Rivero: "La quiebra de Puerto Sherry ha sido una pesadilla"
El principal dueño del complejo anuncia que buscarán ahora un socio para que lleve los hoteles
A primeras horas de la mañana de ayer, este diario le daba la noticia del auto de la juez de El Puerto que decreta el levantamiento de la quiebra de Puerto Sherry, a su principal dueño. Joaquín Rivero estaba en París.
Y es que, en los últimos tiempos, desde que dimitió al frente de Metrovacesa y asumió la presidencia de la francesa Gecina, vive a caballo entre la capital gala y España, aunque pasa allí más de la mitad de la semana. A Rivero aún no le habían notificado el auto que pone fin a un complejo procedimiento que se remonta más de trece años atrás, desde que, en el verano de 1994, recién comprado el complejo deportivo portuense, decidió instar a la quiebra junto con sus socios de entonces.
Así que, con las lógicas reservas debidas al desconocimiento del auto, Rivero no quiso entrar en demasiadas honduras. Aunque su primera impresión fue más que elocuente: "La quiebra ha sido una pesadilla".
Un mal sueño del que, sin embargo, sí desvela que hace tiempo que había empezado a despertar. No en vano hacía tiempo que esperaba que se produjera ya el levantamiento del procedimiento, y con ello, el fin del secuestro de la dársena por parte de la Autoridad Portuaria.
"Era un tema esperado", confesó. "Como se han cumplimentado todas las instrucciones que hemos ido recibiendo, lo normal es que se levantara. Hace más de un año que veníamos haciendo todas las gestiones y llegado a todos los acuerdos entre concesionarios y acreedores", agregó el que hasta la quiebra fue administrador único de Puerto Sherry, cargo que, con toda probabilidad, volverá a asumir una vez que se dé cumplimiento al auto de la titular del Juzgado Número 2 de El Puerto.
Joaquín Rivero, al tiempo, confirmó lo que este diario adelantó en su edición de ayer: que efectivamente la hasta ahora concesionaria de Puerto Sherry, Marina del Puerto S.A., se ha fusionado con la empresa Vértices del Puerto, de la que él es uno de los principales accionistas. Una medida que justificó por meros motivos económicos: "Vértices tiene dinero (de hecho, es la que hace dos años vendió a Noriega, filial del Grupo Sánchez Ramade, los terrenos de La China, la única finca que queda por urbanizar en esta zona del litoral, por 166 millones de euros, alrededor de 27.600 millones de las antiguas pesetas) y Marina no. Había que fusionarse para poder poner en marcha todos los planes que tenemos".
Porque no hay que olvidar que los concesionarios están ahora obligados a abonar las deudas a los acreedores (la mitad de los débitos se los adeudan a ellos además) y a poner en marcha un ambicioso plan para reflotar el complejo, que incluye el remate del inacabado segundo hotel de Puerto Sherry, 500 atraques más en la dársena, parking subterráneos y un gran centro de ocio de lujo y otro comercial, entre otras medidas.
No cree Rivero que ahora para el negocio de Puerto Sherry, sea mal momento. "No se trata de construir, sino de alquilar las plazas. Y es un buen momento para ello".
Por último, aunque asegura que ahora "tenemos bastante capacidad económica", desvela que tienen previsto asociarse con algún grupo para que lleve la gestión hotelera. Hace dos años, tenía conversaciones muy avanzadas con unos americanos y unos francesas. Espera ahora retomarlas o bien pulsar a otros empresarios.
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