SOS: El parque de Los Alcornocales en serio peligro de extinción

Medio Ambiente

La falta de tratamientos sobre la lagarta peluda está acabando con gran parte de esta masa forestal

Mariposas de lymantria dispar en un muro de Alcalá de los Gazules. / Paco Blanco
José María Ruiz

26 de noviembre 2023 - 06:00

Hablar del Parque Natural de los Alcornocales es hablar de uno de los pulmones más importantes de la provincia, la región y el país. Fue declarado por el Parlamento de Andalucía en 1.989 como espacio protegido y cuenta con una superficie de 167.767 hectáreas que se extienden por los términos de 18 municipios de la provincia de Cádiz que suman más de 380.000 personas.

Se trata de una masa forestal de bosque autóctono mediterráneo, con aprovechamiento forestal, ganadero, cinegético, además de corcho, que es su principal fuente de ingresos para muchas de las localidades por las que se extiende, entre la que está la población alcalaína.

De hecho, el pasado año el descorche o la saca del corcho en el Parque Natural, las fincas privadas y el monte público dependiente del Ayuntamiento generan una ingente cantidad de empleo entre los corcheros y los arrieros, que son sus burros llegan a las zonas más inaccesibles de este espacio natural.

Pues todo ese patrimonio está en peligro, y todo por no tratase en tiempo y forma la lagarta peluda, que es como se conoce popularmente a la Lymantria Dispar, un insecto que provoca importantes daños en los alcornocales.

Uno de los colectivos que está luchando por erradicar estos insectos es la Asociación Forestal Andaluza Amigos de los Alcornocales, de la que es presidente Paco Blanco, una persona que conoce bien el estado en el que se encuentra esta masa forestal, aunque deja claro que ellos no gestionan ninguna finca, pero sí que la composición de sus asociados incluye a propietarios, técnicos y trabajadores forestales, naturalistas, entre otros profesionales ambientales.

Ante la magnitud del problema y la polémica en torno a la utilización del diflubenzuron, prohibido por la Comunidad Europea (CE) desde 2018 y con una demora hasta 2021 para su entrada en vigor, y la supuesta ineficacia de otros tratamientos, el 5 de mayo, en la finca ‘El Torero’, de Alcalá de los Gazules, realizaron pruebas de tratamiento, contra la Lymantria Dispar, con diversos productos fitosanitarios registrados y autorizados.

Para 2024, la previsión es actuar en tres parcelas de cinco hectáreas, con tratamientos químicos terrestres mediante cañón y biológicos; mediante nemátodos endopatógenos, inventariado de insectos predadores, colocación de cajas nidos y bolsas de feromonas respectivamente.

Igualmente, y dentro de un proyecto presentado a la Fundación Biodiversidad se contempla realizar fumigaciones con fitosanitarios con uso autorizados en el alcornocal mediante dron, en lugares de difícil orografía, y cañón en superficies sin problema de accesibilidad motorizada; así como la instalación de estaciones meteorológicas que proporcionen datos de temperatura, humedad, precipitaciones y viento, con el objetivo de aumentar el conocimiento de la etiología de la lagarta.

Amigos de los Alcornocales piden a la Administración que aplique el Plan de Lucha Integrada (PLI)

Por su lado, se está pidiendo a la Administración que aplique el Plan de Lucha Integrada contra la Lymantria Dispar en la Comunidad Autónoma de Andalucía, que es un plan vigente desde diciembre de 2013. Según expone Paco Blanco, "esto pasa por adoptar una actitud proactiva y no estar a verlas venir; la Administración tiene técnicos con conocimientos para luchar contra la plaga, pero es necesario considerar el tema prioritario y destinar recursos".

Con todo, a corto plazo solicitan que, tras el inventario y control de las puestas, se programen tratamientos aéreos en las fincas a descorchar en la campaña de 2024. Asimismo, las convocatorias de ayudas forestales deben contemplar como subvencionables las actuaciones contra las plagas forestales.

Igualmente, se está pidiendo a los propietarios que dejen de considerar la plaga como un hecho inevitable y que gestionen un dispositivo de lucha integrada. Ante ello, creen que "se puede frenar su incidencia; deben colaborar con los agentes de medioambiente en el censo y muestreo de los nidos, sobre todo en los años previos al descorche, y programar fumigaciones con dron, en rodales inaccesibles y aéreas en manchas más extensas".

En cuento al estado de los alcornocales, desde este colectivo consideran que la lagarta peluda, que es el nombre popular en el argot corchero, es una plaga endémica de las quercíneas, que se conoce en España desde hace mucho tiempo, existiendo referencias a la misma desde el Siglo XIX.

Se trata de una plaga polífaga cuyas orugas se alimentan de numerosas especies de frondosas. Tiene un ciclo biológico perfectamente conocido de una generación anual y sus poblaciones presentan gradaciones o picos de entre tres y cuatro años, alternando con periodos de recesión de cinco a diez años. La plaga ocasiona intensas defoliaciones del arbolado, por lo que su crecimiento y producción se ve comprometido, y en el caso del alcornoque se dificulta la saca del corcho en los árboles defoliados, ya que este no se separa adecuadamente provocando daños en el tronco durante su extracción.

Es decir una masa forestal envejecida, sin regeneración natural, sometida a sequias prolongadas, cambio climático, que comporta una acentuación de los valores extremos y un aumento de la irregularidad; una alta presión de la cabaña cinegética como gamos y cochinos sobre todo, y la extensión de la seca, hacen que la situación no sea nada halagüeña. Como resumen, "a perro flaco, todo se le vuelven pulgas", y todos estos factores están llevando a la desaparición de amplias zonas arboladas, como lo evidencia el descenso paulatino de la producción de corcho de los últimos 40 años.

Desde esta Asociación exponen que la Administración Andaluza se cuenta con las herramientas necesarias, pero de momento, parece que no se ponen en marcha en tiempo y forma.

Según recoge Plan de Lucha Integrada (PLI) contra la Lagarta Peluda (Lymantria Dispar, Linnaeus, 1.758) en la Comunidad Autónoma de Andalucía, un documento de 46 páginas, editado varias décadas atrás, se recuerda entre sus páginas 14 y 17, que entre los años 1.955 a 1.960 hubo una serie de ataques de lagarta sobre una superficie de 15.000 hectáreas de la zona de Los Alcornocales y que a principios de los años 70 hubo 20.000 hectáreas caracterizadas por la discontinuidad y desigualdad de los ataques de la lagarta. En los primeros años de la década de los años 80, hubo un grave ataque de lagarta en lo que actualmente es el Parque Natural Los Alcornocales, sobre una superficie de 15.000 hectáreas (esta zona ocupó prácticamente la misma superficie que la que posteriormente ocupó el brote de plaga a finales del año de 1.993). Tras dos años consecutivos de tratamientos aéreos, se consiguió controlar la plaga, según recoge el informe de la propia Junta de Andalucía.

En las páginas 28 y 29, se contempla que el empleo de atrayentes sexuales resulta una técnica de control de poblaciones importante dentro del desarrollo del Plan de Lucha Integral. La colocación de trampas de feromona tiene como objetivo principal mantener o disminuir la población de lagarta peluda en aquellos rodales que tengan un nivel de infestación bajo. Del objetivo principal y de las características de este tipo de tratamiento se derivarán otros objetivos secundarios como complementar otros tratamientos fitosanitarios y controlar las poblaciones de forma totalmente específicas para este insecto.

Por su parte la Junta de Andalucía, ha puntualizado que de manera coordinada entre el Departamento de Equilibrios Biológicos de la Dirección General y el Departamento de Actuaciones en el Medio Natural de la Delegación Territorial se está trabajando en una estrategia para el año 2024, a la mayor brevedad posible.

Tras una primera reunión celebrada en el mes de julio de 2023 entre el personal técnico de la Dirección General y las Delegación Territorial, la Consejería se emplazó a establecer el calendario necesario para la planificación en 2024, una vez conocido el alcance de la afección de la plaga en 2023, cuyos datos están actualmente en recopilación por parte de los Agentes de Medio Ambiente y los Técnicos de AMAYA y de la Consejería. (Dirección General de Política Forestal y Biodiversidad). Así, se expone que se está finalizando la recopilación de datos sobre las puestas para tener una estimación fiable del alcance de la plaga en 2024.

Por otro lado se ha recibido una propuesta por parte de la Universidad de Cádiz a través de la presidenta de la Junta Rectora del Parque de Los Alcornocales denominada: "Bases ecológicas para el control biológico de la lagarta peluda (Lymantria dispar Linnaeus, 1758) por aves y murciélagos en el Parque Natural de los Alcornocales". Está siendo sometida a estudio por parte de la Dirección General para ver su viabilidad.

Igualmente, se añade por parte del delegado territorial de Medio Ambiente, Óscar Curtido, que "se va a solicitar al Ministerio que este año sea sensible con el problema que están sufriendo en la zona y que autoricen estos principios activos eficaces para poder tratar a la plaga". A eso añade que "si no es así, nosotros pondremos todos los medios a nuestro alcance y todos los productos autorizados a nuestro alcance para intentar paliarlo".

Alcalá de los Gazules cuenta con una Suberoteca del corcho única en Andalucía

El 21 de marzo de 2011 se inauguró la primera Suberoteca andaluza para controlar la calidad del corcho. Con una inversión superior a 2,4 millones estas instalaciones pretenden ser la plataforma para impulsar el principal aprovechamiento forestal

Situada en el Complejo Ambiental El Aljibe de Alcalá de los Gazules, es el primer centro de calidad del corcho de la Comunidad Autónoma.

La Suberoteca, o biblioteca del corcho, tiene el propósito de mejorar el servicio que la Junta de Andalucía ofrece al sector corchero tradicional y en su construcción se invirtieron 2.428.084 euros, de los que el 70% fueron financiados por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

Se trata de unas instalaciones visitables que poseen 760 metros cuadrados y que están dotadas de un diseño pionero y ecoeficiente, caracterizado por aspectos destacables como la orientación y forma estratégica pensadas en minimizar el aprovechamiento solar y eólico, la recogida y uso integral del agua de lluvia, un cerramiento de gran inercia térmica, paneles fotovoltaicos, caldera de biomasa, o el uso de materiales económicos y de fácil mantenimiento.

En su interior, como si de una biblioteca se tratase, se almacenan miles de calas de corcho realizadas en los últimos 30 años y que han sido recogidas en unos 800 montes de Andalucía, un muestrario que está disponible para su consulta por parte de productores, industriales y estudiosos de esta materia prima. Estas instalaciones también disponen de un laboratorio de análisis de muestras, donde se realizarán estudios del corcho y el alcornocal, permitiendo crear un archivo de seguimiento.

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