"El alga asiática tiene comportamientos distintos respecto a su lugar de origen, podría estar hibridándose con especies autóctonas"
Félix López Figueroa | Catedrático de Ecología
La 'Rugulopteryx okamurae' se ha detectado ya en aguas de Bilbao, Madeira y Azores, y su índice de favorabilidad incluye la costa Este americana
La coordinación, vital para combatir los efectos de las algas invasoras
Cádiz/Félix López Figueroa forma parte de esa cuña del cinco por ciento de científicos más citados. Nacido en Canarias, su trayectoria está asociada a la Universidad de Málaga, donde ejerce como catedrático de Ecología. Es, también, director del Instituto Andaluz de Biotecnología y Desarrollo Azul de la UMA y se ha especializado en el estudio del efecto de la radiación ultravioleta sobre la fotosíntesis y el crecimiento de macroalgas. Entre sus últimas líneas de investigación, se encuentra la aplicación de ingredientes propios de las algas como filtros químicos en cosmecéutica: una aplicación que convierte en biodegradables a estos productos.
López Figueroa acudió a Cádiz para asistir a un encuentro organizado por este periódico para profundizar en los efectos de la Rugulopteryx okamurae sobre el ecosistema. Una invasora, como sabemos, protagonista de un bloom de algas intensivo desde que se detectara su presencia por primera vez en el Estrecho, hace ya una década. Procedente del otro extremo del mundo (propia de aguas de Japón, Corea y Filipinas), eclosionó y creció entre Ceuta y Tarifa de forma nunca vista. Tiene tres formas de reproducción: sexual, asexual (esporas) y vegetativa –esta última no se da en su lugar de origen–. Es una gran viajera: se desplaza sobre plásticos, sobre neumáticos. Se ha extendido por gran parte de la costa gaditana y de Málaga. “Se la ha detectado ya en el puerto de Bilbao y en Gran Canaria, pero también en el sur de Portugal, en Francia, Italia, en el Adriático. En Azores y Madeira”, indica Félix López Figueroa. ¿Podría cruzar el charco? “Pues los modelos de favorabilidad incluyen el Mediterráneo y parte de la costa Este americana”.
Sin depredadores propios en el sistema, no existen herbívoros capaces de controlarla. Su fisiología y comportamiento metabólico parecen responder a los cambios ambientales. Es capaz de aguantar mucho tiempo sin luz. Puede estar presente a 50 metros de profundidad, algo que tampoco hace en su lugar de origen. “Tiene comportamientos distintos que en su ámbito primigenio, lo que indica que ha debido adquirirlos de otras especies”. Es decir, “que podría haberse hibridado con otras algas autóctonas”, como pudiera ser nuestra alga parda local.
La Rugulopteryx o. continúa implacable. Este año, por ejemplo, ha incluido en su zona de expansión en la provincia el área norte de la playa de Los Lances, en Tarifa. Y su presencia en común en muchos puertos. Para López Figueroa, este es uno de los temas principales: “El alga suele estar presente en ellos, y poco vigilada, por no hablar de que los puertos estatales tienen competencias distintas que los deportivos, los autonómicos, etc”. Precisamente, una práctica frecuente en los puertos, como es la suelta de aguas de lastre, se señala como la causa de la aparición del agua asiática. Para el especialista, es un asunto sobre el que hay que “actuar de forma urgente”. Entre otras cosas, porque en un escenario de aguas cada vez más cálidas, y de fuerte intercambio comercial, “las invasiones van a seguir llegando”.
Félix López Figueroa señala también con preocupación los vertidos de nitratos y fosfatos (es decir, nutrientes para las algas) desde la zona de Huelva hasta el Estrecho “por encima de lo que el sistema puede procesar: las aguas residuales, además, no se están depurando como debieran”.
EL CASO DE 'RUGULOPTERYX OKAMURAE' CONTRA EL ESTRECHO
En el caso de Rugulopteryx okamurae contra el ecosistema del Estrecho juegan muchos factores. Está el daño perpetrado al sector pesquero; o la gestión de las toneladas de arribazones que llegan a las playas, haciendo de carcoma en el sector turístico y dejando su resolución en manos de ayuntamientos desbordados. Diputación ayuda a los consistorios a retirar la biomasa pero, más allá de eso, no hay un horizonte claro. “Sabemos, por ejemplo, que las arribazones se están colmatando en el vertedero de Tarifa, adonde llegan sin siquiera sacudirles la arena, con lo que el impacto ambiental se produce en varios aspectos”, desarrolla López Figueroa, que ha regresado de un encuentro en Cancún (México) donde se han puesto en común distintas soluciones en la gestión de algas, al ser la zona del Caribe mexicano un área afectada por la proliferación de sargazos: una especie de alga autóctona (en esta ocasión) que ha vivido un crecimiento desmesurado. “Entre los métodos de recolección estaban las redes pero claro, los sargazos son algas bastante grandes –explica–. Aquí podemos encontrar el alga asiática, más pequeña, en zonas donde hay poblaciones de coral o praderas de Posidonia”. Una opción, sugiere, podría estar en el uso de máquinas succionadoras, parecidas a las que se usan para sacar las doradas.
Rugulopteryx okamurae está catalogada, desde luego, como especie invasora dentro de España, y como especie preocupante dentro de la Unión Europea. Una clasificación que actúa como cuello de botella jurídico: “Esto indica el establecimiento de estrategias de control pero no quita para su comercialización –aclara Félix López Figueroa–. El MITECO tiene un documento orientativo con recomendaciones, pero no se relaciona la valorización con el control.El artículo 64 de la Ley de Patrimonio Natural, por ejemplo, se cambió en 2020 y se añadió que hay excepciones a la comercialización de especies invasoras si ello pudiera estar a favor del medioambiente, la salud o el control de la propagación”. El cangrejo rojo (otra invasora) ya se está explotando, y en ciertas zonas del Levante se incentiva la captura de cangrejo azul, otro notable predador.
Así, el alga asiática, además, no se puede gestionar como residuo orgánico, pero los ayuntamientos no tienen otra alternativa. Una gestión que va en dirección contraria, precisamente, de los principios de economía circular que –de boquilla– todas las administraciones aplauden. Las dificultades a la hora de coordinar un plan de actuación en torno al alga invasora no se dan sólo entre distintas administraciones: si nos centramos en la gestión autonómica, vemos por ejemplo tres corporaciones implicadas: los puertos, la Consejería de Medio Ambiente y la de Agricultura, que es de quien depende todo lo relacionado con Economía Azul. Por ello, subraya López Figueroa, “los planes de gestión de la comunidad autónoma han de publicarse, porque la línea de actuación tiene que ser común”.
En la cuestión de tratamiento, Rugulopteryx okamurae podría pasar de residuo a recurso. Sabemos que se trabaja en su uso como material para envases, como compostaje, como alimento para peces –una vez tratada para eliminar la toxicidad–, o como fungicida e insecticida en la vid , “algo que se ha probado ya en Almería, por ejemplo”, indica López Figueroa, reseñando la colaboración que se está llevando a cabo entre agricultores y grupos de investigación para desarrollar protocolos en líneas agrícolas y de biocosmética.
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