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Luis Mario Aparcero (UxCh) I Alcalde de Chipiona
En la primavera de 1983, hace por tanto 40 años y medio, Luis Mario Aparcero debutaba como concejal en el Ayuntamiento de su pueblo, Chipiona. Empezaba ahí una larguísima carrera política que ha sido muy parecida a una montaña rusa porque llegó a la Alcaldía apenas un año después, ha pasado por tres partidos políticos diferentes, fue diputado provincial, ganó hasta siete elecciones municipales, sufrió dos mociones de censura, fue expulsado del PSOE y hasta llegó a ser inhabilitado por la Justicia. Pero en 2019, 19 años después de ser obligado a dejar la Alcaldía tras el caso Sanlúcar, recuperó el poder municipal al frente del partido Unidos por Chipiona (UxCh), siendo ratificado en el cargo, y con más apoyo ciudadano aún, en las elecciones locales del pasado mayo. Hoy, a sus 67 años de edad, gobernando en coalición con IU y tras dejarse una barba que acompaña ahora a su eterno bigote, Aparcero se encuentra orgulloso de los pasos que está dando Chipiona para convertirse en lo que él llama "una ciudad de futuro".
–A su edad mucha gente estaría ya disfrutando de la jubilación. ¿Qué le lleva a seguir en política?
–Siempre me ha atraído la vida de Chipiona y con 26 años ya estaba metido en toda la dinámica social, cultural, educativa y política de la ciudad. Yo estoy ya jubilado pero creo que toda mi experiencia acumulada puede servir para mejorar Chipiona. Hemos conseguido el respaldo mayoritario de los chipioneros, hemos crecido en concejales y espero que al final de este mandato pueda demostrar lo que dije, que nuestra idea era cambiar Chipiona para que se convierta en una ciudad de futuro con mejores infraestructuras y más medios.
–Ha superado usted los 16 años como alcalde divididos en cuatro etapas diferenciadas. ¿Qué le aporta eso a Chipiona?
–Pues mire, le pongo un ejemplo. Ahora estamos en la revisión del PGOM (Plan General de Ordenaión Municipal) y como viví la aprobación del Plan de 1983 y después la de 1995, pues toda esa experiencia acumulada hace que haya más conocimiento y que se simplifique mucho la toma de decisiones.
–Hace cuatro años, cuando regresó usted a la Alcaldía 19 años después, dijo que quería hacer de Chipiona una ciudad de futuro con el turismo y la limpieza como prioridades. ¿Lo ha conseguido?
–En turismo hemos conseguido algo por lo que somos la envidia de muchos municipios de Andalucía como es ir rompiendo poco a poco la estacionalidad, trayendo también muchos visitantes en invierno. Y eso lo hemos conseguido a través de un proyecto que iniciamos en 2019, que se llama ‘12 meses 100 eventos’ y por el cual todos los fines de semana hay algo atractivo en Chipiona para que tanto los chipioneros como nuestros visitantes estén contentos y felices. ¿Novedades? Pues por ejemplo La primera Feria de Abril de la historia de Chipiona, Don Jamón y Doña Gamba, el mosto y la galera, la fiesta de la Primavera, Navidad, Semana Santa, Carnaval... Todo eso hace que los propietarios de las viviendas que estaban acostumbrados a venir sólo en julio y agosto pues ahora vengan muchos fines de semana y eso genera riqueza y empleo. Ahí estamos creciendo y también con las infraestructuras que hemos creado en estos años, como la apertura al fin del Museo de Rocío Jurado, con 57.000 visitantes en apenas un año y que disfruta de un reconocimiento nacional.
–Cuando se habla de visitantes en Chipiona uno piensa casi en exclusiva en los sevillanos. ¿Es así? ¿Hasta qué punto ese turismo local depende de Sevilla?
–Aquí vienen muchos, muchísimos sevillanos, y muchos de ellos tienen propiedades aquí. Pero también vienen extremeños, madrileños, vascos, navarros, manchegos... y eso sin olvidar a la gente de Jerez o de la Sierra de Cádiz. También está subiendo el turismo extranjero.
–Por cierto, ¿el Museo de Rocío Jurado se hubiera inaugurado sin usted en la Alcaldía? Porque usted fue amigo personal de la artista chipionera...
–Yo sólo sé que sin mí en la Alcaldía el Museo estuvo 12 años cerrado, sin poder abrirse. Es verdad que yo conocía a Rocío Jurado de siempre, incluso desde antes de que se casara con Pedro Carrasco, y eso puede que haya ayudado. Cuando llegamos a la Alcaldía en 2019 estaba todo medio hecho y sólo había que abrirlo. Actualizamos el convenio, tardamos un par de años pero lo logramos, y ya es parte del patrimonio de Chipiona. Es que en esta ciudad tenemos hasta cuatro centros de interpretación: el del camaleón, el del moscatel, el de Cádiz y el Nuevo Mundo, que está en el Castillo, y el de Rocío Jurado. Eso hace que la oferta turística sea muy diversa. Y en el Museo de Rocío Jurado se puede ver todo lo que dejó en su casa, con lo que ella supone en el mundo de la copla y de la cultura de Andalucía. Ahora en lo que sigo insistiendo es en montar ahí un centro de estudio de la copla española, que seamos un punto de referencia con actuaciones, actividades, estudios, biografías… con todo lo que supone la copla en materia de diseñadores, letras, músicas, etc. Buscamos que la UCA, la Junta y la Dipuación nos echen una mano para montar un centro así.
–Estos últimos cuatro años hasta ha sido usted un asiduo de la prensa rosa, posicionándose al lado de Rocío Carrasco en sus disputas familiares. ¿Qué buscaba usted con eso?
–En un momento determinado surgieron diferencias de criterio en la familia con respecto al Museo, hasta que se incorporó al debate Rocío Carrasco, que dejó claro que ella era la heredera universal, que ella tenía todas las joyas de su madre que pretendíamos exponer en el Museo y que todo tenía que pasar por ella. Y eso fue lo que hice como alcalde, hablarlo todo con ella, con quien tengo una muy buena relación. Ella mantuvo el mismo precio para el Museo que venía recogido en el convenio con el que yo me encontré y por el que le pagamos 30.000 euros al año. Esa cantidad, por cierto, es la misma que puso la viuda de Camarón para el Museo de San Fernando.
–Acaban de presentar ustedes varios proyectos hoteleros para la zona chipionera de Costa Ballena. ¿Hay demanda para tantas plazas?
–Sí, claro que sí. Además, el desarrollo hotelero y urbanístico de Costa Ballena era una de las tareas pendientes que ya estamos superando. Allí ha habido un importante crecimiento urbanístico y hemos tenido hasta nueve o diez grúas funcionando porque se están construyendo más de 1.600 viviendas. En Costa Ballena ya hemos presentado dos hoteles de cinco estrellas del grupo Soluciones, más un segundo hotel de la cadena Best con capacidad para 450 habitaciones. Y en el pueblo el hotel Cruz del Mar está en obras ahora mismo y antes del verano estará abierto junto a una promoción allí de 32 viviendas. Insisto, el turismo para nosotros es clave, junto con nuestros programas culturales, educativos y deportivos. Haber tenido aquí la final del campeonato de Europa de discgolf ha sido un lujo, y en la próxima edición de Fitur presentaremos la subida vertical al Faro, en la que participarán muchos atletas.
–Chipiona está a un paso de superar por primera vez en su historia el padrón de los 20.000 habitantes. ¿Qué supondrá eso?
–Pues supondrá que dejaremos de ser cabeza de ratón para pasar a ser cola de león, porque seremos el municipio más pequeño de todos los grandes de esta provincia. La Diputación nos está haciendo un estudio para ver cómo nos puede influir este hecho, aunque está claro que habrá que aumentar los servicios, algo que por cierto ya hacemos en verano, cuando multiplicamos nuestra población por die
–Hablando de servicios, ¿qué ha pasado con el autobús urbano que se estrenó en el verano de 2022?
–Después de esa experiencia pionera y muy satisfactoria lo sacamos a concurso en 2023 pero no se presentó ninguna oferta, quizás porque tardamos mucho en sacarlo, en julio. Pero ahora ya hay empresas interesadas y creo que en marzo estará adjudicado el autobús urbano, que funcionará inicialmente seis meses, a partir de abril, con doble frecuencia.
–En materia de transporte Chipiona sigue esperando el desdoble de la carretera que viene de El Puerto (A-491) y empieza a hablarse ahora de alguna conexión de tranvía o de ferrocarril en la comarca. ¿Cómo ve ambas cuestiones?
–La conclusión del desdoble de la A-491 hasta Chipiona sigue comprometida por la Junta, que tiene previsto adjudicarla después de que empiecen las obras del tramo de Rota, que debe estar al caer. En cuanto a la comunicación ferroviaria nos estamos intentando organizar los cuatro alcaldes de la comarca, que hemos creado un grupo de trabajo porque la comunicación es nuestro mayor problema. A Adif le hemos solicitado que haga los estudios para ver si se puede construir un ramal desde Lebrija hasta un apeadero que se construya por ejemplo en Costa Ballena. Junto a eso a las empresas de transporte en autobús les reclamamos más conexiones entre municipios porque, por ejemplo, no hay una línea entre Chipiona y Rota y la que tenemos con Sanlúcar es muy endeble. Y además seguimos insistiendo en la conexión marítima entre los puertos de Chipiona y Mazagón. La Junta no pondrá pegas a las instalaciones en ambos puertos pero lo que no quiere es montar un servicio público. Por eso esperamos que venga una empresa potente de fuera de Andalucía que apueste por este medio de transporte marítimo.
–Uno de sus proyectos estrella era la construcción de dos aparcamientos subterráneos. ¿Siguen adelante ambos proyectos?
–Sí. El primero será el aparcamiento subterráneo junto al puerto. Ya tenemos la iniciativa y el anteproyecto presentados y estamos pendientes solamente de los últimos detalles del estudio de viabilidad. Cuando esté todo, se elevará al pleno para su aprobación, a lo que seguirá luego el pliego de condiciones. Espero que la obra pueda empezar a mediados del año que viene y su plazo de ejecución será de 18 meses. Al final será de una sola planta porque hacer otra era costosísimo. Y arriba irá un parque público. El otro parking iría en Las Canteras, será un poco más pequeño y ya hay una empresa interesada que está esperando a que culmine el proceso del aparcamiento del puerto para iniciar el suyo.
–También prometió usted una residencia de ancianos...
–Que se hará en la zona del final La Laguna. Será un equipamiento social en un espacio de unos 9.000 metros cuadrados. Teníamos una empresa interesada, que estaba preparando su proyecto y su estudio de viabilidad, pero al final ha desistido. Ahora hay interesadas dos empresas más. Va todo avanzando aunque lentamente.
–¿Está logrando remontar el sector de la flor cortada, tan importante para Chipiona?
–Dentro de nuestro sector agrícola la flor cortada es y tiene que seguir siendo un referente para nosotros porque crea mucha mano de obra y porque sitúa a Chipiona como el centro productivo más importante de toda Andalucía. Pero los agricultores han padecido las dos últimas borrascas, que les han destrozado los invernaderos y nadie ha venido a socorrerlos. El sector está un poco molesto con eso y también con la comercialización de sus productos, porque les sacan pocos beneficios. Nosotros hemos contribuido solucionando problemas históricos como el arreglo de varios caminos que han sido reasfaltados.
–¿Qué le aporta IU al gobierno municipal?
–Lo más importante es la estabilidad. Además, hay buena sintonía, con muy pocos roces. Ahora tenemos una oposición más férrea, que está fiscalizándolo todo, como es su obligación. Y en el gobierno nos hemos marcado una serie de prioridades pese a tener una deuda heredada de casi 70 millones de euros.
–Fue sorprendente que en la semana previa a las elecciones municipales sus anteriores socios del PSOE denunciaran supuestas irregularidades en el pago de horas extras a agentes de la Policía Local. ¿Qué pasó con eso?
–Esa fue la excusa que se buscaron. Desde el inicio del mandato anterior, en 2019, ya veníamos teniendo fricciones con el PSOE por su gestión en Hacienda, Personal, Bienestar Animal o Playas. Teníamos problemas, no se corregían, no daban soluciones... Yo les estuve avisando de que si querían pactar con otro partido, que lo hicieran. No los destituí como miembros del gobierno pero no estábamos contentos con ellos. Mire, ahí lo que ha pasado es muy sencillo. La plantilla de la Policía Local de Chipiona que está aprobada es de 60 agentes pero tenemos sólo 35. Y a esos hay que quitarles los que están de baja, de vacaciones, encargados de labores administrativas, con una segunda actividad, etc. Es decir, que así es imposible tener los servicios mínimos de patrulla diarios en invierno y en verano. Por eso la única solución era duplicar la plantilla pagándoles horas extras. No era ilegal porque aprobamos incluso un reglamento pero ahí estamos discutiendo con la Cámara de Cuentas y demostrando que no hay problema presupuestario, que no hay responsabilidad contable, ni dolo, y que efectivamente esas horas pagadas se hicieron.
–Y después del verano se le abre otro frente con una denuncia de Vox alertando de la incompatibilidad de sus cobros como alcalde...
–También está muy claro ese tema. Yo soy jubilado y los últimos cuatro años he estado cobrando mi pensión que me paga el Estado. Mi sueldo en el Ayuntamiento como alcalde era cero aunque sí había una serie de dietas por asistencias a comisiones y a plenos que he venido cobrando y que a nadie le ha parecido mal durante cuatro años, ni al resto de partidos ni a la secretaria del Ayuntamiento. Vox dice que eso es incompatible, algo que creo que no es así. Pero para no entrar en polémicas lo que he decidido es dejar de cobrar mi pensión y pasar a percibir mi sueldo del Ayuntamiento con dedicación exclusiva.
–¿Cómo sigue su cruzada con eso de que el río Guadalquivir desemboca en realidad en Chipiona y no en Sanlúcar?
–Estoy pendiente del estudio que me está haciendo la Universidad de Granada y que creo que lo tendré en breve. Para mí no hay dudas de que el río Guadalquivir desemboca en Sanlúcar, en Almonte pero también en Chipiona. Y hay motivos mil veces expuestos que así lo atestiguan como el Faro de Chipiona, que es la primera señal marítima que indica la entrada al río Guadalquivir o a la ría de Sevilla, el fondeadero de Chipiona, con los barcos esperando la marea para poder subir al río, o la señalización de la entrada del río. Cuando tengamos el estudio haremos una instancia al Instituto Geográfico Nacional, que tendrá la última palabra. ¿Qué buscamos? Un reconocimiento, que el nombre de Chipiona aparezca en los libros de historia y que estemos en los mapas. Lo hemos hablado con todos, con la Autoridad Portuaria de Sevilla, que tiene el control de todo el río, y con los prácticos, y creo que lo vamos a conseguir.
–Otros frentes que tiene usted abiertos son los de la Atlántida y lo del tsunami. ¿Qué espera de eso?
–Con respecto al primer asunto, bueno pues Michael Donnellan ha investigado esta zona con buzos y con medios importantes y, en colaboración con la UCA, ha hecho unos descubrimientos muy importantes en el mar cercano a Chipiona, con rocas que no son formaciones geológicas naturales, con derrumbes por detrás… En fin, algo había ahí y él insiste en que es la Atlántida. Y con respecto al tsunami hemos conseguido ser ya el referente en España entera para dar respuesta a una emergencia así. Que nuestro proyecto esté avalado por la Unesco y por la Unión Europea y que estemos colaborando con Marruecos, Egipto, Grecia, Malta... pues todo eso es muy importante. Con los simulacros, la señalización, o la habilitación de puntos de encuentro estamos avanzando mucho en la concienciación ciudadana. La gente ya sabe que, llegado el momento, tenemos una hora para salir pitando y las vías de evacuación que hay. Si todo eso vale para salvar aunque sea una sola vida, pues habrá tenido sentido.
–Prometió usted en 2019 que sólo estaría cuatro años en la Alcaldía pero este año volvió a presentarse. ¿Eso no es engañar al electorado?
–Mi idea inicial era esa, la de estar sólo cuatro años, pero mi partido me pidió que siguiera, y la gente también, Y como yo me sentía fuerte, con ánimos y con la idea de ir acabando los proyectos iniciados, pues adelante. Yo eso no lo veo un engaño sino una rectificación en positivo. Si alguien quiere criticarlo, pues vale, pero lo importante es que los vecinos están viendo que Chipiona está avanzando. Y lo que viene, porque el otro día anuncié inversiones por valor de un millón de euros, y todo eso sin contar este año con la aportación de la Diputación, que nos ha hecho un pie agua. Confío en que la situación cambie en 2024 para, por ejemplo, impulsar la construcción del Teatro Rocío Jurado o la ciudad del deporte y para el arreglo de viarios y de equipamientos.
–¿Y se presentará a la reelección en 2027?
–Pues no lo creo, la verdad.
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