Un algecireño, vértice de un estudio del cambio climático
El científico Andrés Payo investiga las interdependencias que existen entre el calentamiento global y las migraciones en deltas de Asia y África
La relación del cambio climático y los procesos migratorios a nivel mundial es el principal objetivo de investigación de Andrés Payo. El científico algecireño se encuentra actualmente inmerso en una investigación cuya misión es analizar desde una visión sistémica los efectos del citado cambio climático en los patrones de migración de hombres y mujeres en los deltas del Ganges y Mahanadi en Asia, y el delta del Volta en África.
El algecireño, contratado en la Universidad de Southampton, e investigador visitante en la Universidad de Oxford (Reino Unido), participa junto a más de 80 investigadores en el proyecto Deccma (Deltas, vulnerability and Climate Change: Migration and Adaptation). Los investigadores del proyecto estuvieron días atrás reunidos en Southampton en las jornadas que se celebran anualmente durante toda la duración del proyecto -de febrero 2014 hasta noviembre 2018-.
Payo ya no es un desconocido para los algecireños aunque puede que su labor aún sí lo sea. El pasado octubre ofreció una conferencia en su tierra invitado por la asociación Amigos de la Ciencia dentro de las actividades que durante el año está desarrollando Diverciencia. Ahí recordó sus orígenes, desde su paso por el colegio Los Pinos hasta que se marchó a Puerto Real a estudiar Ciencias del Mar en la Universidad de Cádiz (UCA).
El algecireño, criado en Los Pastores y tras más de dos décadas estudiando, a sus 37 años desea que sus paisanos conozcan lo que hace, su pasión, en la que tuvo mucho que ver su afición a los vídeos de Jacques Cousteau.
La función de Payo en el proyecto Deccma, junto con sus compañeros en la Universidad de Southampton, es la de integrar las distintas perspectivas que los investigadores aportan desde las diferentes áreas de conocimiento que abarcan múltiples disciplinas dentro de las ciencias sociales y ambientales. Como Licenciado en Ciencias del Mar y doctor en Ingeniería de Costas, su oficio es identificar los componentes que definen el sistema socio-económico costero y sus interdependencias con los flujos migratorios y poder así cuantificar cómo el cambio climático puede influenciar estos flujos en los próximos años.
A modo de ejemplo, el científico explica que el aumento de la salinidad de los suelos de uso agrícola en los deltas reduce la productividad de los suelos hasta el punto en el que los cultivos no son económicamente viables y el agricultor debe modificar el cultivo o abandonar la explotación en el caso más extremo. La decisión de migrar o no, dependerá entonces de las particularidades de la unidad familiar, el entorno más cercano, el contexto a nivel nacional e internacional.
La cuantificación de estos flujos requiere la integración de modelos numéricos del medio físico-natural junto con escenarios de desarrollo socio-económico basados en conocimiento experto de los principales agentes socio-económicos. Los escenarios migratorios derivados de esta integración no son predicciones -como las referidas al tiempo meteorológico- sino narrativas coherentes de la posible evolución de estos patrones migratorios. De este modo los agentes socio-económicos explorarán cómo las distintas intervenciones pueden evolucionar bajo distintos escenarios y así encontrar las soluciones más robustas. La solución más robusta es aquella que de forma consistente en los distintos escenarios ambientales y socio-económicos producen resultados satisfactorios.
El algecireño además introduce que los deltas, región geográfica donde el río desemboca en el mar, debido a la combinación de altas densidades de población y baja elevación del terreno relativo al nivel del mar, se encuentran entre las regiones más vulnerables a los efectos adversos del cambio climático.
Aproximadamente 500 millones de personas viven en deltas alrededor del globo. Las primeras estimaciones realizadas hace una década, empleando una muestra de 40 deltas alrededor del globo, sugieren que de mantenerse la tendencia observada de subida del nivel del mar hasta el año 2050 aproximadamente, 8,7 millones de personas podrían verse afectadas por un aumento de las inundaciones y erosión costera.
En particular el algecireño hace especial hincapié en los deltas del Nilo en África o del Ganges y el Mekong en Asia, donde más de un millón de personas podrían verse obligadas a migrar. Estas estimaciones no incluyen las complejas interdependencias entre los cambios ambientales y cambios socio-económicos y deben ser consideradas como una primera estimación.
Payo subraya que Deccma, desde una visión más sistémica, quiere no sólo revisar estas estimaciones, sino también analizar cómo la migración puede ser una alternativa para adaptarse a cambios climáticos en los deltas.
Con aproximadamente un 40% de la duración del proyecto completada, los primeros resultados que comienzan a emerger sugieren que la investigación en marcha es oportuna y necesaria. Por ejemplo, apunta Payo, desde el punto de vista de gobernanza, tras revisar la legislación vigente en las distintas zonas de estudio, parece claro que la mayor parte de la legislación en relación a inmigrantes está relacionada con refugiados de guerra o refugiados ambientales asociados a eventos extremos; pero casi inexistentes en relación a personas emigrando como una forma de adaptación a los cambios ambientales, tales como sequías o estacionalidad en la oferta de empleo.
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