta, Susana Díaz, la primera en intervenir ayer, reafirmó la apuesta de "su" Gobierno para garantizar "el presente y el futuro de Navantia". Asimismo, hizo un llamamiento a todas las administraciones para colaborar en este sentido y sacar a los astilleros del "frentismo político". Fue uno de los mensajes que trasladó en su reunión con la dirección de Navantia, de la SEPI y representantes de los trabajadores, la necesidad de "cooperación, colaboración y complicidad".

Díaz dijo que los astilleros están en un momento "muy importante" en el que es necesario que se vuelquen las administraciones. En este sentido, confirmó la ayuda de 3,1 millones de euros a los que la Junta se comprometió para Navantia. Un compromiso "firme" que garantiza que estarán efectivos "en el momento en que se concrete la carga de trabajo anunciada por el Gobierno hace unos días".

Resaltó la presidenta de la Junta que todas las líneas de inversión y las apuestas que las distintas administraciones e instituciones están haciendo van en la línea de hacer "sostenible en el presente y también en el futuro" la actividad de los astilleros gaditanos que, recordó, tienen "tres siglos de historia y están cargados de momentos importantes para la Bahía y para la provincia de Cádiz", pero que también tienen que ser "motor de crecimiento y de generación de empleo para el futuro".

Igualmente, Aguirre trató con la presidenta autonómica el "horizonte de buenas noticias" que se presenta para los astilleros gaditanos, así como el momento en el que se encuentra la carga de trabajo prevista para los próximos meses. Afirmó Díaz que la Junta va a seguir colaborando porque los astilleros son "fundamentales para el desarrollo de la Bahía, para la provincia de Cádiz y también para el modelo de desarrollo económico que queremos para Andalucía".

En cuanto a las críticas realizadas en las últimas fechas por el PP aludiendo a que su visita sólo busca "la foto" y "apropiarse" de logros "de otros", Díaz señaló que su "obligación" es estar en los astilleros gaditanos en un momento como el actual, y tildó de "llamativo" que se considere "partidista" que la presidenta de la Junta de Andalucía "esté donde tiene que estar". "Voy a estar aquí y vendré cuantas veces sean necesarias", afirmó Díaz, que "tendió la mano" para sacar a los astilleros del debate político, para que todas las administraciones "colaboren" y no usen a Navantia "en el frentismo político".

Tras abandonar el edificio de la dirección del astillero puertorrealeño, dirigentes empresariales y políticos realizaron un recorrido por uno de los talleres, donde Susana Díaz recibió las pertinentes explicaciones técnicas de las labores que se realizan y, sobre todo, las que se pueden ejecutar. De hecho, paseó junto a uno de los prototipos de jacket que ya se encuentra en la factoría (imagen superior).

Posteriormente, la comitiva se trasladó hasta el astillero de Cádiz, donde fue recibida por la alcaldesa de la capital, Teófila Martínez. Allí, pudieron comprobar los trabajos de reparaciones en distintos tipos de buques.

La ruta que ayer realizó la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, por todas las instalaciones de Navantia en la Bahía gaditana para conocer de primera mano sus tres factorías concluyó en La Isla a primeras horas de la tarde. Fue una visita relámpago, de poco más de un cuarto de hora. El tiempo justo para comprobar en los talleres la marcha de los trabajos que se están llevando a cabo en el astillero de San Fernando para la construcción de las lanchas de desembarco que se hacen para la Marina australiana y que centran la ocupación de la factoría.

La presidenta, tras las explicaciones de rigor por parte de la empresa, se animó incluso a subir a bordo de una de estas lanchas de desembarco en avanzado estado de ejecución. El propósito era que visualizara estos encargos para que tomara nota del potencial de las instalaciones y de su capacidad para hacer frente a nuevos encargos. Cabe recordar que las cuatro primeras lanchas de desembarco fueron entregadas a la Marina australiana en el pasado mes de marzo. Quedan, no obstante, otras ocho unidades que se irán entregando hasta completar los encargos en 2015. El contrato con la Armada australiana fue firmado en septiembre de 2011. Cada una de estas lanchas que ayer pudo contemplar Susana Díaz en el astillero isleño supone desde su inicio un proceso que ronda entre los once y los doce meses de trabajo. Las lanchas tienen poco más de 23 metros de eslora, soportan hasta 65 toneladas de carga y pueden ser utilizadas tanto en acciones militares como en campañas humanitarias.

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