Auge, caída y autoexilio de Bibiana Aido
Historias de Cádiz-Herzegovina | Capítulo 21
El acoso sin piedad que le hizo el PP, un fallo de cálculo de Zapatero y errores propios apagaron la carrera política de quien hoy sigue siendo la ministra más joven que ha habido en democracia
La primera mujer en dirigir la cartera de Igualdad sólo duró dos años y medio en el cargo
Impulsó la primera ley de violencia de género y la ley de plazos del aborto y se despeñó con el mítico “miembros y miembras”
Una ex ministra Cum Laude
Bibiana Aido recibe un premio Menina por su labor contra la violencia de género
No es por quitarle la ilusión, ni mucho menos, pero si usted ha guardado como oro en paño ese décimo que ya ha adquirido y con el que espera convertirse en millonario en el próximo sorteo de la Lotería de Navidad que se celebrará dentro de dos meses y dos días, debe saber que parte con un 0,001% de probabilidades (una opción entre 100.000) de que ese décimo le reporte los 400.000 euros del Gordo. Es más, la probabilidad de que le toque el segundo premio y el tercero es en ambos casos la misma, un 0,001%, aunque aumenta un poco más si las expectativas van bajando a uno de los cuartos premios (0,002%), a uno de los quintos (0,008%), a la pedrea (1,79%) y al reintegro de los 20 euros que ha costado ese décimo (10% de probabilidades).
Y es que teniendo las cifras globales de este sorteo por delante, llegar a estos porcentajes no resulta algo muy difícil para quien tenga unas mínimas nociones de ese cálculo matemático que es la probabilidad. Pero en otras cosas de la vida todo esto se complica muchísimo más. Por ejemplo si, adentrándonos en el mundo de la política, se pregunta por las probabilidades que tiene uno de ser ministro en el Gobierno de turno. Ahí ese porcentaje se reduciría de manera extraordinaria. ¿Y si además la persona elegida fuera una treinteañera? Igualmente, porque que eso pase es muy complicado... salvo en esta provincia tan singular.
Al ir recordando en esta sección casos insólitos vividos en democracia en la política gaditana, sin duda un capítulo debe llevar el nombre de Bibiana Aido Almagro, la socialista de Alcalá de los Gazules que a día de hoy sigue siendo la ministra más joven que ha habido en democracia y que acabó su carrera política –quien sabe si de manera definitiva– por la presión sin piedad que ejerció sobre ella el PP, por un error de cálculo de Zapatero y también por errores propios que quizás solaparon sus aciertos.
Era el viernes 11 de abril de 2008. Por la mañana José Luis Rodríguez Zapatero había sido elegido por segunda vez presidente del Gobierno de España y por la tarde estaba cerrando ya la lista de sus ministros. De repente empezó a correr por los corrillos socialistas y por los medios de comunicación un rumor poco creíble pero que se fue agrandando con las horas: “Bibiana Aido va a ser ministra”. Y casi todos respondían lo mismo: “¿Bibiana? ¿Con lo joven que es?”.
¿Se puede ser ministra con 31 años y dos meses? Zapatero y Aido demostraron hace 16 años y medio que sí. Al igual que demostraron también que es posible sacarse de la chistera un Ministerio de nueva creación pese a no tener ni funcionarios, ni sede, ni un mínimo reglamento de funcionamiento interno, nada. Ese 2008 estaba viendo la luz por primera vez en España el Ministerio de Igualdad.
Cuando a alguien le toca el Gordo de la Lotería de Navidad, siempre hay reacciones contradictorias, con unos alegrándose de la fortuna de los premiados y con otros reconcomiéndose por la envidia. Por eso cuando Zapatero confirmó quién sería la primera ministra de Igualdad, es decir, que el Gordo le había tocado a Bibiana Aido, en el PSOE de Cádiz hubo dos reacciones. Por un lado hubo quienes advertían que, tanto por su juventud como por su inexperiencia, Bibiana iba a entrar en un terreno pantanoso en el que podía ser devorada por la oposición. Pero también es verdad que esta designación llevó una alegría inusitada a muchos dirigentes y militantes del socialismo gaditano, porque la provincia de Cádiz iba a tener a una representante sentada en el Consejo de Ministros pero también porque la agraciada era una joven muy valorada y muy querida en el partido.
En ese mes de abril de 2008 Bibiana Aido (y no Aído, porque la familia jamás le ha puesto la tilde a la i) empezaba a tener cierto peso en el PSOE provincial. Nacida en Alcalá de los Gazules en febrero de 1977 e hija del primer alcalde de la democracia en esta localidad, Francisco Aido, Bibiana empezó a crecer políticamente en las Juventudes Socialistas. A finales de la década de los noventa ya aparecía en las primeras listas electorales del PSOE, aunque sin lograr escaño. Y en paralelo se licenciaba en Dirección y Administración de Empresas por la Universidad de Cádiz. Y después vinieron dos años de trabajo en Unicaja y el salto a la política, primero como delegada de la Consejería de Cultura de la Junta en la provincia de Cádiz (2003-2006), donde relevó a Pepa Caro, y luego como directora de la Agencia Andaluza para el Desarrollo del Flamenco (2006-2008). Como ven, Aido llevaba ya un tiempo comprando papeletas y obteniendo premios de cierta enjundia.
Es más, cuando le tocó el Gordo de ser ministra, la dirigente alcalaína ya había cobrado una suculenta Bonoloto, porque en las elecciones andaluzas de marzo de 2008 su partido la había situado en el segundo puesto de la lista por Cádiz, por detrás de Manuel Chaves y, obviamente, logrando su escaño. El PSOE gaditano soñaba con promocionarla poco a poco en el Parlamento andaluz con vistas a que fuera su candidata a la Alcaldía de Cádiz en 2011, pero Zapatero varió todos los planes y Bibiana Aido sólo estuvo diez días como parlamentaria andaluza, desde la apertura de la nueva legislatura hasta que tuvo que renunciar al ser incompatible con el cargo de ministra.
En la Lotería de Navidad es habitual que familiares y amigos se intercambien décimos. A Bibiana le tocó el Gordo gracias a un décimo que le regaló Alfredo Pérez Rubalcaba. Porque el ministro del Interior, que ese 2008 se estrenaba como número uno de la lista del PSOE por Cádiz al Congreso de los Diputados, compartió en esa campaña electoral muchos mítines con Bibiana, y cuando Zapatero le planteó su deseo de contar con una mujer joven al frente de Igualdad, rápidamente Rubalcaba le dio su nombre. Y también hablaron bien de ella Chaves, Luis Pizarro y la entonces alcaldesa de Sanlúcar, Irene García, con quien Zapatero mantenía una buena relación.
Siempre que toca el Gordo se forma una fiesta en la Administración de Loterías que lo reparte. Y el nombramiento de Bibiana Aido trajo consigo una concentración de militantes socialistas en la sede de la gaditana plaza de San Antonio. Allí, acompañada por Cabaña y Pizarro, como hace cualquier premiado con el Gordo, la flamante ministra desvelaba en rueda de prensa sus sentimientos –“tengo ilusión y algo de vértigo”– y sus prioridades –“acabar con el machismo”– ante esta nueva etapa que se le presentaba. Y al igual que algunos premiados hacen regalos a los niños del colegio de San Ildefonso, entonces y siempre Bibiana Aido no ha escatimado elogios a Zapatero por su “valentía” al crear ese Ministerio de Igualdad y por apostar por ella. Porque Bibiana Aido sigue siendo la persona más joven en acceder a un Ministerio, algo que logró con 31 años y dos meses. Se le acercó pero no le quitó ese récord Irene Montero (Podemos), que llegó al cargo con 31 años y 11 meses. Pero el ministro más joven sigue siendo el falangista José Antonio Girón de Velasco, a quien Franco nombró ministro de Trabajo y Previsión Social cuando tenía apenas 29 años y que se mantuvo en el cargo desde 1941 hasta 1957.
Todo aquel a quien le toca el Gordo se enfrenta al dilema de decidir en qué invierte el premio. Bibiana Aido, feminista confesa, apostó por plantar cara al machismo y por impulsar la igualdad entre sexos. Entre sus éxitos está la aprobación de la primera ley contra la violencia de género y de la ley de plazos del aborto. Y al igual que los representantes de los bancos acosan a los premiados en el Sorteo de Navidad, a Bibiana Aido el PP no le dejó ni a sol ni a sombra. Este partido, por ejemplo, recurrió a los tribunales la referida ley del aborto y no fue hasta 2023, la friolera de 13 años después, cuando fue avalada por el Tribunal Constitucional.
Pero Bibiana también cometió errores, como esos premiados que hacen una inversión que no le da los resultados esperados. Fue cuando, por ejemplo, puso en marcha un extraño Teléfono de la Masculinidad que no dio los resultados esperados y, sobre todo, cuando en sede parlamentaria se refirió a los “miembros y miembras”, un sustantivo este último que ni estaba ni está en la RAE. La palabra fu eliminada de la transcripción en el diario de sesiones y lo que pudo ser un simple error fue agrandándose al intentar ser usado por la ministra como un ariete con el que quiso trasladar la imagen de una Real Academia Española de la Lengua casi inaccesible para las mujeres.
Tras tocarle el Gordo en 2008, Aido siguió comprando boletos para los sorteos siguientes. Y cuando Zapatero reorganizó su Consejo de Ministros en octubre de 2010, la joven socialista alcalaína volvió a resultar premiada, aunque entonces con un segundo premio. Azuzado por Europa, que le pedía que rebajara los gastos de su Gobierno debido a la crisis económica, Zapatero eliminaba varios ministerios, entre ellos el de Igualdad. Y Bibiana Aido, que ponía así a dos años y medio de ministra, pasaba a ser secretaria de Estado en un Ministerio de Sanidad, Políticas Sociales e Igualdad dirigido por Leire Pajín. Sin duda se trató de un error de cálculo de Zapatero, vista la importancia que el Ministerio de Igualdad ha tenido con posterioridad.
Hay gente a la que le cambia la vida cuando le toca el Gordo e incluso algunos hasta dejan su trabajo. A Bibiana Aido le pasó algo parecido porque a mediados de 2011, pocos meses antes de que el PSOE perdiera el Gobierno, abandonaba su carrera política y se trasladaba a Nueva York para ejercer como asesora especial de la directora ejecutiva de la Agencia de Naciones Unidas para la Mujer (ONU Mujeres), Michelle Bachellet. Y tras dos años asumiendo esta responsabilidad ya no abandonó la ONU, pasando a ser primero asesora de Programas para las Américas y el Caribe (2013-2017), después representante de ONU Mujeres en Ecuador (2017-2021) y desde hace tres años ejerciendo esta misma función pero en Colombia, donde se mantiene en la actualidad.
Dicen los que la conocen que está muy a gusto allí, en su autoexilio, que aún tiene muchos proyectos en cartera en pro de la igualdad y los derechos de las mujeres, que terminó muy quemada de su etapa política en España y que, aunque muchos siguen pensando en ella como una posible candidata en cualquier cita electoral, para nada le atrae esa opción... al menos a día de hoy. Es como si no necesitara comprar más lotería.
Y es que todo el que gana el Gordo de Navidad sabe que antes o después aparecerá el monstruo de Hacienda pidiendo lo que le corresponde. Bibiana Aido también tuvo que pagar su cuota por estar tan joven en la primera línea de la política. Parte de ese tributo seguro que le dolió, como las críticas, a veces brutales, que llegaron sobre todo desde su derecha, pero también desde su izquierda. Pero igualmente hubo críticas disfrazadas de ironía que a lo mejor le sacaron una sonrisa. Como aquella famosa coplilla de la agrupación callejera del Carnaval de Cádiz de 2011 Semana Cultural Versalles Viña que dejó perlas dedicadas a Bibiana Aido con un ingenio insuperable: “La igualdad consiste en donde dije Diego, Diega hay que decir”; “Sindicatos y sindicatas defenderemos la igualdad, y si yo cobro más que ustedes, eso es mejor dejarlo igual”; o “Mi despacho verde, el pasillo verde, eso es igualdad. Mis diez bolis rojos, mis diez bolis negros, eso es paridad. Esto no es tan fácil, pa esto hay que estudiar. No crean que ponen a cualquiera de ministra”.
Recuerden, un 0,001% de probabilidades. Y quedan dos meses y dos días. Bibiana Aido lo consiguió.
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