Otro agujero en el cinturón
Nos siguen visitando. El turismo resiste la crisis pero ya no es espacio en el que buscar buenas noticias cuando todos los sectores económicos caminan hacia el hoyo. El destino está expectante ante la reorganización del Patronato de Turismo prometida por el PP y sigue a la espera de la reactivación del aeropuerto y de la llegada de la Alta VelocidadLos campos de golf pasan su peor momento, el aeropuerto no remonta el vuelo ante la incapacidad de las administraciones y los hoteles solo salvan el año gracias al tirón del verano
Un día antes de cumplir 80 años, el empresario Joaquín Garat Ojeda quiso explicar por qué el campo de golf que inauguró en la costa de Chiclana en 2006, Las Lomas, que debía ser una lucrativa aventura en una capital turística como Cádiz, estaba cinco años después en concurso de acreedores, en suspensión de pagos de toda la vida. Lamentó que desde el principio faltó agua para regar el césped, que la depuradora de Chiclana no era suficiente para abastecer a todos los campos y que tuvo que replantar. "No creo que fuera mala fe política, sino desconocimiento", suavizó el empresario. Sí quiso poner sobre la mesa que el verdadero problema del negocio del golf en la provincia es que no hay negocio: que no hay vuelos en el aeropuerto de Jerez, que llegan pocos clientes de Europa y que, por el efecto de la competencia interna, los precios están cayendo por debajo del umbral de la rentabilidad. "Estamos vendiendo green fees [salidas] que costaban 50 euros en Chiclana a 10 euros, a 12. Es imposible. No puede ser".
Era marzo. Del hilo que ofreció el octogenario Garat tiraron varios empresarios más para denunciar la situación "crítica" que sufre el golf en la provincia, el sector más afectado por la crisis dentro de la industria turística. Los avisos fueron muy serios. Así reflexionó Oliver Günther, director de Villanueva Golf, en Puerto Real: "Todos hemos pensado que la Costa de la Luz iba a ser un destino tremendo pero ahora la sensación es que, entre todos, sin culpar a nadie, hemos perdido la oportunidad. Estamos en la segunda división y hay muy serio peligro de que descendamos a la tercera".
Dos profesionales de amplia trayectoria en el país y recién llegados a la provincia, Carlos de Avilés, de La Estancia Golf, y Rafael Hernández-Avilés, de Novo Sancti Petri, coincidieron en expresar su sorpresa por el "declive" que sufre el destino y por el hecho de que las administraciones siempre intentasen esquivar esta realidad para no afectar la imagen del turismo como tótem económico, como ese espacio en el que buscar buenas noticias cuando todos los sectores caminan hacia el hoyo.
2011 empeoraba a 2010, 2010 fue peor que 2009, que a su vez empeoró a 2008. "El golf como negocio aquí ahora mismo no tiene ningún sentido. Los números son clarísimos. Nosotros el año pasado vendimos 12.000 green fees, no hay ni un campo que yo conozca que gane dinero. La situación es más grave de lo que la gente dice. Esto hace que este negocio solo tenga sentido vinculado al ladrillo, que también está en una situación caótica", lamentó Carlos de Avilés, de La Estancia y una de las voces más activas en pro de la reactivación del destino.
El telón de fondo de estos problemas, tal y como han coincidido en denunciar todos los empresarios, está ocupado por la decadencia que sufre el aeropuerto de Jerez. Sin vuelos, los turistas extranjeros lo tienen realmente difícil para llegar a la provincia. Y tanto en el último invierno como en el que ahora atravesamos no ha habido conexiones directas con Europa en Jerez.
Varios empresarios de campos de golf, algunos hoteleros y los dos principales touroperadores de la zona mantuvieron contactos durante el primer semestre para intentar reflotar alguna ruta con Alemania en la terminal. Pero ni los mayoristas llegaron a un acuerdo para compartir las conexiones ni las administraciones mostraron interés alguno en la propuesta. Así que el proyecto fracasó muy pronto, abonando la postura de la inercia público privada que sufre el sector.
En un día cualquiera fuera de la temporada alta (abril/octubre), en Jerez apenas aterrizan una decena de aviones procedentes de Madrid, Palma y Barcelona. No hay más destinos nacionales. No hay más destinos internacionales. La terminal es un desierto en invierno y solo remonta a índices aceptables de actividad en temporada alta. De la ruta a Barcelona se borró en verano la firma española Vueling, incapaz de competir con Ryanair. Otra aerolínea a la que decir adiós.
En este 2011, como en los años anteriores, poco han hecho las administraciones para revertir la situación del aeropuerto. Los diputados socialistas Salvador de la Encina y Mamen Sánchez plantearon en julio la creación de un "comité de rutas" en el que estuviesen representados el Gobierno, la Junta, la Diputación de Cádiz, el Ayuntamiento de Jerez y el sector empresarial con el objetivo de incrementar el tráfico en La Parra. Fue una demostración de que sí es posible adoptar medidas para cambiar la situación. Pero la propuesta de los socialistas se quedó exactamente en eso, en una propuesta desdibujada por la falta de iniciativa y borrada por completo cuando llegaron los vientos electorales.
La contradicción del aeropuerto persiste: mientras los vuelos se reducen, se amplían las instalaciones. Jerez cerrará 2011 con un millón de pasajeros, los mismos que en el ejercicio anterior, pero con la peculiaridad de que este año ha terminado el proceso de ampliación de la infraestructura proyectado por el Gobierno socialista, que eleva su capacidad de gestión hasta los tres millones de pasajeros anuales. Cinco años de obras y 80 millones de euros de inversión por parte de Fomento han dejado la instalación gaditana en las mejores condiciones, una realidad que es tan incuestionable como los retrasos que sufre la llegada de la Alta Velocidad ferroviaria a la provincia. Las administraciones, sin embargo, no han conseguido remediar su infrautilización, a la espera de tiempos mejores si es que éstos llegan.
Así lo reconoció en junio, en su despedida, el que había sido director de la terminal gaditana desde 2005, Estanislao Pérez, que pilotó la ampliación del aeropuerto y que también tuvo que afrontar una de las mayores crisis del tráfico aéreo mundial y sus repercusiones en Jerez. "Aena ha hecho sus deberes en Cádiz por adelantado y con nota alta", subrayó el director en una entrevista publicada el día de su marcha. Pérez admitió haber vivido el desplome de la actividad en la terminal "con una preocupación tremenda por no tener la herramienta para cambiar esa situación", pero insistió en que Aena no tiene capacidad de gestión comercial con las compañías por más que los operadores turísticos lo demanden: "Nosotros somos propietarios de las infraestructuras, pero el uso que se dé de ellas es cuestión de las aerolíneas. La capacidad de maniobra es muy restringida. Nuestra labor es que el aeropuerto esté bien". De que así sea se encarga desde mediados de año Rafael Reyna, nuevo director del aeropuerto.
En la pista de Jerez y en los campos de golf de la provincia es posible aproximarse a la realidad del sector turístico de la provincia. También en los hoteles, que siguen salvando los muebles frente a la crisis pero no sin sufrir sus consecuencias en términos de ocupación, rentabilidad, inversiones y empleo. Las temporadas se acortan sin remedio y aumenta la nómina de establecimientos cerrados durante el invierno.
La Costa de la Luz es un destino cada vez más estacional. Y si mantiene el tipo es porque el oasis de los tres meses de verano, gracias al empuje del turismo nacional, sigue reportando extraordinarios beneficios a las empresas. En el de este ejercicio, la patronal de hostelería Horeca ofreció balances de ocupación de en torno a un 90% en los principales núcleos de la costa, Cádiz, Chiclana, Conil, El Puerto, Tarifa y Rota. Equivale a nueve de cada diez habitaciones ocupadas de media durante más de dos meses. Esto, además, en el destino más caro del litoral del país para veranear, tal y como ha constatado la alianza de empresas turísticas Exceltur.
En junio, la provincia vivió un fenómeno olvidado: se inauguró un hotel. Hipotels abrió en La Fontanilla el Hipotels Gran Conil, su séptimo negocio en Cádiz, en un momento en el que no hay quien se atreva a poner ladrillo sobre ladrillo en el país. En este contexto, el mallorquín Juan Llull, uno de los supervivientes de la crisis por "hacer las cosas con sentido común" -recalcó en su visita a Cádiz-, ha invertido 40 millones de euros en construir el complejo de 320 habitaciones.
La última apertura de un hotel de envergadura fue la del Elba Costa Ballena, en 2008. En la provincia solo se construye en estos momentos un establecimiento más, el Parador Atlántico, en la capital, iniciativa pública. Esto da una idea de la paralización que sufren las inversiones el nuevos hoteles. Y ahora los problemas no son burocráticos ni de planeamiento sino 100% económicos.
2011 deja dos operaciones empresariales de interés en la provincia. La primera, en enero, supuso la compra por parte de la promotora Santa Clara del 78% de Montenmedio a Antonio Blázquez, que sigue vinculado a la gestión del complejo turístico de La Janda pero deja en manos de la inmobiliaria sus planes de desarrollo. La segunda operación se confirmó hace una semana. Tras varios años de negociación, Iberostar compra a Thomas Cook sus últimas posesiones en Chiclana: los hoteles Andalucía Playa y Royal Andalus, y Golf Novo Sancti Petri. El grupo alemán, uno de los principales vendedores de viajes a la Costa de la Luz en Europa, ya no tiene activos que rentabilizar en Cádiz. Aunque los empresarios dan por segura su continuidad en la provincia, se han abierto incertidumbres inevitables.
El giro político de 2011 ha aupado a puestos de responsabilidad en el turismo a profesionales del sector como Stephan Schauer, ex directivo de Iberostar y ahora edil en Chiclana, y Antonio Real, directivo de Hace y concejal en Jerez, que dejó la presidencia de la Asociación de Hoteleros a Stefaan De Clerck, de la misma empresa. En Diputación, Alejandro Sánchez, exalcalde de La Línea, está al frente de los designios turísticos. Pronto criticó que "la toma de decisiones en la dirección del Patronato de Turismo ha sido mecánica, monótona y poco creativa". El PP ha prometido profundos cambios en el Patronato. Ha anunciado que contratará a un gerente, que emprenderá nuevos rumbos promocionales y que reflotará Tugasa, la red de hoteles de la institución, pero todas son asignaturas pendientes para 2012.
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