La alargada sombra del 'Nuevo Pepita Aurora'

El recuerdo de la tragedia del pesquero Nuevo Pepita Aurora saltó ayer como un resorte en la memoria colectiva de Barbate. No era para menos. El mar pegó un nuevo zarpazo cuando todavía no se han curado las heridas, si es que alguna vez se curan, del naufragio del barco, hace casi dos años, en el que perdieron la vida ocho marineros.

Ocurrió el 5 de septiembre de 2007. El pesquero naufragaba en aguas próximas al Estrecho de Gibraltar cuando regresaba al puerto barbateño con 16 tripulantes tras faenar en el caladero marroquí. El fuerte temporal de Levante que reinaba en la zona, con vientos cercanos a los 100 kilómetros por hora, se cebó con el barco con un golpe de mar en el costado que provocó su vuelco. Ocho pescadores salvaron la vida pero otros tantos encontraron una muerte inesperada en el mar, el duro escenario donde se ganaban la vida.

Desde entonces ríos de tinta han corrido sobre aquella tragedia que envolvió de tristeza una localidad tradicionalmente ligada al sector de la pesca. Los intentos fallidos por llevar el barco a la costa y su hundimiento, el supuesto mal estado del pesquero antes del naufragio y la apertura de un proceso judicial que todavía está en curso han prolongado el caso del Nuevo Pepita Aurora en el tiempo y se desconoce cuándo será cerrado de manera definitiva.

Casi dos años después, cerca de donde reposan los restos del Nuevo Pepita, el mar se tragó otro barco y se cobró otra vida, la de un pescador de Barbate que faenaba junto a otros tres compañeros que nada pudieron hacer por él. Más dolor para un municipio castigado por la desgracia.