Rumbo a Kuwait

La Base de Rota despide al buque 'Juan Carlos I', que navega ya hacia su primera misión en el exterior

Miembros de la dotación del 'Juan Carlos I' y las distintas unidades que embarcaron ayer, forman en la cubierta de vuelo para el acto de despedida. / Fito Carreto
Alicia Ruiz

02 de mayo 2018 - 07:00

Rota/Era un momento especial para el Juan Carlos I. El buque insignia de la Armada, que fue entregado a la marina española en 2010, estaba a punto de partir de Rota para cumplir su primera misión en el exterior. Los últimos miembros del equipo subían con sus petates y en la cubierta de vuelo formaban para la despedida. "Hoy es un a día importante para el Juan Carlos I y para la Armada", decía ayer el comandante del Grupo de Acción Naval 2, contralmirante Ricardo Atanasio Hernández López, que fue el encargado de dirigir unas palabras al personal antes de su partida.

Las sirenas de las fragatas atracadas en el puerto de la Base de Rota y las del buque Galicia, justo enfrente, sonaban para dar el primer adiós a estos compañeros, ya rumbo a Kuwait. Estarán lejos de casa dos meses para realizar la proyección estratégica de cinco helicópteros del Ejército de Tierra que desplegarán en la base iraquí de Camp Taji, integrados con las unidades del US Army en beneficio de la operación 'Inherent Resolve' en Iraq. Pero no sólo ese será su cometido. También fortalecerá relaciones bilaterales y será escaparate de la industria de defensa española, con escalas previstas en los puertos de Bombay (India) y Alejandría (Egipto) durante el regreso a España.

"Tenemos muchas ganas, estamos motivados", comentaba Emilio, natural de Rota. Destinado ya varios años en el portaaviones abrazaba en el muelle a su pareja, quien solo pensaba en "que pase el tiempo rápido".

Móviles para inmortalizar el momento, abrazos, besos, y alguna que otra lágrima se juntaban en unos familiares y amigos que esperan ya el regreso de los más de 400 miembros de las Fuerzas Armadas que navegan en el buque y que tardarán unas tres semanas en llegar a su destino. A los 282 miembros de su dotación, cuyo comandante es el capitán de navío José Lago Ochoa, hay que sumarle las 95 personas que forman el equipo de la Unidad Aérea Embarcada (UNAEMB) -con 4 aviones AV8B Harrier de la Novena escuadrilla y dos helicópteros SH3D de la Quinta escuadrilla-, y las 20 de un Grupo Naval de Playa, con dos lanchas de desembarco LCM, así como el equipo de seguridad de Infantería de Marina y los del Ejército de Tierra encargados de los tres Chinook HT-17 y dos Cougar HT-27 de las FAMET (Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra) que transportan. Está unidad está al mando de la comandante linense Gala Gallego, del batallón de helicópteros IV de Sevilla, que saldrá para Irak en avión más tarde con más personal de Tierra que reforzará el contingente actual en la zona.

Además, en la Bahía de Cádiz le esperaba la fragata Blas de Lezo, que hace de escolta del buque, ya que pasará por aguas donde la seguridad pueda estar comprometida. A bordo, los 194 miembros de su dotación, incluido un equipo operativo de seguridad de Infantería de Marina.

Y aunque motivados, las despedidas siempre son duras. Javier contaba que es su tercera misión pero es la primera vez que deja a sus dos hijas pequeñas, una de 4 meses y otra de 2 años. "Estuve en Somalia estando soltero, luego ya con mi mujer y esta vez con mis dos hijas, por lo que es un poquito más duro, aunque sea menos tiempo", comentaba este teniente de navío de San Fernando mientras apuraba los últimos minutos con su familia y su esposa escondía las lágrimas tras las gafas de sol. Otro Javier, de Jerez, empezaba su viaje más lejano hasta el momento en tres años en la Armada. "Estoy con ganas", afirmaba también, mientras su madre no negaba sentirse algo preocupada como cualquier madre en este tipo de situaciones.

El comandante del Grupo de Acción Naval 2, contralmirante Ricardo Atanasio Hernández López, les ha deseado a todos viento y mar propicios en su estreno, "después de un periodo intenso de preparación". El mando manifestó que han aprobado con "sobresaliente" su certificación para el combate realizada el mes pasado y aprobaron con la misma nota su participación en el ejercicio Milex 18, la semana pasada, para que la Base Naval de Rota pueda ser cuartel general de la UE.

Ahora, con esta operación de carácter conjunto "como no podía ser de otra manera en los tiempos que corren, se demuestra la capacidad de las Fuerzas Armadas para proyectar unidades de combate allí donde se necesite", por lejos que esté. Hernández López, que estuvo acompañado por otras autoridades militares como el jefe de las Famet, el general de brigada González Díaz, recordó también que en su viaje el portaaviones será un escaparate de la industria de defensa española y su capacidad tecnológica y demostrará ser "un valioso instrumento de política exterior", fortaleciendo las relaciones bilaterales.

compromiso

El compromiso de España en esta misión es alto, por ello pone a disposición de la operación buques y aeronaves, apuntaron ayer desde la Armada. La operación estará bajo el mando operativo del JEMAD (Jefe del Estado Mayor de la Defensa), y con ella se pretende alcanzar unos objetivos bien definidos, señalaron. "Por un lado, constituye una muestra más de la capacidad de las Fuerzas Armadas españolas para proyectar medios de combate en escenarios lejanos en conflicto, enmarcada en la voluntad y resolución para cumplir sus cometidos en favor de la seguridad y defensa de España y los españoles", señalaron en un comunicado.

"Por otro, con las escalas previstas en los puertos de Bombay (India) y Alejandría (Egipto) durante el regreso a España, la Armada contribuye a los intereses de la industria de defensa nacional, así como, con su presencia, a la estabilidad en áreas de interés en el norte de África establecidas en la Estrategia de Seguridad Nacional".

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