"Si Puerto Real se viese con mis ojos ya sería la capital de la Bahía"
Elena Amaya Candidata del PSOE a la Alcaldía de Puerto Real
"En el Ayuntamiento hay que abrir puertas y ventanas para que se vaya el olor a rancio acumulado estos años"
¡Adiós Elena! o ¡Hasta luego, guapa! Es la cantinela que puede oír todo el que cruce cualquier calle de Puerto Real junto a la candidata socialista, Elena Amaya. Es cierto que a los ojos de la política puede resultar una de las más desconocidas pero sólo hay que observar cómo se mueve por el centro de la localidad para darse cuenta de que Elena, sin necesidad de apellidos, no pasa desapercibida. "Que conste que esto es así de siempre, no de ahora que estamos en campaña", asegura. Lo confirma su padre, Juan Amaya, que dice negarse a caminar con ella por la calle De la Plaza porque "se para con todo el mundo y no sé lo que tardamos en ir a algún sitio".
Elena domina el tú a tú. Se mueve como pez en el agua con la gente de a pie. Sale de la Casa del Pueblo y sigue haciendo pueblo. "Nunca me han gustado los saludos lejanos, si puedo me paro y charlo un poquito con las amistades porque conozco a mucha gente, es lo que tiene ser de Puerto Real de toda la vida, más puertorrealeña que el arroz con muergos", sonríe.
Sin embargo eso no es del todo así. Elena es una de esas puertorrealeñas que no nació la Villa, y aunque ella nada pudo hacer para evitarlo, es su "espinita clavada" que se apresura en aclarar. "Nací en Valladolid por pura casualidad. Mi padre estaba trabajando allí y antes de empezar el colegio mi madre fue a visitarlo con mis hermanos. Estaba embarazada de mí y se puso allí de parto hace 42 años, pero a los días ya estaba yo aquí".
Elena es enérgica, pizpireta y pone su acento en todo lo que hace. Ahora quiere dejar su impronta en el Partido Socialista de Puerto Real, al que llegó no hace demasiado tiempo, "cuando peor estaban las cosas para arrimar el hombro", según dice ella. "Yo siempre he sido socialista. Primero por herencia, porque es lo que he vivido en mi casa con mi padre, militante de toda la vida, al que yo le digo Juan Amaya, socialista donde los haya. Después, por propia conciencia, no hay otro partido que puede defender mejor mi ideología y la justicia social en la que creo".
Algo tuvo que ver en su "herencia socialista su madre, María León, ya fallecida. "La pobre siempre decía: ¡Esta niña ha nacido para ser política, siempre peleando y reivindicando sus derechos desde que era chiquitita".
Está convencida de su proyecto de ciudad. "Si la gente viese Puerto Real como yo lo veo ya seríamos la capital de la Bahía. El potencial que tenemos en esta ciudad no se ha explotado y ya ha llegado la hora de que nos den nuestro sitio".
Mientras explica sus ideas "vende" su pueblo. "¿Habéis probado los caracoles de aquí?", pregunta señalando a uno de los bares del centro. "Están para enmarcarlos, aunque yo este año aún no los probé, tenemos que hacer un inciso en la campaña y venir", propone a algunos de sus compañeros de lista, mientras retoma el camino hacia la sede de uno de los colectivos con los que está manteniendo encuentros. Lleva su programa electoral "puerta a puerta" y recoge las propuestas de todos ellos. "Hay que escuchar al ciudadano que trabaja día a día por Puerto Real, principalmente en materia social".
Dice estar dispuesta a "abrir puertas y ventanas en el Ayuntamiento, que se vaya el olor a rancio y que la administración local sea transparente a los ojos del ciudadano". Unos metros más adelante se repite la escena que resume el día a día de Amaya: ¡Hola, Guapa!, le dice una señora. Elena aminora la marcha y se para con ella. ¡Qué razón tenías, Juan Amaya (socialista donde los haya)!.
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