Tramo Las Cabezas-Utrera

Los más de 25 kilómetros que unen Las Cabezas y Utrera están abandonados pese a que el proyecto de colocación de vías y electrificación se adjudicó en enero

J. G. / Cádiz/Sevilla

01 de diciembre 2011 - 07:57

El espacio más desolador de la obra de la Alta Velocidad entre Cádiz y Sevilla se sitúa en el poblado de Marismillas, junto a Las Cabezas de San Juan. En el punto kilométrico 66,4 (contando desde la estación de Santa Justa), la obra de desdoble que arranca en la Bahía, con sus intermitencias, finaliza para dar paso a un verdadero erial que se prolonga a lo largo de más de 30 kilómetros hasta Utrera. En la plataforma de tierra sobre la que deben afianzarse las traviesas, las vías y los postes de electrificación para el tren solo crecen malas hierbas.

El proyecto para construir la doble vía ferroviaria en los últimos 23 kilómetros del tramo Utrera-Las Cabezas fue adjudicado en enero de este año. El plazo de ejecución de 30 meses situaba la finalización de la obra en julio de 2013, una cuestión que ya hizo saltar las alarmas sobre la posibilidad de que la Alta Velocidad estuviera operativa el próximo año. El Ministerio de Fomento aseguró entonces que sería posible acortar este plazo de entrega de la obra incrementando los turnos de trabajo si era necesario. Después, admitió que la inauguración de la Alta Velocidad sería parcial y que este tramo sevillano se incorporaría más tarde. Casi un año después del supuesto inicio de obras, el proyecto no ha arrancado.

El abandono de este tramo es palpable en la nueva estación de Las Cabezas, que ha quedado desconectada, fuera de juego, cerrada a cal y canto. Por el espacio en el que debe circular la flamante doble vía no hay por ahora más que una plataforma de tierra que está siendo invadida por los matojos.

Además de la construcción de la vía, el tramo entre Las Cabezas y Utrera está pendiente de la instalación de los sistemas de seguridad, que se deberá acometer de forma posterior pese a que fue adjudicada en octubre de 2010 con un plazo de ejecución de 34 meses (septiembre de 2013). Pasarán al menos dos años hasta que los trenes puedan circular a alta velocidad entre las dos ciudades sevillanas.

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