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Broncano
Cádiz/La Audiencia Provincial de Cádiz confirmó el pasado viernes la medida de prisión provisional para los seis hombres detenidos por la muerte de dos guardias civiles en Barbate, a los que el pasado 9 de febrero embistieron desde la narcolancha en la que viajaban.
La Sección Cuarta desestimó los seis recursos que los investigados interpusieron contra el auto de prisión dictado por el Juzgado de Instrucción número 1 de Barbate, encargado de las primeras pesquisas. En los seis autos desestimatorios, el tribunal alegó, entre otros motivos, el riesgo de fuga de los implicados, dada la gravedad de las penas a las que pueden ser condenados por dos delitos de asesinato, cuatro de asesinato en grado de tentativa, seis de atentado agravado, uno de contrabando y uno de resistencia grave a agente de la autoridad. Un riesgo que se acrecienta por su relación con el mundo del contrabando y las narcolanchas, que hacen "obviamente muy sencillo para una persona dedicada a esa actividad huir con esos medios a Marruecos u otro país norteafricano, eludiendo la acción de la justicia", señala el auto que confirmó la prisión para Francisco Javier M.P., el piloto de la narcolancha, también conocido como Kiko 'El Cabra'.
Ahora bien, en el auto relativo a David G.N. -otro de los tripulantes de la narcolancha- la Audiencia de Cádiz advierte que es necesario hilar más fino, pues no todos los investigados pueden ser considerados autores del doble asesinato.
El auto en cuestión dice así: "Ciertamente, y si bien no es este el momento de pronunciarse al respecto, si se mantienen los indicios hasta ahora existentes que conducen a que el recurrente no era la persona que pilotaba la lancha, es difícil, salvo de la continuación de la instrucción, imputarle responsabilidad por coautoría al fallecimiento y a las lesiones de los agentes que ocupaban la lancha que fue arrollada".
Se trata de un argumento que, en principio, podría extrapolarse a los otros detenidos, salvo al piloto de la goma, cuya implicación en la embestida a la zódiac del Instituto Armado estaría "más atada", según fuentes judiciales del caso.
Según las mismas fuentes consultada por este medio, Kiko 'El Cabra' declaró en instrucción que el día de los hechos recibió una llamada de "su jefe", quien le ordenó relevar a otra narcoembarcación que se encontraba fondeada en la desembocadura del río Guadalquivir. Así, siguiendo las instrucciones de su superior, acudió al lugar indicado para tomar el testigo (y el control) de la goma junto con otros dos compañeros (también investigados por las muertes de Barbate).
Es sabido que este tipo de embarcaciones dedicadas al tráfico de drogas, así como al transporte de combustible destinado a esta actividad ilícita, no tocan tierra para evitar su incautación, habida cuenta que desde el año 2018 las narcolanchas son "género prohibido", es decir, no se pueden fabricar, reparar, reformar, transportar, navegar, tenerlas o venderlas.
Kiko 'El Cabra' manifestó en fase de instrucción que, una vez se hizo con el pilotaje de la narcolancha, se refugió en el puerto de Barbate a consecuencia del temporal que azotaba ese día a la provincia de Cádiz y, especialmente, a su litoral.
Ya dentro del recinto portuario de la localidad jandeña, y según las citadas fuentes, la embarcación sufrió una avería. Por este motivo, el piloto llamó a su jefe y le contó el problema. Entonces, el cabecilla de la organización mandó a tres mecánicos al puerto de Barbate –todos miembros de la misma banda– en una pequeña embarcación para que arreglasen los daños. De esta forma, ya eran seis (los seis investigados) los tripulantes que viajaban en la narcolancha que posteriormente arrolló a la pequeña zódiac de la Guardia Civil, tal y como apuntan las pesquisas e indagaciones realizadas hasta la fecha.
El tribunal de la Sección Cuarta de la Audiencia de Cádiz rechazó los argumentos de las defensas de los detenidos, que afirmaron que fue otra narcolancha con cuatro motores la que embistió a la zódiac de la Guardia Civil y no la suya.
"Además de ser identificada por las ropas de los tripulantes, por sus dimensiones superiores a las de las demás lanchas que había en el lugar y porque portaba cuatro motores y dos antenas, la misma presentaba daños compatibles con la colisión con la embarcación policial y restos de pintura en dichos daños del mismo color que los de tal embarcación, por ello resultan compatibles", subrayó el tribunal en su auto con fecha del pasado viernes.
Para la Audiencia es "demasiado casual" que eso daños "sean de roces con rocas y la pintura, de estar junto a una boya roja", como indicaron los investigados. Sobre todo porque los daños "se hallan en el frontal y en la quilla de la embarcación, siendo por tanto compatibles con una colisión y con pasar por encima" de la zódiac de la Guardia Civil".
Por ello, “existen indicios” de que la embarcación que pilotaba Francisco Javier M.P. y en la que viajaban los otros cinco encarcelados, fue la que embistió a la de los agentes en “una colisión deliberada”, según se aprecia “con claridad” en las grabaciones de vídeo de los sucesos aportadas a la causa .
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