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Almirante de la Flota
A final del mes de marzo, la Unión Europea decidió retirar sus buques de la misión 'Sophia' contra las mafias del tráfico de seres humanos en el Mediterráneo. La operación, que se inició en 2015, dos meses después de que un pesquero con más de 800 personas se hundiera frente a las costas de Libia, seguirá hasta septiembre pero sin barcos en la zona "temporalmente" ante la falta de acuerdo sobre el desembarco de los inmigrantes rescatados y con Italia negándose a que haga en su país.
'Sophia' se ha quedado con vigilancias de patrullas aéreas y con la formación de la guardia costera libia aunque, según apuntó el Almirante de la Flota, Manuel Garat, a preguntas de este medio, la extensión del mandato incluye la disponibilidad 'on call' de unidades para ser desplegadas en caso necesario.
"Estamos satisfechos de haber cumplido con nuestro deber y seguiremos preparados para continuar haciéndolo si así se nos ordena", ha manifestado el Almirante. "Las Fuerzas Armadas sirven a la defensa de los intereses nacionales allí dónde el Gobierno determina. En este caso, la UE ha determinado iniciar una nueva fase de la operación y desde la Flota nos quedamos con la satisfacción de ver que el final de nuestra participación directa en zona de operaciones deja una situación mucho mejor que la existente cuando iniciamos nuestros despliegues", apunta.
Y es que son muchos los datos que resumen la aportación de la unidades de la Armada española en la 'Sophia', la gran mayoría buques de Rota, en estos cuatro últimos años. Desde la fragata Canarias (Canarias el primer buque gaditano en la zona) a la Victoria, a la Reina Sofía, pasando por la Numancia, la Santa María o la Navarra. Son más de 15.000 personas rescatadas en el mar y otras 2.500 rescatadas por otros buques que fueron trasladadas a puertos seguros.
Los buques de la marina española destruyeron o neutralizaron 141 embarcaciones dedicadas al tráfico de seres humanos e identificaron y entregaron a 115 personas sospechosas de tráfico, involucradas algunas además en otras actividades ilícitas como terrorismo o explotación sexual. Además realizaron 60 visitas amistosas a otros buques y realizaron más de 2.500 interrogatorios vía radio a buques en la zona.
1.500 asistencias médicas a personas rescatadas y dos bebés que nacieron a bordo de las fragata Navarra y Canarias, ambas roteñas, suman la contribución "a mejorar sin duda la seguridad marítima en esa zona del Mediterráneo central".
Pero de momento, los buques de Rota y de la UE no siguen en la zona. Aunque el balance del trabajo es "positivo", añade, "los cometidos asignados a las unidades navales que formaban para de la operación no abordaban de forma directa la lucha contra las redes involucradas en la inmigración ilegal, ya que, por su forma de actuar, la presencia del personal de estas mafias en la mar era muy limitada y rara vez fuera de aguas territoriales libias", destaca Garat.
Según afirma, "la operación 'Sophia' ha conseguido que la costa de Libia no sea ya una zona preferente de actuación de estas mafias porque su labor se ha visto muy dificultada, pero evidentemente ya están utilizando y seguirán permanentemente buscando puntos débiles de las costas mediterráneas por dónde reactivar su inhumano negocio". "Las redes de tráfico ilegal de personas acomodan su zona de acción según la facilidad que encuentran para mantener un flujo elevado de tráfico".
Garat añade también que "la potenciación de la Guardia Costera Libia ha limitado enormemente la libertad de acción de las mafias en la costa y en aguas territoriales libias, lo que unido a la actuación de las unidades aéreas y navales de la operación en aguas internacionales ha llevado a una drástica disminución de la actuación de las redes de tráfico ilegal de personas a través de la costa Libia".
El Almirante asegura que "nuestra dedicación" hacia la operación no se modificará "ostensiblemente", ya que la Armada es responsable del alistamiento y preparación de las unidades a desplegar en caso necesario. "La misión 'Sophia' no se puede dar por finalizada".
Los Veintiocho acordaron dejar sin barcos a la Operación 'Sophia' de lucha contra las redes de tráfico de personas en el mar Mediterráneo y extenderla hasta el 30 de septiembre, suspendiendo temporalmente el despliegue de los medios navales.
Aceptaron así la solución de compromiso que puso encima de la mesa el Servicio Europeo de Acción Exterior para mantener la operación, cuyo mandato expiraba el 31 de marzo, y dar más tiempo a los Gobiernos a encontrar una solución al problema del desembarco y posterior distribución de los inmigrantes y refugiados rescatados por la operación.
La portavoz de la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la UE, Maja Kocijancic, dijo entonces que una operación "marítima" sin barcos "no podrá ejercer eficazmente su mandato", pero ha insistido en que se trata de "una decisión política" de los Estados miembro para mantener la operación.
España tiene desplegado allí el duodécimo contingente del Destacamento Grappa. Está formado por 39 personas de distintas unidades del Ejército del Aire que permanecerán integrados en la Operación Sophia durante cuatro meses. Italia aporta otro helicóptero y Polonia y Países Bajos también contribuyen con sendos aviones de patrulla marítima.
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