Un año después de la tragedia, narcolanchas buscan refugio del temporal en el puerto de Barbate

Cádiz/Hace casi un año, siete narcolanchas buscaron refugio del temporal en el puerto de Barbate. La intervención de la Guardia Civil provocó la desbandada de cinco de ellas, pero otras dos decidieron iniciar una suerte de danza macabra que acabó con un resultado dramático: dos agentes de la Benemérita muertos tras ser arrollados por uno de estos monstruos marinos. Estos días, un nuevo temporal ha hecho que se hayan avistado nuevas narcolanchas protegiéndose de la mala mar enBarbate, Sanlúcar, Estepona y hasta Sevilla capital, dejando fotos inéditas como gomas en La Cartuja.

La impunidad con la que estas embarcaciones, prohibidas por el Gobierno desde 2018, se pavonean por las aguas españolas es manifiesta e indigna a las asociaciones profesionales de la Guardia Civil. Ayer martes, Jucil se quejó a este medio de que el Instituto Armado sigue sin los medios necesarios para abordar este problema, que teje peligrosas redes y constituye un verdadero problema social.

Desde Jucil, asociación mayoritaria de la Guardia Civil, “venimos reclamando desde hace varios años que se dote a la Guardia Civil de los medios necesarios y se hagan cambios legislativos para abordar el problema de los petaqueros”.

Aseguran que el Servicio Marítimo en Cádiz “tiene una sola embarcación operativa (las otras 3 averiadas). Esto resulta claramente ineficaz para luchar contra este problema que crece cada día”. Agustín Domínguez, delegado provincial de Jucil en Cádiz, considera que debería haber cinco (Barbate, dos en el Guadalquivir, Bahía y Santi Petri). “El Guadalquivir se ha convertido en una autopista de la cocaína. Desde Jucil reclamamos la creación de un servicio marítimo en Sevilla”.

La entrada de cocaína está creciendo (en 2023 se triplicó la entrada en España) y esto conlleva bandas organizadas, armadas y más violentas que protegen los cargamentos.

Para Jucil también es clave la recuperación del Ocon-Sur. “Cuando estaba operativo, los narcos no se atrevían a acercarse a la costa”, destaca Agustín Domínguez.

¿Qué ha cambiado respecto al suceso de Barbate? “Nada, se siguen avistando embarcaciones todos los días y cada vez a horas más concurridas. El problema va a más y esto ha derivado en sensación de impunidad y una alarma social. No ha crecido el número de efectivos ni de recursos materiales para luchar contra este problema. La sensación de impunidad sigue creciendo. Los narcotraficantes ya no se esconden y mantienen puntos en todo el litoral y el interior”, remataba.