Zahara de los Atunes, Hotel Atlántico: Luz y espacios

Cádiz/Hoy recorremos un original hotel tanto por su distribución como por su decoración, ubicado en uno de los sitios mas privilegiado de la provincia de Cádiz, en Zahara de los Atunes, junto a la playa del Búnker.

Sus propietarios unos enamorados de este entorno, decidieron convertir como zona de disfrute y ocio un antiguo centro comercial abandonado en un bonito espacio ubicado además en una de las zonas mas privilegiada de la provincia de Cádiz. Para ello, con el estudio de arquitectura de José Luis Pérez Chamorro, diseñaron un edificio de dos plantas y una parte superior con un solárium, que convertiría el inmueble abandonado en un hotel de cuatro estrellas. En el diseño de su construcción, la luz exterior protagoniza todos sus espacios junto con los tonos blancos, claros y relajados.

La entrada al edificio se ubica en uno de los espacios abiertos ocupado por un sofá de acero tapizado en piel color negro que da la bienvenida a los huéspedes. Ello conduce a un patio de luces, desde el cual recibe toda la luz exterior, con unas originales columnas de acero. En sus paredes cuelga un conjunto de fotografías impresas en cristal del artista Carlos Yebra. Junto a esta zona descrita se encuentra el comedor con un conjunto de mesas de madera diseñadas por el carpintero de Ecija Balmaseda y acompañadas por una sillería del mismo material tapizada en piel color beige. En esta estancia se utiliza el papel verde hoja para el revestimiento de sus paredes. Como elementos decorativos cuelga un conjunto de espejos de diferentes formatos aumentando la dimensión del espacio descrito.

En una de las estancias de la planta baja se ha creado un salón que lo ocupa una pareja de sofás de acero tapizado en piel negra siguiendo los modelos de la entrada, junto, a unas mesas centrales con las patas de acero y tapa de cristal de diseño italiano. En los laterales de estos sofás le acompaña una pareja de mesas auxiliares de acero y cristal sobre la que se apoya unas lámparas con pantallas de lino, que emiten la luz indirecta a esta habitación. Una pareja de espejos ornamente este espacio con colores de plata envejecida. Para una de las paredes de esta estancia se ha elegido un papel agua dando movimiento y frescura a todo el conjunto.

Una escalera diseñada de forma circular de granito negro con un baranda de acero comunica con la planta superior. Esta planta recibe la luz natural a través de una galería descubierta en las que se apoya unas columnas de estuco.

Los dormitorios utilizan como cabecero de sus camas un panel de la misma madera natural que las mesas de noche que las acompañan. En la parte superior de estas mesas se ubica una pareja de aplique de acero con pantalla de pergaminos. Para los muebles auxiliares que complemenan los dormitorios han utilizado el mismo tono de madera. Una terraza con cortinas de lino color tostado comunica con en el exterior. El baño que acompaña estas estancias mezcla los colores blancos de sus sanitarios con el de sus paredes utilizando el gres porcelánico. Todos sus espacio son abiertos y limpios ocupados por pequeños detalles auxiliares como los estantes de color cáscara de huevo.

En la primera planta también se ubica un gran espacio se extiende sobre la primera al aire libre con un suelo de pizarra natural. Este lugar es muy frecuentado para las reuniones en época estival.

La planta superior del edificio es la más vivida tanto por su ubicación y vista como por sus piscinas. Esta zona de ocio combina el suelo de barro con la tarima de madera con unas impresionantes vistas a las montaña de los alemanes.

Para el diseño del edificio sus propietarios se inspiraron en los elementos arquitectónicos de la zona proyectando para ello la cúpula que se ubica en la parte superior del edificio.