VillaNueva Golf, ejemplo de sostenibilidad en tiempos de sequía, riega con agua reciclada

El club de Puerto Real se ha adaptado a la realidad reutilizando el agua que la depuradora EDAR manda al mar, a la que de este modo da un segundo uso

Las lluvias de los últimos días no bastan, hacen falta auténticas trombas

Las desaladoras, una realidad que se antoja necesaria

Espectacular vista aérea del campo de golf de VillaNueva, en Puerto Real.
Espectacular vista aérea del campo de golf de VillaNueva, en Puerto Real. / S.G.
Carlos A. Díaz

11 de diciembre 2023 - 06:00

Cádiz/En tiempos de sequía como los que azotan a la provincia de Cádiz, por más que la lluvia haya hecho acto de presencia de forma tímida en la última semana, los campos de golf se ven seriamente afectados porque necesitan mucha agua pero su actividad, deportiva y de ocio, ni de lejos se sitúa por delante de la agrícola y ganadera, y mucho menos del consumo humano.

Para mantener abiertas sus puertas todo el año, incluso en verano, cuando hay más demanda de practicantes de este deporte pero las condiciones climatológicas son más adversas por la exigencia que requiere el mantenimiento del terreno, no queda otra que agudizar el ingenio tanto para la obtención como para el ahorro del líquido elemento.

Ni pozos, ni acuíferos ni agua corriente; el recorrido se mantiene con agua reciclada

En este sentido, VillaNueva Golf, el club situado en Barrio Jarana, en Puerto Real, puede presumir de ser un ejemplo de sostenibilidad, una auténtica referencia por cómo ha aprendido a gestionar la situación hasta adaptarse. A día de hoy, este campo de golf, de unas 50 hectáreas, se mantiene saludable gracias a la depuradora EDAR de la Villa. Nada de acuíferos ni pozos, ni que decir del agua corriente. En absoluto. Agua reciclada 100%, la que se rechaza para el consumo y para la industria, que se manda al mar y que de este modo se aprovecha con un segundo uso para el riego.

Además, las instalaciones disponen de seis lagos que recogen agua de lluvia y que, sobre todo a partir de primavera, ayudan a que el terreno mantenga la humedad para soportar las primeras calores de la temporada estival, al mismo tiempo que favorece a conservar el buen estado general de la planta.

La necesidad hídrica de un recinto de este tipo se aproxima a los 2.000 metros cúbicos al día (dos millones de litros) en pleno verano. Sin embargo, VillaNueva se ha adaptado a la cantidad de agua reciclada que recibe, al menos hasta que finalicen las obras de la nueva EDAR, y sobrevive con la mitad, 1.000 metros cúbicos al día (un millón de litros), cuando el termómetro supera de largo los 30 grados.

En las restantes estaciones la cantidad de agua que se usa para riego depende de la climatología. Así, por ejemplo, desde octubre apenas se han consumido 2.000 metros cúbicos de agua reciclada en total. Lo poco que ha llovido y la humedad ha sido suficiente para mantener el verde.

El cambio de césped, más resistente, ayuda a regar con un millón de litros diarios en verano

La política de sostenibilidad de la que puede presumir el club también se observa en el ahorro energético que supone para el bombeo de agua haber disminuido la zona de riego un 30%. De todo el campo sólo recibe agua reciclada exclusivamente la zona de juego. El resto del terreno se tiene que conformar con la humedad ambiente y la poca lluvia que cae.

Igualmente, los responsables de la entidad llevan años probando y cambiando entre diferentes variedades de césped y plantas para encontrar las que mejor soportan las condiciones que se van a encontrar en VillaNueva, con la citada limitación del tiempo y la cantidad de riego, así como un agua de menor calidad.

Como no podía ser de otra manera, los sistemas de riego, con aspersores, no escapan a las medidas de ahorro de agua, por lo que se ha pasado a un sistema sectorial para regar las zonas exactas que se necesita. Además, en vez de ángulos de 360 grados, cada aspersor cubre únicamente el espacio que corresponde a la zona de juego.

Ejemplo de cómo gestionar un campo de golf en tiempos de sequía, los rectores de VillaNueva exploran, vía nuevas tecnologías, otras opciones legales para cubrir las necesidades hídricas que precisa la instalación y son tan optimistas como realistas cuando miran al horizonte de los próximos meses. Si este invierno no llueve lo suficiente, los lagos del campo no se llenarán y en verano tendrían que acotar aún más la zona de riego ya que no contarían con agua almacenada de apoyo, sólo con la reciclada de la EDAR.

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