El parqué
Jaime Sicilia
Quinta sesión en verde
Historias de Cádiz-Herzegovina | Capítulo 11
Si les hablo de Larry Dean Stewart, probablemente nadie, pero absolutamente nadie, sabrá quién es. Y tampoco sabrán de él si les doy algunas pistas como que vivió en Kansas City, en el estado de Misuri, o que falleció en el año 2007. Pero cuando les diga qué fue lo que inventó o, mejor dicho, cuál fue la tradición que puso en marcha, ahí sí lanzarán un "oh" de exclamación, porque se trata de algo muy habitual en la sociedad actual, sobre todo en Navidad. Y es que al tal Larry Dean Stewart se le atribuye el honor de haber sido el primer amigo invisible de la historia.
Hay versiones que apuntan a que esa fórmula de regalos misteriosos en épocas navideñas proviene de las clases altas de Venezuela de finales del XIX. Y otros sitúan mejor esta tradición en Escandinavia, con regalos que se dejaban a las puertas de las casas sin desvelar su procedencia. Pero con el paso de los años la opción que gana más fuerzas es la de Stewart, un filántropo cuya historia, de ser verdad, no tiene desperdicio.
Al parecer este hombre regaló desde el anonimato más de un millón de dólares, en agradecimiento a todas las personas que, cuando él estuvo con serios problemas económicos, le ayudaron a salir adelante. Y es que perdió su empleo varias veces y siempre en Navidad. Pero cuando después invirtió en un canal de televisión y se hizo millonario, se dedicó a repartir dinero sin revelar su identidad durante más de 20 años, coincidiendo con las fechas navideñas. Fue en 2006, un año antes de fallecer y tras serle diagnosticado un cáncer, cuando se decidió a dar su nombre como amigo invisible, algo que hizo para poder inspirar la solidaridad en otras personas.
Esta tradición supuestamente yankee terminó calando en la sociedad y, cómo no, en la población gaditana más vinculada a EEUU, como es Rota. Allí el amigo invisible te puede hacer el regalo más inesperado, como por ejemplo una Alcaldía.
Aquello sucedió a finales del año 2010. Lorenzo Sánchez, líder absolutísimo del partido local Roteños Unidos (RRUU), sumaba más de siete años de alcalde, desde junio de 2003, y siempre en coalición con el PP. En octubre de 2010, y de manera imprevista, el regidor de Rota anunciaba su dimisión, pero lo hacía con unos argumentos no excesivamente claros. Y es que decía que se iba por enfermedad suya, por cansancio, también por la enfermedad de su mujer y hasta por el hartazgo que le producía ver el maltrato con que, a su juicio, trataban a su ciudad las administraciones gobernadas por el PSOE, que entonces mandaba en el Gobierno de España y en la Junta de Andalucía. Y para más inri sorprendía anunciando que dejaba la Alcaldía, sí, pero no su acta de concejal. Y que hasta no descartaba presentarse de nuevo como candidato a alcalde en las municipales de mediados de 2011 si se sentía "mejorado", algo que efectivamente terminó haciendo. Lo dicho, todo rarísimo.
No era esta la primera vez que un alcalde renunciaba a su cargo por motivos personales. Lo insólito vino después, cuando al buscar a un sustituto Lorenzo Sánchez no propuso a nadie de su partido sino que se decantó por Eva Corrales, líder del PP roteño y su socia de gobierno.
La decisión era muy difícil de explicar porque RRUU superaba claramente en concejales al PP, con una proporción de diez ediles independientes por sólo cuatro populares. Hasta Francisco González Cabaña, entonces secretario general del PSOE de Cádiz, no supo qué decir cuando fue preguntado en una rueda de prensa por este traspaso de poderes tan sui generis: "Ni idea, no sé qué está pasando en Rota y no sé que está tramando el alcalde, pero yo algo así no lo he visto en mi vida", dijo el dirigente socialista. Es, salvando las distancias, como si Pedro Sánchez renunciara hoy a la Presidencia del Gobierno de España y en vez de señalar como sustituto a María Jesús Montero, a Félix Bolaños o a alguien del PSOE, optara mejor por Yolanda Díaz, que lidera otra formación política. Sería rarísimo, ¿verdad? Pues eso fue lo que sucedió en Rota hace ahora 14 años.
Cuando Lorenzo Sánchez tomó la decisión tuvo que explicársela a la gente de su partido, y no fue algo fácil. Hubo cargos de Roteños Unidos a los que les tocó tragarse ese sapo, en especial a Jesús Corrales, número dos de esta formación localista, hermano de padre de Eva Corrales y que veía cómo se le alejaba la opción de ser alcalde de su pueblo.
Pero como era el líder indiscutible de RRUU, Lorenzo Sánchez terminó convenciendo a su gente. Y eso se corroboró en el pleno de investidura de la nueva regidora, que se celebró el sábado 13 de noviembre de 2010. Es más, aunque había dudas antes de esa sesión plenaria, la lealtad de los concejales de Roteños Unidos fue tal que, aun siendo la votación secreta, los diez ediles independientes pusieron el nombre de Eva Corrales en el papel, confirmando el relevo. Curioso, un papel regalaba una Alcaldía, como en el amigo invisible.
Pero quizás no sería justo hablar de amigo invisible entre Lorenzo Sánchez y Eva Corrales, ni siquiera entre Roteños Unidos y el PP. Y es que ambas formaciones políticas protagonizaron en esta localidad la alianza más duradera que ha habido en la provincia de Cádiz en democracia, porque estos dos partidos han gobernado juntos en Rota durante 20 años, aunque divididos en dos etapas: entre 1987 y 1995, apoyando como regidor a Felipe Benítez Ruiz-Mateos (PP), y luego entre 2003 y 2015, con esa Alcaldía compartida. Entre medias hubo un mandato (1995-1999) en el que los independientes prefirieron dejar solo a Felipe Benítez, y otro, entre 1999 y 2003, en el que RRUU pactó con el PSOE de Domingo Sánchez Rizo, aunque aquella alianza terminaría como el rosario de la aurora, con el gobierno saltando por los aires y con un amago de moción de censura que no terminó cuajando porque el único edil de IU, Justo de la Rosa, se negó a dar el paso en el último momento.
Han pasado 14 años de aquel relevo tan extraño en la Alcaldía de Rota y Lorenzo Sánchez sigue defendiendo la decisión que tomó y de la que, asegura categórico, para nada se arrepiente. "La gente de Roteños Unidos y del PP éramos y somos diferentes, pero a la hora de gobernar Rota éramos un equipo, casi una familia, y no había distinciones entre nosotros. No le poníamos etiquetas a los concejales del PP, como tampoco ellos nos las ponían a nosotros, y desde el primer momento vi claro que la persona que tenía más capacidad de liderazgo y que podía aglutinar mejor al gobierno era Eva Corrales, una persona además tremendamente trabajadora", explica.
Es más, el ex alcalde de Rota desvela algo desconocido hasta ahora, y es que viene a decir que la Alcaldía venía a ser algo así como el segundo regalo que RRUU le hacía al PP. El primero se había producido tras las municipales de 2007. "Cuando se hizo el escrutinio –rememora– al parecer hubo un fallo al contar los votos en un colegio, en el Azorín creo recordar. Nos dijeron que si presentábamos un recurso lograríamos un concejal más, con lo que llegaríamos a los 11 que daban la mayoría absoluta. Pero tras pensarlo bien decidimos que no merecía la pena, que el PP, con quien habíamos gobernado muy bien en los cuatro años anteriores, no se merecía quedarse con sólo tres concejales y fuera del gobierno. Así que lo dejamos estar". Larry Dean Stewart en versión mayeto.
Pero al decidir cederle la Alcaldía a Eva Corrales hubo otro elemento de peso: Lorenzo Sánchez se sentía en deuda con el PP después de lo sucedido en 2003. En aquellas elecciones municipales el PSOE se quedó apenas a un puñado de votos de alcanzar la mayoría absoluta y, por tanto, de conservar la Alcaldía. El escrutinio daba diez ediles al PSOE, seis al PP y cinco a RRUU. Y Lorenzo Sánchez, pese a ser la tercera fuerza política, reclamó la Alcaldía con aquella famosa frase de "estoy harto de llevarle el búcaro al PP y al PSOE". Y los populares terminaron cediendo, un gesto que tendría su contraprestación precisamente con esa Alcaldía regalada en 2010.
Felipe Márquez, un histórico del PSOE de Rota, vivió todo aquello en primera fila como concejal. Y hoy también mantiene que aquella maniobra de Roteños Unidos fue extremadamente extraña. "Sí, nosotros tampoco encontrábamos una explicación. Ellos decían oficialmente que era por eso, como una contraprestación por lo sucedido en 2003, pero no era necesario ese regalo, porque el PP no se iba a ir del gobierno si el alcalde hubiera sido otro dirigente de Roteños Unidos", explica. Y Márquez lo resume todo con una frase que durante varios lustros se hizo famosa en los corrillos del Ayuntamiento de Rota: "Esas son las cosas de Lorenzo".
El relevo en la Alcaldía se consumó en noviembre de 2010, Eva Corrales fue regidora hasta mediados de 2015 y ahí acabó el matrimonio entre Roteños Unidos y el PP, porque el PSOE recuperaba la Alcaldía 12 años después en la persona de Javier Ruiz, que hoy sigue gobernando y con mayoría absoluta.
En paralelo se inició un vía crucis judicial para muchos dirigentes de RRUU y del PP, con cárcel incluida para Eva Corrales. Pero ni eso ha podido acabar con esos amigos no tan invisibles que gobernaron en Rota durante 20 años.
Eso sí, Roteños Unidos, uno de los partidos independientes más duraderos que ha habido en esta provincia agoniza hoy sin representación en el Ayuntamiento, sin un líder visible y con una gestora que se niega por ahora a firmar su acta de defunción. Quién sabe, a lo mejor están a la espera de que el futuro, o un amigo invisible, le regale a estas siglas tiempos mejores.
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