Más abajo no se puede caer

La provincia de Cádiz registró en los diez primeros meses de este año 8.766 matriculaciones de vehículos, lo que supone un 7,75% menos que en el mismo período del año anterior. Pero ese dato se refiere a la suma de matriculaciones de turismos y todoterrenos vendidos a particulares, a empresas y a empresas de alquiler de coches. En el segmento de mercado de los clientes particulares, el canal de mayor importancia para la supervivencia de los concesionarios, la provincia de Cádiz registró 7.507 matriculaciones en los diez primeros meses de 2013, lo que supone un 0,6% más que en el mismo período de 2012.

El pasado octubre, el número total de matriculaciones en la provincia gaditana, en los tres canales de venta, fue de 1.038. Eso supone un 28,31% más respecto a octubre de 2012. Pero en el canal particular el incremento fue mayor: un 37% (903 matriculaciones).

Esos datos de venta de vehículos a clientes particulares reflejan la demanda real en el mercado del automóvil, según señalan los expertos consultados, que ponen en duda la veracidad de las cifras relativas a las ventas a empresas.

De acuerdo con las cifras que ofrece mensualmente el Instituto de Estudios de Automoción, es la primera vez en este año que el acumulado de matriculaciones durante el año ofrece un resultado positivo respecto a 2012 en la provincia de Cádiz: ese tímido 0,6% que modifica el rumbo descendente que comenzó el pasado enero.

El 0,6% de incremento en lugar del 7,75% de descenso y el 37% en vez del 28,31% vienen a presentar un panorama menos negro para el sector en la provincia de Cádiz. Quizás eso explique que el presidente de Aconauto, José Luis Torres, exprese lo que él considera una visión optimista de la situación. "Más abajo no se puede caer", dice Torres cuando evoca que desde 2007 han cerrado entre un 20 y un 25% de concesionarios y que la reducción de personal en las redes de distribución alcanza el 30 y hasta el 40%.

"El ajuste ya se ha producido. Las empresas ya tienen una estructura adecuada a la nueva situación del mercado. Lo único que queda por delante es crecer", explica Torres.

Y todo eso, no obstante, manejando datos que comparados con los de otras provincias andaluzas no dejan a Cádiz en buen lugar.

El 0,6% de incremento de matriculaciones entre enero y octubre de este año, respecto a 2012, contrasta incluso con el dato de la provincia andaluza que menos aumento ha tenido en ese período. Huelva, con un 7,1% ocupa el penúltimo lugar, por delante de Cádiz, en una relación que encabeza Jaén con un muy distante 24,3% de incremento de matriculaciones.

Córdoba también destaca en esa tabla comparativa con un 21,9% de aumento. Y los datos de otras provincias se alejan mucho de los que registra Cádiz. En orden descendente, a Córdoba le siguen Granada (15,9%), Almería (14%), Sevilla (13,8%), Málaga (10,1%) y la ya mencionada Huelva (7,1%).

La comparación entre provincias andaluzas de los datos relativos a las matriculaciones en el pasado octubre respecto al mismo mes de 2012 tampoco otorga un lugar de honor a Cádiz, que ocupa la última posición en la tabla con el 37% de aumento. Almería es la que más se asemeja a la provincia gaditana, con un 39% de incremento. Pero las otras provincias arrojan cifras bastante superiores. Hay que subir hasta el 57% para encontrar la provincia que aparece la tercera por la cola, Málaga, por delante de Almería y Cádiz. Le siguen, en ese orden ascendente, Sevilla (69,1%), Jaén (69,9%), Córdoba (71,8%), Granada (71,9%) y Huelva, que corona la tabla con un llamativo 82,6% de aumento de matriculaciones.

¿Qué aleja a Cádiz del resto de las provincias andaluzas? ¿Qué le impide figurar al menos a la mitad de la tabla? ¿Por qué destaca tanto la provincia gaditana con ese 0,6% de incremento de matriculaciones en lo que va de año respecto a 2012?

En el sector de la venta de automóviles la respuesta es la misma. El desempleo, la penuria económica. Si Cádiz está a la cola en las estadísticas sobre la situación económica en el país, si es la provincia con más paro, entonces, por lógica, eso tiene un reflejo directo en la compraventa de automóviles. No hay dinero, no hay ingresos suficientes en muchas familias, no hay fondos para afrontar la compra de un coche nuevo. Y eso que muchos conductores están dispuestos a considerar una prioridad la compra de un coche, por encima de otros gastos.

La posición económica de partida en la provincia de Cádiz, señala José Luis Torres, es tan pésima que cualquier atisbo de recuperación en el sector es menos apreciable que en otras provincias, como bien muestran los datos sobre matriculaciones de vehículos.

"No alcanzo a encontrar otra razón lógica que explique que en la provincia de Cádiz el incremento de ventas de automóviles sea mucho menor que en otras provincias andaluzas. Cádiz sigue siendo la provincia más deprimida de España, la que tiene más paro. Por tanto, es más reticente a reaccionar ante una coyuntura favorable. Pero no sólo en el sector del automóvil sino en todos", comenta Torres.

La coyuntura favorable viene de la mano del Programa de Incentivos al Vehículo Eficiente (PIVE), un plan estatal que aporta una ayuda de 2.000 euros al comprador de un automóvil nuevo.

El plan PIVE-3 finalizó el mes pasado. El crecimiento de matriculaciones en octubre, y el incremento de ventas a particulares, ha sido interpretado por las asociaciones automovilísticas de fabricantes (Anfac), de vendedores (Ganvam) y de concesionarios (Faconauto) como una consecuencia del agotamiento de los fondos del PIVE-3.

Los particulares han adelantado las compras ante la posibilidad de que no hubiese un PIVE-4. Esa circunstancia ha disparado las ventas en todas las provincias.

Pero en octubre quedó una semana en blanco, sin PIVE, lo que indica que se trata de un mes difícil de interpretar, anota José Luis Torres, que sugiere aguardar a que termine el año para disponer de datos que permitan conocer cómo está evolucionado el mercado automovilístico.

Mientras tanto, sí se sabe ya, como apunta un experto del sector, que el comprador de la provincia de Cádiz se inclina por el coche de segunda mano, obligado por una situación económica que no acaba de encontrar el camino de la recuperación.