Los ángeles de la montaña
Agentes de la sección de la Sereimar de Granada se encargan cada año de múltiples rescates en la serranía gaditana No llegar al límite de riesgo, clave para evitar accidentes
La montaña puede ser un lugar maravilloso o convertirse en un laberinto lleno de peligros. Barrancos que se vuelven inaccesibles, senderos que serpentean hasta hacer perder el rumbo a caminantes intrépidos y corrientes de aire que dan la razón a los que añadieron a algunos deportes el apellido de riesgo. Sin embargo, la montaña también cuenta con ángeles de la guarda vestidos de verde y que velan por la seguridad de quienes quieren disfrutarla, gozarla a pesar de los peligros que entraña la aventura. Esos ángeles son miembros de la Sereim (Sección de Rescate e Intervención de Montaña) de la Guardia Civil, que tiene sede en Granada pero que desde Álora (Málaga) también da cobertura a toda la provincia gaditana.
La Guardia Civil no sólo es la encargada de organizar los rescates, sino también, en caso de fallecimiento, como ocurrió por desgracia el pasado fin de semana en Algodonales, donde se estrelló un parapentista malagueño de 40 años, de realizar una investigación ocular en primera instancia y más profunda si es necesario para dictaminar las causas del accidente. Además, en múltiples ocasiones deben tomar fotografías que posteriormente hacen llegar al juez encargado del levantamiento de los cadáveres.
La sección cuenta con 7 agentes en Álora y con 16 en Granada, y las alertas llegan prácticamente siempre a través del 112. "En cuanto nos llaman activamos el protocolo de actuación. Aquí tenemos un helicóptero y salimos en dirección adonde sea", dice el cabo 1º Francisco Jiménez Matías, jefe accidental de la sección granadina de la Sereim.
Durante todo el año se producen accidentes en la sierra de Cádiz, pero en verano son incluso más numerosos por la práctica de deportes como el parapente o excursionistas que caen por barrancos. "Sobre todo el de la Buitrera, entre Cádiz y Málaga, es bastante peligroso", comenta.
Durante los últimos años han tenido que realizar rescates en localidades gaditanas como Algodonales o Villaluenga del Rosario.
Para estar en forma los agentes de la Sereim se someten a duros entrenamientos diarios. "En Granada hay barrancos complicados que son los que utilizamos para nuestros entrenamientos. Contamos con un gran equipo humano y con buen material".
Al solicitarle que dé un consejo a las personas que se aventuran por la montaña para evitar accidentes desgraciados indicó que "es importante tener una formación adecuada y no arriesgar más de la cuenta, saber que no se puede ir hasta el límite porque el más mínimo error puede costar muy caro".
También indicó que en ocasiones llegan a solucionar rescates por teléfono, cuando son capaces de dirigir a un senderista perdido. "Nos conocemos el terreno a la perfección, y por eso, con algunas pistas, nos bastan para indicarles dónde está la pista más cercana y hacia dónde le llevará".
El trabajo de los agentes de la Sereim es duro, durísimo, pero estos ángeles de la montaña están dotados para ello. Es su misión. Y les apasiona salvar vidas.
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