Análisis
Santiago Carbó
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En tiempos de obras faraónicas y con sobrecoste, hubo una de esas actuaciones en la Bahía de Cádiz hace 40 años. El próximo mes de octubre se cumplirán cuatro décadas desde que entró en funcionamiento el mayor astillero de España y de Europa (por dimensiones), y que supuso un antes y un después en el aspecto de la entrada a la capital gaditana desde Puerto Real. Fue el 17 de octubre de 1975 cuando por primera vez se llenaba el nuevo dique, de 525 metros de largo y 100 de ancho, y se botaba el primer barco que salía de este astillero, el Aragón, un petrolero de 285.000 toneladas.
Pero ¿cómo se llegó a la decisión de ejecutar semejante obra civil? Todos los detalles de aquellos años pueden verse en una nueva exposición en el Museo El Dique, en Navantia Puerto Real. Allí se exponen las imágenes que en su día realizó el Gabinete Fotográfico de la Zona Sur (cuyas reproducciones acompañan estas líneas) y todo el trabajo, como es habitual, ha sido desarrollado por el director del Museo, José María Molina.
Él explica a este periódico que la obra del astillero comienza en el año 1972 y finaliza en 1977. Cinco años de intenso trabajo, pero la idea surgió mucho antes. El nuevo dique fue el producto de una serie de negociaciones que comenzaron en el año 1962, cuando se plantea por primera vez la posibilidad de una fusión entre los astilleros que eran propiedad de la Sociedad Española de Construcción Naval y los astilleros que controlaban la Sociedad Euskalduna de Construcciones y Reparaciones Navales. En función de las nuevas perspectivas de la construcción naval, esos dos astilleros deciden fusionarse y se plantean construir un astillero en la Bahía de Cádiz adecuado a los nuevos requerimientos del mercado mundial para barcos de hasta 800.000 toneladas.
Sin embargo, continúa explicando Molina, "en medio de este proceso de construcción, el Estado decide que quiere estar, que tiene astilleros en Cádiz, de capital público y quiere entrar en esa sociedad. Y se fusionan los tres y se elabora el Acta de Acción Concertada, que preveía una serie de puntos que impulsaran la construcción naval en España. Entre esos puntos, el más importante era la construcción de un gran astillero". En esa sociedad de tres empresas, Astilleros de Cádiz tenía el 50% del capital y pidió revisar el proyecto. Ese proceso de revisión duró desde 1967 hasta 1972 en que se ponen en marcha las obras y se llegan a hacer hasta ocho proyectos diferentes.
Las obras se plantearon en dos fases: la primera, con la construcción del dique más todo su entorno, que se dio en llamar la fábrica de buques; y una segunda que empieza cuando acaba la anterior, que era la fábrica de bloques, que consistió en hacer los enormes talleres que aún se mantienen. Curiosamente, se quedó sin hacer una parte que era la que afectaba a la industria auxiliar.
El proyecto se llamaba Nabac (Nuevo Astillero de la Bahía de Cádiz) y tenía dos grandes propuestas: hacer el astillero y planificarlo con personal propio, y otra construir el astillero y añadir al personal propio la industria auxiliar. El primero se llamó 5.200 y el segundo se llamó 8.300 integral, porque preveía la carga de trabajo que podía llegar. Al final no se hizo ninguno, porque fue tal el coste económico que supuso empezar tarde el proyecto que se fue modificando a medida que se iba haciendo y la industria auxiliar quedó fuera.
Esa parte que no se desarrolla era la que afectaba a la industria auxiliar. Aunque se rellenaron los terrenos y se modificaron los espacios de lo que antes era el Bajo de la Cabezuela, no se llegó a ejecutar por completo. Se fue ocupando a posteriori primero con Dragados, después con el puerto y después la industria auxiliar que se fue instalando.
Antes de empezar la obra, el terreno era fango y estaba abandonado. La barriada de Matagorda estaba en pleno astillero y se hicieron los primeros caminos para los rellenos. La obra empezó entre los meses de febrero-marzo de 1972, pero la obra físicamente empieza en septiembre.
La parcelación del Bajo de la Cabezuela en zonas inundables que se modificaron se ejecutaba con la tierra que iban sacando del dique y que se usaba para esos rellenos. El director del Museo recuerda que a principios de 1975, sin estar el dique aún terminado, ya se estaban produciendo en el astillero de Cádiz los bloques para el petrolero Aragón. "A principios de los 70, el último barco que construye Matagorda es un catamarán para el transporte de estos bloques, porque se hacía el dique pero no tenía talleres, con lo que los bloques se hacían en Cádiz y se traían a Puerto Real y se disponían por las instalaciones. Los dos primeros barcos que se construyen en Puerto Real fueron diseñados y estaban previstos para hacerlos en Cádiz, son la construcción 99 y 102 de Cádiz. La construcción 1 de Puerto Real, que se hacen los bloques y se monta en Puerto Real, es un petrolero, el Castillo de Salvatierra", detalla Molina.
A medida que se termina la obra del dique empiezan a dotarse de servicios, con máquinas que ya no están operativas porque tienen más de 40 años. La compuerta del dique se monta con los mismos elementos de elevación del astillero. Cuando ya se está construyendo el primer barco empiezan a hacerse los talleres de la segunda fase. El primero que se hace es el de Conformados, después bloques planos y por último bloques curvos. En el año 1977, con todos los talleres ya levantados, se da por terminado el astillero de Puerto Real, que se quedó en dos tercios, no terminó de hacerse.
Lo que sí se sabe es que el proyecto inicial contemplaba iniciar la obra en 1969 con un presupuesto de 3.200 millones de pesetas (de la época) y lo hizo en 1972, con un presupuesto de 8.372 millones, casi tres veces más.
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