Militares gaditanos siguen en La Palma: "Hemos transportado a más de 800 civiles afectados por el volcán"

Armada

Un tercio del Grupo Naval de Playa, con base en San Fernando, ayuda a los agricultores a llegar a sus plantaciones en zona de exclusión con sus lanchas de desembarco

Las lanchas de desembarco en uno de sus traslados marítimos. / Armada

Hace ya más de un mes que un tercio del Grupo Naval de Playa (GRUPLA) de la Armada se encuentra operando en La Palma, ayudando a los agricultores y trabajadores de la zona afectados por la erupción del volcán que aún no ha parado. “Hemos transportado a más de 800 civiles al punto de acceso de sus plantaciones desde el comienzo de las operaciones de transporte”, explican desde el equipo, al mando del capitán de corbeta José Carlos Cuadrado Ibañez.

Apenas sin descanso, el buque Castilla partió de Rota tras finalizar el ejercicio Flotex llevando a la isla a 29 personas del grupo naval con base en San Fernando y tres embarcaciones de desembarco LCM1E, que siguen allí trabajando. “El apoyo solicitado inicialmente por el Cabildo se limitaba a los regantes de plantaciones locales afectadas por las coladas del volcán, pero actualmente el apoyo se ha extendido a agricultores en general, normalmente empaquetadores del producto, y comerciantes y empresarios cuyos puestos de trabajo se encuentran en la zona de exclusión”, cuentan.

Se les ahorra un desplazamiento por carretera de más de dos horas de trayecto rodeando la isla, “ya que las vías directas de comunicación terrestre han sido cortadas por las coladas”. El apoyo de los militares gaditanos consiste en “abrir una vía marítima entre el puerto de Tazacorte y la playa de Puerto Naos y permitir así a los regantes y agricultores el acceso a sus plantaciones de una forma mucho más rápida”.

Para ello, apuntan, las lanchas del GRUPLA realizan varios trayectos diarios, en coordinación con el Consejo Insular de Aguas de La Palma, que facilita los listados del personal civil autorizado para utilizar el servicio prestado. “Además, se efectúa una coordinación estrecha con la dirección del PEVOLCA (Plan de Emergencias Volcánicas de Canarias) y el PMA (Puesto de Mando Avanzado), para conocer en todo momento las condiciones de la zona de exclusión”.

No es la primera vez el Grupo Naval de Playa participa en misiones humanitarias, ya lo hizo en las inundaciones del huracán ‘Mitch’ en 1998, en los terremotos de Haití en 2004 y 2010 o en la operación en 2005 tras el tsunami de Indonesia.

Pero para el Grupo Naval de Playa, que también trabaja con civiles en operaciones “más agradables” como el Plan Romero en Sanlúcar para cruzar el Guadalquivir, esta operación de las Canarias está suponiendo un hito histórico por una razón principal. Y es que este grupo es una unidad embarcable, lo que significa que su razón de ser es operar “desde un buque madre” y suele hacer lo desde los pertenecientes al Grupo Anfibio y de Proyección de la Flota, como el Juan Carlos I o el Castilla, en el que desembarcó en Canarias pero que ya regresó a Rota. “En esta ocasión operamos como una unidad desplegable, lo que supone un reto y un hito ya que por vez primera en su historia despliega en zona de operaciones cumpliendo la misión de forma totalmente autónoma e independiente de un buque anfibio”, señalan.

Esto, unido al “gran esfuerzo para el GRUPLA, que con un tercio de su dotación desplegada en La Palma debe seguir cumpliendo con sus cometidos diarios de adiestramiento y alistamiento para atender sus compromisos diarios en San Fernando”, le dan entidad a una operación cargada de acercamiento a los vecinos palmeros que están sufriendo las consecuencias de la erupción y que “nos muestran su enorme gratitud por el apoyo, por hacer un poco más fácil su día a día”.

“Pero lo que más impacta –cuentan desde el grupo– es ver que a pesar de estar sufriendo una situación tan dramática, tienen una capacidad de superación envidiable y una enorme entereza para afrontar el futuro con ilusión y esperanza. Es frecuente encontrar a personas que han perdido sus casas y que no tienen familiares en los que apoyarse porque sus familiares también vivían en fincas cercanas, que arrasadas igualmente por la lava, y aun así miran al futuro con optimismo”.

La misión de los militares gaditanos no tiene aún fecha de finalización. Se continuará con el apoyo en función de la “evolución de la situación y los apoyos necesarios”. De momento, afirman desde allí, “incertidumbre sería la palabra que mejor definiría la situación. “Incertidumbre de no saber cuándo llegará el fin de la erupción y hasta donde llegará el alcance de los daños que aún está provocando, para poder comenzar cuanto antes con la reconstrucción de la parte afectada y por consiguiente a la vuelta de la tan deseada normalidad”.

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