El Rock and Roll estaba en el aire
Aniversario Base Naval de Rota
Pronto se cumplirán 70 años del acuerdo para la creación de la Base Naval de Rota. Fue a finales de 1953 cuando Francisco Franco visitó de manera informal la gaditana Villa. Franco, junto a su comitiva, llegaron a la antigua Clínica San José situada en el Castillo de Luna; subieron a la más alta de sus plantas y preguntaron: “¿Dónde está el río Salado?”
Cádiz/Poco después se deshizo el misterio. En septiembre de 1953 se firmaron los Pactos de Madrid. España permitía a Estados Unidos la instalación de cuatro bases norteamericanas, una de las cuales sería la naval de Rota, a cambio de ayuda económica y militar.
El terreno destinado a la construcción de la base naval abarcaba una superficie de 2.594 hectáreas, equivalente a 25 kilómetros cuadrados en la costa norte de Cádiz. Este territorio fue expropiado a agricultores que habían vivido toda su vida en él y que, al ser desplazados, fueron realojados en zonas de menor valor o en parcelas ubicadas en pedanías de Jerez, como Guadalcacín.
Cuando en 1958 comenzó la construcción de la Base, ya nada fue igual en Rota, y comenzó a escribirse su historia ligada al nuevo vecino. Los marineros dejaron de embarcarse en la pesca de la caballa para trabajar en la Navy. Llegaron a Rota unos 10.000 americanos, entre militares y civiles, y con ellos los aviones a reacción y los helicópteros. Algunos roteños pensaron que se trataban de objetos volantes no identificados. También llegaron los grandes coches americanos, Cadillacs que incluso eran conducidos por mujeres; los chicles, las zapatillas Converse, el Marlboro y los preservativos. Y alrededor de todos aquellos nuevos productos se creó un mercado negro que se comercializaba en garajes y cuyo gran abastecedor era la Navy Exchange, un economato situado dentro de la Base en el que se podía conseguir de todo, desde revistas porno como el Penthouse hasta gafas Ray-Ban del modelo Aviador o tocadiscos Philco.
Pero fue el 5 de diciembre de 1960 cuando comenzó a emitir la AFRS (Servicio de Radio de las Fuerzas Armadas), la estación de radio de la base norteamericana, y fue entonces cuando las ondas cruzaron las alambradas y la Villa de Rota quedó impregnada de música y rock and roll. Y es que tradicionalmente las bases norteamericanas eran mimadas en este sentido y, para que sus soldados se sintieran como en casa, las novedades musicales llegaban a la vez al Navy Exchange que a una tienda de discos de la Quinta avenida de Nueva York.
Aquella música se impregnó en una generación de roteños que vivían en una acotada sociedad en los tópicos franquistas. Oídos que en Rota fueron sin duda unos de los primeros que pudieron escuchar a los Beatles, Bob Dylan o Jimi Hendrix. Algunos instrumentos de cuarta o quinta mano acabaron en posesión de algún roteño, como Fenders de los sesenta que hoy en día son joyas de coleccionista.
También proliferaron los pub y bares americanos: el Stork Club, Bar Grill Kenny’s, Snack Bar Top, el Crazy Cat y el Cream’s Sport Bar Grill. Música en directo, alcohol, chicas y peleas se juntaban en algunas calles del pueblo como si aquello se tratara del Barrio Chino de Barcelona, sobre todo cuando llegaba a la Base la Sexta Flota de la que desembarcaban 6.000 soldados cada día, sedientos de diversión.
Muchos de aquellos soldados habían salido de pequeños pueblos de la América profunda o de suburbios de grandes ciudades en la década de los sesenta alistándose voluntariamente para evitar ser enviados a una muerte probable en la guerra de Vietnam. Y se quedaron para siempre, se casaron con españolas y aquí formaron sus familias y vivieron sus vidas.
La Rota de aquella multiculturalidad se plasmaba cuando se celebraba el 4 de julio como si fuera el día de la patrona, rodeos que no el toreo, el autocine como cines de verano y el fútbol, pero americano.
Para entender lo que supuso la Base para Rota, es muy recomendable ver el documental ‘Rota N’ Roll’, de la directora Vanesa Benítez Zamora de 2017.
Es realmente asombroso que este germen cultural floreciera en una Villa de la Andalucía rural. Fue una oportunidad de conectarse con el mundo en una época en que la información era limitada y la dictadura pesaba. Surgieron aires de libertad en un momento en que ser libre empezaba a ser una demanda. Estos vientos dieron lugar a lo que hoy conocemos como el rock andaluz, que nació bajo la sombra de la Base de Rota y la influencia de la sevillana Base de Morón. Grupos como Triana, Smash, Storns, Cai, Iman y muchos otros, surgieron de esta época.
Esta generación cultural espontánea, que tenía a su disposición una materia prima de alta calidad que combinaba elementos del flamenco y el rock, se fue desvaneciendo en medio del éxito más comercial de la Movida Madrileña. Aquella ocasión que brindó la Base en el momento adecuado resultó ser una oportunidad perdida para establecer cimientos culturales sólidos.
Sin embargo, en la actualidad, a pesar de que el rock se encuentra en un segundo o tercer plano detrás de lo que se conoce como música urbana, sigue viva una modesta pero valiosa escena de rock andaluza. Los abuelos y padres de esta generación inhalaron el espíritu del rock and roll cuando estaba en el aire, y ese legado perdura.
También te puede interesar