Sanción a la auditora que hizo tambalearse a Carbures
El parqué casi acabó con la fibra de carbono
Varapalo a Price Waterhouse por el informe que sacó del parqué a la 'spinoff' de la UCA hace seis años
El Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas (ICAC) ha anunciado una dura sanción contra el gigante auditor Price Waterhouse por un informe realizado en el otoño de 2014 sobre la firma gaditana Carbures y que supuso casi su desaparición y la paralización de su cotización durante tres meses. Price Waterhouse nunca pudo demostrar las dudas que expuso sobre su contabilidad, pero eso no impidió que Carbures perdiera prácticamente todo su valor y, de ser una estrella en el índice MAB (Mercado Alternativo Bursátil) de firmas emergentes, pasara a ser una compañía sospechosa. Desde entonces Carbures, hoy Airtificial, siempre ha sido vista con prudencia a la hora de concedérsele líneas de crédito y la financiación en el mercado bursátil quedó prácticamente vetada para ella. Muchos pequeños accionistas perdieron su apuesta por la empresa después de unos años en que su cotización no paró de crecer exponencialmente. Lo hizo hasta en un 1.800% en apenas dos años y medio.
“Lo que hizo Price con nosotros no tiene nombre. Ellos eran unos gigantes y nosotros éramos una empresa pequeña. Tardaron tres meses en auditar una empresa que facturaba 25 millones, pero sólo tardaron una semanas en auditar Abengoa, que facturaba mil millones. Nos hicieron trizas sin ningún fundamento. Este informe del ICAC nos llena de satisfacción porque demuestra que nosotros no hicimos nada incorrecto, pero llega muy tarde”, explican fuentes extraoficiales de la empresa, ya que los dirigentes de Carbures entonces han preferido no entrar a valorar el caso.
El ICAC es un organismo dependiente del Ministerio de Economía que vela por las buenas prácticas del sector auditor. Al estudiar el caso de Carbures ha entendido que Price cometió una infracción grave al incurrir en el “incumplimiento de las normas de auditoría que pudiera tener un efecto significativo sobre el resultado de su trabajo y, por consiguiente, en su informe”, señala el ICAC en su resolución, a la que ha tenido acceso el rotativo económico Cinco Días.
La multa para Price no es significativa, algo más de 83.000 euros, pero tiene una mayor carga de profundidad por la dureza de su redacción, lo que en este sector tiene una posterior repercusión. Para Carbures supuso que se le situara en el mismo nivel que un escándalo que se había producido sólo unos meses antes, el de Gowex, que cotizaba a la par que Carbures en el MAB.Eran las dos grandes estrellas de este índice bursátil emergente. Gowex se dedicaba a vender wifi gratis a los municipios, pero en realidad era puro humo. Carbures siempre protestó por que se le asociara a este otro escándalo, casi paralelo en el tiempo, “porque nosotros construíamos cosas tangibles y las vendíamos en el mercado y teníamos plantas de producción. No teníamos nada que ver con Gowex, pero este informe de Price hizo que se nos vinculara”.
Las dudas de la auditora, que llevaba años revisando las cuentas de Carbures, tenían que ver con tres proveedores de la compañía, que sospechaban que en realidad formaban parte de la misma compañía y la razón de su existencia era sanear la contabilidad. Esto supuso una enorme sorpresa para Carbures, que había pedido a Price Waterhouse un informe para dar el salto al mercado continuo. Previamente se había hecho un informe sobre los seis primeros meses de aquel año de la compañía sin realizar ninguna salvedad. Sin embargo, en este nuevo informe saltó una de las peores frases que pueden ocurrir en el parqué:un hecho relevante. Ahora el ICAC afirma que ese hecho relevante no se basó en nada tangible.
Tras filtrarse la auditoría, Carbures pidió a la CNMV que se suspendiera la cotización. Por entonces, cuentan los accionistas, una acción valía cerca de 30 euros. Cuando regresó al mercado no llegaba a los dos euros. Price Waterhouse exigió a Carbures un nuevo modo de contabilidad y donde antes había ganancias, ahora había pérdidas. “Que sobreviviéramos a aquello fue un milagro”, dicen los más veteranos de Carbures. Un fondo, Black Toro, llegó al rescate y luego nuevos socios y un nuevo nombre, Airtificial. Lo que fue Carbures, mal que bien, aún hoy sigue vivo, tiene encargos y sigue produciendo.
"Teníamos las acciones del Batmóvil..."
Manuela Pérez Venegas preside la asociación de pequeños accionistas de lo que fue Carbures, hoy Airtificial. Son unos 90 inversores que cuentan con un 3% de la compañía, aunque buena parte de ellos son nuevos, posteriores al “cataclismo de 2014”. Para Pérez Venegas, “aquella auditoría nos hundió, el que no vivió aquello no puede figurarse lo que supuso y siempre sospechamos que algo había sucedido dentro, que hubo mala intención, que el enemigo estaba dentro. Por entonces había un vacío legal en España a esa manera de auditar y se aprovechó para hacernos daño. Lo perdimos todo. Porque no era el dinero, era la tecnología. La empresa iba como un tiro y existía un concepto de una enorme proyección, a lo Silicon Valley. Podíamos hacerlo todo y éramos punteros en la fibra de carbono. Podíamos hacer desde la mesa de tu terraza hasta piezas de los coches BMW.Incluso sonábamos para el estadio nuevo del Atlético de Madrid. Aquel golpe nos sacó de un plumazo del mercado y otros nos adelantaron. Nos quedamos con carbures y con los contratos de Airbus. A eso siguieron guerras internas y ya no levantamos cabeza. Teníamos las acciones del Batmóvil y, de la noche a la mañana, parecíamos accionistas de Abengoa”.
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