Unir fuerzas frente al abandono animal en verano

Apolo tiene dos años y es el primero en abrir la serie de demostraciones de las unidades caninas de Defensa y cuerpos de seguridad en el foso de Puertas de Tierra. Le basta un repaso, en efecto, para saber qué maleta contiene material sospechoso. Su recompensa, como la de todos sus compañeros, es el juego por el juego. Y, como muchos de sus compañeros, fue un perro recuperado –en este caso, por la Policía Nacional–,a través de donación o perrera. La unión de un agente guía con estos animales suele ser tan fuerte que, cuando les llega la jubilación (a los siete u ocho años), son muchos los que se los quedan. Cuando no pueden, recurren a organizaciones como Héroes de cuatro patas (heroesde4patas.org), que dan una oportunidad a los perros de trabajo. 

Todos los perros que efectúan labores de rescate en catástrofes y de localización de personas perdidas con los bomberos proceden de perrera o donación. Dama, que está siendo entrenada para ayudar al Consorcio de Bomberos de la Bahía de Cádiz (CBBC), pasó el primer año de su vida atada a un árbol. Lo normal es que la labor de entrenamiento –que los guías llevan a cabo en su tiempo libre– culmine al cabo de un año: Dama debe pensar que vive la mejor de las vidas posibles, porque se ha convertido en una perra apta en tres meses. Los animales del CBBC llevan colaborando con la entidad desde 2004, y han participado en varias misiones internacionales (la última, en el terremoto de Marruecos). 

Casi todos son perros presentes en la demostración (integrada por unidades de Guardia Civil, Policía Nacional, Defensa y Bomberos) pertenecen a la raza malinois: animales de defensa que parecen pastores alemanes estilizados y que se han puesto de moda a través de vídeos y películas. Son muy inteligentes, pero lleva su tiempo adiestrarlos: los primeros seis meses, cuentan, has de saber que te va a destrozar la casa. Malinois, tu guía hacia el minimalismo. Después, ya no queda nada que destrozar, y tan amigos. 

La broma –y el ejercicio de demostración– viene a subrayar el mensaje que, desde Subdelegación de Gobierno, se quería transmitir ayer al inicio del verano –temporada alta, junto al comienzo de la veda de caza, del abandono de animales–: el de la responsabilidad hacia la tenencia de mascotas. Por eso, la delegada del Gobierno en la provincia, Blanca Flores, repasaba las iniciativas puestas en marcha desde la Dirección General de Derechos de los Animales y desde el Colegio Oficial de Veterinarios de Cádiz para promover la responsabilidad ciudadana hacia unos animales “que no sólo nos acompañan, sino que resultan útiles para la sociedad y los servicios del orden público”, afirmó la responsable, acompañada de Ana María Catalán, coordinadora del Área de Derechos de los Animales; Cristina Velasco, presidenta del Colegio de Veterinarios de la provincia (Colvet); Mario de la Cueva, jefe de la Dependencia de Agricultura y Pesca; el senador socialista Alfonso Moscoso, así como por distintos miembros de la entidad provincial, que acudieron con sus mascotas. 

“Cuando nos planteamos tener una mascota –comentaba al respecto la portavoz de los veterinarios, Cristina Velasco–, hemos de tener en cuenta que implica espacio, tiempo y dinero. Todo ello es necesario para reducir las situaciones de abandono y maltrato de animales”.  

Desde Colvet recuerdan que una mascota “no es un objeto” y por eso se muestran en contra de su regalo, ya que su compañía ha de ser “una decisión meditada”. Desde la Dirección General de Derechos de los Animales apuntan también la importancia de informarse sobre las características, carácter y vitalidad del animal que queramos en nuestro hogar, así como cerciorarse de que su presencia con nosotros no responde a un capricho. 

CONSEJOS PARA LAS VACACIONES

De cara al verano, el Colegio de Veterinarios de Cádiz recomienda prestar atención a una serie de puntos esenciales con nuestros animales, como procurar que estén hidratados en todo momento y evitar los golpes de calor: bajo ninguna circunstancia hemos de dejar a perros y gatos solos dentro de un coche o en el transportín bajo el sol, “donde la temperatura puede subir mucho en pocos minutos”; y hay que evitar –como con los humanos– los paseos entre las 12.00 y las 16.00 horas.  

En la playa, hay que procurar igualmente que el animal no esté expuesto continuamente al sol; facilitarle agua fresca e impedir que beba agua salada. En caso de salir de viaje con él a otro país, lo primero que hay que hacer es consultar al veterinario para poner al día, de ser necesario, su pasaporte de vacunas. 

El verano es también, igualmente, la época más proclive a parásitos, garrapatas –que no hay que coger con las manos– y pulgas, por eso se aconseja la revisión y el uso de pipetas o collares.