La Sierra de Grazalema, 45 años de la Reserva de la Biosfera decana en España

La Unesco distinguió a este espacio en 1977 y en 1984 se convirtió en el primer parque natural de Andalucía

La Sierra de Grazalema, 45 años de la Reserva de la Biosfera decana en España
La Sierra de Grazalema, 45 años de la Reserva de la Biosfera decana en España / D. C.
Jorge Molina (Efe)

07 de enero 2022 - 11:29

La Sierra de Grazalema, en Cádiz y Málaga, celebrará sus 45 años como primera Reserva de la Biosfera (Unesco) en España con el logro de aunar conservación y desarrollo, destaca el ex presidente de la andaluza Agencia de Medio Ambiente (AMA), Tomás Azcárate. Grazalema se convirtió en 1977 (22 de enero) junto a Ordesa en la primera Reserva de la Biosfera española, una distinción que concede la Unesco.

El espacio protegido sería poco después, en 1984, el primer parque natural de Andalucía, de forma que “el modelo de espacio protegido en el que está permitida la entrada y las actividades económicas, al contrario que en los parques nacionales entonces vigentes, se empezó a experimentar en España aquí”, indica a Efe Azcárate, el entonces presidente AMA.

Este territorio, conocido sobre todo por las poblaciones de un abeto relicto, el emblemático pinsapo, resultó un laboratorio donde los primeros gestores ambientales pusieron en práctica tanto la conservación como lo que entonces se denominaba desarrollo rural, pues la expresión desarrollo sostenible fue posterior. “Había falta de interés, incluso rechazo a nivel social, que se manifestaba sistemáticamente desde ayuntamientos a propietarios de fincas”, explica Juan Clavero, primer director del parque natural.

Los límites al desarrollo se temían con la declaración de algo tan nuevo como un parque natural, pues en Andalucía la única referencia previa era el parque nacional de Doñana. “Se entendía que la agricultura era el desarrollo, y los bosques un atraso”, añade Clavero, entonces, como ahora, componente del movimiento ecologista andaluz.

El primer director recuerda cómo, a la vez que se salvaban las ultimas 25 malvasías que quedaban en Europa, en la laguna de Zóñar (Córdoba), se pretendía dar un riego asfáltico en las dunas de Doñana que las fijaran ante la urbanización que se pretendía levantar frente a Sanlúcar de Barrameda.

Azcárate, actualmente director en Canarias del Instituto del Turismo Responsable, añade que en la siguiente declaración –la del parque natural de Cazorla en 1986- recurrió a la protección de la Guardia Civil en un par de ocasiones ante la furia de quienes les acusaban de “querer soltar culebras y lobos”.

El parque natural jienense, el más grande de España, también fue declarado primero Reserva de la Biosfera y luego llegaría la protección legal de la Junta, “precisamente por el enfrentamiento tan grande que tuvimos y, sin embargo, implantado el modelo de desarrollo y conservación, al cabo de tres años nos llevaban en volandas”.

El acierto del parque natural de Grazalema, según el expresidente de la AMA, fue unir la conservación y el desarrollo, “desde el principio existía un conservador y un gerente liderando la gestión”. “Andalucía fue precursora en la unidad de gestión en temas ambientales, la primera en España en tener un departamento así”, en referencia a la todavía recordada AMA.

Las ventajas económicas de convertirse en parque natural son recalcadas por los dos. “Por supuesto ha habido un plus económico en Grazalema, y en todas las zonas rurales, gracias a los parques naturales, incluido el acierto de crear las cinco villas turísticas como primer motor del turismo rural, una de ellas en Grazalema”, señala Azcárate.

Ecologistas en Acción –organización ahora premiada por la Red de Reservas de la Biosfera- realizó hace veinte años un estudio comparando los municipios del parque y los de alrededor. “La pérdida de población se había ralentizado, y en otros subía incluso; y en renta no estaban los últimos, cuando los de montaña suelen serlos”, indica Clavero. Benamahoma, con 400 habitantes, cuenta hoy con 7 restaurantes; y Grazalema, con 1.500, dispone de 10 hoteles y 15 restaurantes, datos que adjudica Clavero al parque natural.

Los productos tradicionales del parque –que suma 53.000 hectáreas- “se han revalorizado, y hay industrias propias como la de quesos gracias a que se ha conservado la ganadería autóctona”, explica el ex director; “al principio ni había turismo rural, no venía nadie ni al pinsapar ni a pueblos donde lo más que ofrecían era una pensión”.

La Ruta de los Pueblos Blancos se ha convertido en una de las marcas más conocidas de Andalucía, localidades con cascos urbanos de gran belleza. “Sólo hay que irse al entorno, a Algodonales o a El Gastor, para comprobar el caos urbanístico en que se han convertido por hacer la vista gorda, cuando dentro del parque se ha vigilado más”. El futuro de los espacios protegidos lo sitúa Azcárate en la digitalización y la sostenibilidad.

Clavero considera que “cuando se asienten las startups en Benaocaz estaremos ante un auténtico éxito, porque son localidades donde se vive con una altísima calidad de vida, y es importante recibir el empleo telemático”. Sería trabajar con cobertura 5G al pie del GR-7, sendero de gran recorrido que atraviesa el pionero parque natural.

stats