Visto y Oído
Broncano
Si algo ha quedado claro al cierre del ejercicio económico de 2008 es que no ha sido precisamente el mejor año para Cádiz. Por sus niveles de desempleo, de quiebra de empresas y de condiciones sociales, entre otras, la provincia continúa soportando una rémora que quizás ya dura demasiado. Y lo que es peor, viendo día tras día cómo la clase política no deja de asegurar que se van a crear empresas y se va a crear empleo. Pero los datos son los que son y destrozan dramáticamente dichas promesas de futuro. Al menos, de momento.
Los últimos datos hechos públicos por el Ministerio de Trabajo dicen que Cádiz tenía, a final de noviembre, 143.549 parados, casi 37.000 parados más que hace un año. La mayor parte de este golpe se lo volvieron a llevar sectores ya "clásicos" en este desafortunado recuento: los servicios y la construcción. La industria, que se supone ha de ser el motor del que tire la economía, se mantiene a duras penas con ligeros repuntes.
El cierre de la factoría de Delphi, la regulación de empleo en Altadis, los planes de ajuste en Airbus o la cancelación de pedidos en Dragados han supuesto para el sector industrial gaditano un torpedo a su línea de flotación, ya que todas estas empresas eran el buque insignia del que dependía buena parte del empleo en la Bahía de Cádiz. Todo, en un marco que no invita al optimismo, con la cifra de casi tres millones de desempleados en toda España.
Para luchar contra esta situación, desde la Junta de Andalucía continúan anunciándose planes de incentivo al empleo en la provincia de Cádiz. El último, a cargo del propio consejero de Empleo, Antonio Fernández, que anunciaba nuevas inversiones para crear puestos de trabajo en los municipios gaditanos, muchos de ellos vinculados a escuelas taller y casas de oficio.
Dejando a un lado al desempleo, hay otros elementos que sitúan a Cádiz en una difícil situación. Uno de ellos es la quiebra de empresas, muchas de ellas dedicadas a la construcción y la actividad inmobiliaria. Según datos del Juzgado de lo Mercantil de Cádiz, hasta el pasado mes de agosto se habían presentado 70 declaraciones de concurso de acreedores de otros tantos negocios. La titular de este Juzgado, Nuria Orellana, ya alertaba entonces de la situación de saturación que, además, dificulta sobremanera la resolución de los casos.
También, recientemente se conocía que la Delegación de Empleo de la provincia de Cádiz había resuelto, hasta el pasado mes de noviembre, 17 expedientes de regulación de empleo de otras tantas empresas gaditanas que han tenido que afrontar despidos o reducciones de sus respectivas plantillas.
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