Antonio Peña, profeta en su tierra de al lado
Historias de Cádiz-Herzegovina | Capítulo 32
Un político del PP fracasó dos veces en su intento de ser alcalde en su Rota natal pero sí lo logró en la vecina Chipiona
Peña jamás quiso vivir de la política y siempre compaginó esa labor con su profesión de médico
Dimitió de alcalde de Chipiona tras cinco años para no tener que firmar la orden de derribo de 29 viviendas
Mi amigo no tan invisible me regala una Alcaldía
Con más vidas que un Aparcero

Lo llevamos viendo toda la vida, porque siempre ha estado en nuestras casas, pero cuesta pensar que ha superado ya los 130 años de antigüedad. Y es que fue en 1894 cuando veía la luz el aceite multiusos más usado y, por tanto, más vendido del mundo, el archiconocido Tres en Uno. Fue el estadounidense George W. Cole quien dio con la fórmula especial que permitía imprimirle una triple función a ese aceite, porque lo mismo servía para lubricar, para limpiar cualquier superficie metálica o para evitar la oxidación.
El nacimiento de Tres en Uno se produjo en Asbury Park (Nueva Jersey) y la propia empresa explica en su página web que lo que buscaba su descubridor era una solución para el mantenimiento de bicicletas. A partir de ahí vino un crecimiento sin freno de esta firma, que con el paso de los años fue mejorando en comercialización, presentación y hasta en diversificación. Hoy este producto sigue siendo el mejor remedio para lubricar bisagras, cerraduras, y multitud de mecanismos que tenemos en nuestros hogares, incluidas, cómo no, las propias bicicletas que inspiraron a Cole.
Tener a mano un buen multiusos es algo imprescindible en muchos momentos de la vida. Y eso ocurre también en la política, donde es habitual ver a dirigentes que sirven –o eso al menos consideran sus partidos– para todo, desde concejal hasta ministro, y para dirigir cualquier área de gestión, desde Cultura a Servicios Sociales, desde Urbanismo a Hacienda.
La provincia de Cádiz sabe mucho de esos políticos multiusos que supuestamente valen lo mismo para un roto que para un descosido. Y por tener, esta provincia ha tenido incluso el curioso caso de un dirigente que tras fracasar dos veces en su intento de ser alcalde en su localidad natal lo terminó consiguiendo pero en el municipio de al lado. Lo nunca visto. El alcaldable multiusos.
El protagonista de esta historia se llama Antonio Peña, que dentro de cuatro meses cumplirá 70 años de edad, que hoy es un médico jubilado, un abuelo primerizo, un militante del PP pero que ahora está alejado de los focos y una persona que en octubre de 2016 daba carpetazo a una extensa carrera política que le llevó a ser 24 años seguidos concejal de Rota, su localidad natal, y alcalde de la vecina Chipiona durante los cinco años siguientes.
“Recuerdo sobre todo la reacción de mi hijo mayor. A mi mujer no le gustó mucho la idea cuando le dije que a lo mejor me presentaba de candidato a alcalde en Chipiona, pero mi hijo mayor, que tenía entonces 25 años, fue el más contundente de todos. Me dijo que yo estaba loco”. Han pasado 14 años de esas conversaciones familiares y Antonio Peña recuerda hoy entre risas aquellos momentos. Y en cierto modo ese choque de pareceres era algo normal porque llevaba meses diciéndole a todo el mundo que hasta ahí había llegado, que cuando llegaran las elecciones municipales de ese 2011 dejaba la política, que había que dejar paso a los jóvenes... Y de un día para otro les dice que no, que inicialmente iba a ser sólo el candidato del PP a la Alcaldía de Chipiona, con muy pocas opciones de triunfo. Pero, las cosas del destino, cuatro semanas después de aquellas votaciones se convertía en la máxima autoridad municipal de una localidad vecina que conocía bien tras 25 años de médico de familia en su centro de salud pero donde jamás había residido.
A esas alturas de 2011 Antonio Peña era todo un referente de la política roteña. No en vano sumaba casi un cuarto de siglo de concejal, desde que debutara en el Ayuntamiento en 1987, antes de cumplir 32 años y cuando el PP era aún Alianza Popular (AP). Peña fue creciendo políticamente a la sombra de Felipe Benítez Ruiz-Mateos, quizás el alcalde más carismático que ha tenido Rota. Entre las diversas áreas municipales que tuvo que gestionar destacó sobre todo la de Urbanismo, una de las más importantes.
Con más o menos tranquilidad el PP lograba mantener una cita electoral tras otra la Alcaldía de Rota, hasta que en 1999 Felipe Benítez se cortaba la coleta y renunciaba a repetir como cabeza de cartel en Rota. Y todos los dedos corrieron rápido a señalar a Antonio Peña como su sustituto ideal.
Llegaba su momento, llegaba al fin la opción de ser alcalde de su pueblo, llegaba su sueño, pero las cosas no salieron como esperaba. Se quedó cerca, a un solo concejal de diferencia, pero en esos comicios locales de 1999 los roteños prefirieron la opción del socialista Domingo Sánchez Rizo. Siempre acompañado de su amigo inseparable Juan Antonio Liaño, Peña tenía que acomodarse por primera vez en los asientos de la oposición. Y aunque llegó a ver muy cerca la opción de una moción de censura, finalmente también se esfumó al borrarse a última hora el único edil de IU, Justo de la Rosa, de esa alianza a tres bandas con el PP y Roteños Unidos (RRUU) contra el gobierno socialista en minoría.
Antonio Peña intentaría de nuevo el salto a la Alcaldía cuatro años después, en las municipales de 2023, y su bagaje fue aún más pobre, pasando de ocho a seis concejales y siendo superado de nuevo por un PSOE de Sánchez Rizo que ganaba un edil más, quedándose con diez y a apenas un puñado de votos de la mayoría absoluta. Pero en esta ocasión al menos el PP sí pudo saborear las mieles del gobierno porque no tuvo reparo alguno en sellar una alianza con Roteños Unidos tras elevar a su líder, Lorenzo Sánchez, a la Alcaldía pese a ser la tercera fuerza de la ciudad con sólo cinco ediles.
Peña desistió ahí de ser alcalde de su pueblo. Lo había intentado pero había fracasado ya dos veces. Así que en 2007 le cedió la cabecera de la candidatura popular a Eva Corrales, se mantuvo como uno de los pilares del gobierno de coalición PP-RRUU y empezó a recoger su despacho cuando se iban acercando las municipales de 2011. Lo tenía claro: su etapa en política estaba expirando.
Pero llegó una llamada inesperada desde Chipiona. El PP de allí, hundido en la oposición con apenas cuatro concejales, le pedía ayuda, le rogaba que, en base a su experiencia, les instruyera para elaborar una candidatura y un programa electoral que, al menos, les permitieran remontar el vuelo. Y Peña aceptó, primero porque nunca ha sabido decir que no y segundo por cariño a Chipiona, la localidad en la que llegaba trabajando como médico de familia del SAS desde 1986, con su puesto en el centro de salud Doctor Tolosa Latour asegurado desde 1989. Y cuando ya había terminado su colaboración, cuando sólo faltaba que el PP chipionero eligiera a su número uno, llegó una segunda llamada, más inesperada aún. Antonio Sanz, uno de los referentes del partido en Andalucía y en la provincia de Cádiz, le pedía que asumiera él ese papel, que fuera él el candidato a la Alcaldía de Chipiona. Y Peña volvió a decir que sí, aunque tras una profunda reflexión. “Lo hablé con mi mujer, que no lo veía, pero la convencí con el argumento de peso de que no podía ser alcalde porque el PP tenía sólo cuatro ediles y el PSOE de Manolo García tenía mayoría absoluta. Es más, mi idea era estar sólo un tiempo y renunciar luego al acta de concejal”, desvela hoy.
Pero una vez más a Antonio Peña no le salieron las cosas como esperaba, aunque ahora para mejor. De manera imprevista, y aprovechándose de la ola a favor que llevó al PP en ese 2011 a unas cuotas de poder jamás vistas, Peña veía cómo los chipioneros confiaban ciegamente en él, el médico de cabecera de muchos vecinos. Y las urnas llevaban al PP a una victoria con ocho concejales, a uno sólo de la mayoría absoluta. Y aunque el PSOE le hizo la jugarreta de regalarle la Alcaldía de manera inesperada a la candidata de IU, Isabel Fernández, finalmente ésta renunció, cediéndole el testigo al candidato de la lista más votada. Antonio Peña se convertía así en alcalde de Chipiona y demostraba que si uno no podía ser profeta en su tierra, siempre quedaba la opción de serlo en su tierra de al lado.
Peña se mantuvo cinco años en la Alcaldía, porque también ganó en las elecciones municipales de 2015. Curiosamente en este tiempo tuvo que barrer para su casa adoptiva reclamando el derecho de Chipiona a recuperar terreno perdido cuando se hizo la delimitación territorial entre este municipio y Rota al proyectarse el complejo turístico de Costa Ballena. Peña pasó a defender todo lo contrario a lo que había argumentado siendo el delegado de Urbanismo en el Ayuntamiento roteño.
Él fue además un político poco convencional porque durante sus 29 años de servicio público jamás estuvo liberado al cien por cien en sus ayuntamientos y jamás tuvo una dedicación exclusiva a la política. Bien al contrario, nunca renunció a su profesión de médico y a su consulta en Chipiona “porque siempre tuve claro que la actividad política era algo pasajero y porque no quería depender de nadie”. “Mi escala de valores siempre fue intocable: primero mi familia, después mi profesión de médico y después la política”, ha recalcado en más de una ocasión.
Peña estaba a gusto como alcalde en Chipiona y le cogió un cariño tremendo a esta población pese a la paliza que le suponía estar por las mañanas en el Ayuntamiento y por las tardes en la consulta. Pero todo se quebró en octubre de 2016. La Justicia le obligaba a demoler 29 viviendas ilegales, un juez le amenazó incluso con condenarle por desacato si no firmaba la orden de ejecución de esas sentencias... y Peña se negó. Se negó pero yéndose, dimitiendo de alcalde para asombro de todos. Aún hoy no se arrepiente de aquello, “porque conocía a muchos de esos vecinos, que eran pacientes míos, y no podría después mirarles a la cara habiendo firmado la orden que tiraba sus casas en las que habían invertido sus ahorros”.
Con pena pero con un convencimiento total Antonio Peña dejaba la política hace nueve años. Y después se jubilaba igualmente como galeno. Pero, pese a ello, sigue aportando su experiencia como médico colaborando con varias asociaciones de la comarca que tratan las adicciones, uno de los campos de la sanidad que más ha estudiado y que más le apasiona. Multiusos hasta el final.
También te puede interesar
Lo último