"Con una banca pública muchas pymes no se habrían asfixiado"

El dirigente de IU llama a la huelga del 29-S por un giro de la política socialista

Cayo Lara, en la calle Ancha, durante su reciente visita a Cádiz.
Juan José Marqués / Cádiz

04 de julio 2010 - 05:01

Agricultor, manchego, comunista, sindicalista agrario, coordinador federal de IU y "piquete informativo" de la huelga del 29-S, muy crítico con los medios de comunicación. Cayo Lara estuvo en Cádiz, a la que pone banda sonora de Carlos Cano, para hacer un llamamiento a la movilización del 29-S por un giro en la política económica del Gobierno socialista.

-Explique a quien aún no lo tenga claro por qué cree que hay que ir a la huelga el 29 de septiembre.

-Porque estamos sufriendo el ataque más duro de las últimas décadas al estado del bienestar, a los derechos de los trabajadores, conquistados durante años de lucha sindical, y a la propia democracia. Están en peligro muchas cosas. El capitalismo persigue una salida al desastre económico internacional que ha organizado. Y esa salida no puede ser un ataque. Tenemos un Gobierno que se ha entregado a la dictadura de los mercados, presionado por la derecha económica, la CEOE, y la política del PP. Zapatero ha atendido más al poder financiero y a los especuladores que han generado la crisis, que a los trabajadores que le llevaron a La Moncloa. No hay más que una salida contra la ofensiva del tijeretazo al gasto y a los salarios públicos, al pensionazo, al retraso de la edad de jubilación y al futuro copago de servicios esenciales. La huelga del 29-S tienen que ganarla la clase trabajadora y amplios sectores populares unidos en un basta ya al sistema financiero y al Gobierno, que tiene que girar su política hacia la izquierda para no seguir castigando a los más débiles.

-¿Qué espera antes del 29-S?

-Una toma de conciencia por parte de la clase trabajadora. Nos han vendido el individualismo como forma de vida y que la solución a la crisis está dentro del capitalismo. Pero, por vez primera, se empieza hablar de alternativas, del socialismo del siglo XXI. Son varias las generaciones de cerebros tuneados que no conocieron las luchas sindicales y las conquistas de derechos civiles. Por eso hay que hacer mucha pedagogía. Nos han vendido que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y que ahora hay que sufrir más para ser más felices dentro de veinte años. Eso no es verdad. De la crisis se saldrá, pero no con más sufrimiento para la clase trabajadora y mayores beneficios para los ricos. Es alarmante que haya crecido casi tanto el número de pobres en España como el de ricos en el mundo.

-¿Cree que el Gobierno podría dar marcha atrás en algo?

-Va a ser muy difícil. Con el trámite parlamentario, las medidas de recorte se van a endurecer más. La derecha del PP y el ala nacionalista ya están presionando. Dar marcha atrás significaría cerrar un acuerdo con los sindicatos y con la izquierda parlamentaria. Y lo que hace el PSOE es lanzar el mensaje de que con más votos de izquierda es posible que haya un gobierno del PP.

-La derecha llegó a pedir oficiosamente la huelga que ahora rechaza

-La derecha practica el oportunismo político. El PP presiona sistemáticamente al PSOE para que haga políticas de ajuste duro, léase los presupuestos de 2010, el recorte de 50.000 millones de las inversiones o el posicionamiento del FMI. Sin embargo, en el último momento, el PP se descuelga en el Parlamento y no vota las medidas que exige. Juega al acoso y derribo del partido del Gobierno y no presenta ni una sola alternativa seria a los problemas de los ciudadanos. Los sindicatos pensaron que los derechos de los trabajadores no estaban afectados, hasta que se produjo el tijeretazo y la reforma laboral. En esa coyuntura, la actitud de la patronal de Díaz Ferrán ha sido la de no aceptar ningún acuerdo porque le interesaba politizar el conflicto para que el desgaste lo sufriese el Gobierno. Díaz Ferrán apoyó al PP en la campaña electoral de 2003 y financió el partido en Madrid. Pero hay un momento en el que la derecha económica le susurra a la derecha política que una huelga general puede venirle bien porque sería pegarle un empujón definitivo al Gobierno para luego convocar elecciones anticipadas en favor del PP. Esa actitud cambia cuando ven que la huelga puede afectar a sus intereses y les paran los pies.

-¿Ve sólido el frente común IU-sindicatos?

-Coincidimos en el análisis del problema y en las soluciones alternativas para la salida de la crisis: pedimos al Gobierno que, en lugar de tijeretazos y de reformas laborales regresivas, busque dinero en la lucha contra el fraude fiscal, que haga una reforma fiscal progresiva y que pague más quien más gane y quien más tiene, que combata la economía sumergida y que saque a la luz el mercado negro laboral. Eso es lo que defiende IU desde la Asamblea Federal de diciembre de 2008.

-¿Cree de verdad que se puede acabar con el capitalismo?

-No va a ser fácil. El capitalismo, por su propia génesis, que es el beneficio propio e ilimitado, no tiene piedad. Ni entre las empresas la tienen: unas se comen a otras y todas se comen al planeta. Nos dicen que a nosotros se nos cayó el muro del socialismo real. Pero al capitalismo se le están cayendo muros a cada momento. No queremos que se produzca una refundación del sistema capitalista, sin importarle el deterioro del planeta. Hay alternativas.

-¿Qué hacemos con los bancos?

-No sólo han recibido dinero para resolver la economía de casino a la que han estado jugando, sino que no han aportado ni un solo recurso para la salida de la crisis. Se les tiene que gravar con impuestos para que contribuyan. Tenemos que impedir que, con las cajas de ahorro, que tienen en sus manos el 50% del esfuerzo de los ciudadanos de este país, se pueda cumplir el pacto entre PSOE y PP, que consiste en privatizarlas y bancarizarlas. Un modelo de desarrollo sostenible no es posible sin un cambio total de rumbo, con intervención estatal y una banca pública. Con ella, muchas pymes no se habrían visto asfixiadas por la gran banca.

-¿Qué sostiene la refundación de IU?

-El principio sigue siendo el mismo: socialismo o barbarie, es decir, la alternativa al capitalismo. Tenemos un edificio que ha resistido en tiempos muy complicados. Queremos ampliarlo, adaptarlo y modernizarlo, pero no se pueden perder los valores de una sociedad solidaria, justa, que redistribuya la riqueza. Además, hay que frenar el calentamiento del planeta. Tenemos que construir desde el tejido, social, sindical y ecologista. Hay un tronco que es historia de este país desde la lucha contra la dictadura. La estructura son las propuestas: la planificación democrática de la economía, la intervención de los trabajadores -esto lo dice la Constitución-, la banca pública, la intervención pública del Estado y el rescate estatal de sectores esenciales de la economía, como la energía. Construyamos un gran edificio con toda la gente que quiera generar un polo frente al neoliberalismo.

-¿A quién le gustaría volver a ver en IU y a quién no?

-No pienso en nombres. He vivido todas las crisis dentro del PCE y de IU y cada vez que ha habido una escisión, han venido a buscarme: "Cayo, vente con nosotros, que nos vamos al PSOE porque necesitamos la pluma para escribir las leyes y ponerlas al servicio de los trabajadores". Después de 30 años escuchando estos cantos de sirena, estas tentaciones, ¿hemos conseguido que el PSOE gire a la izquierda? ¿quién queda tras tanta transfusión de sangre roja? Ahí están , entregados a los brazos del capitalismo. Que vuelva quien quiera hacerlo, pero no con la vieja cantinela del abrazo en la casa común del socialismo democrático. Tenemos que generar un polo alternativo con mucha nitidez. Y ahí todo el mundo tiene las puertas abiertas. No quiero ver a nadie en IU capaz de cambiar por dinero o por poder.

-Las transfusiones de votos ¿pueden implicar cierto riesgo?

-La transfusión que se tiene que producir es la de esa base social del PSOE que ha confiado en Zapatero y que ha visto frustradas sus expectativas. Debía de haber alguna ley, que tipificase como delito el incumplimiento de las promesas electorales. Lo que está favoreciendo al PP son las políticas de recorte del PSOE, que le está haciendo el trabajo sucio al PP.

-¿Ve necesario adelantar las elecciones?

-No, ahora hay que presionar para que Zapatero cambie la política económica de España. Y para eso hace falta que la gente empuje y diga hacia dónde: si a la derecha o a izquierda.

-Diga algo que piense que no va a publicar este periódico.

-Lamento que haya muy buenos profesionales trabajando en medios de propietarios con intereses comerciales muy por encima de la búsqueda de la verdad ¿Por qué hay medios que en mitad de la crisis no han cerrado? ¿No será que interesa al poder económico mantenerlos aunque no sean rentables porque controlan los cerebros de los ciudadanos para inculcarles el pensamiento del poder dominante? Espero que algún día los profesionales de los medios públicos y privados tengan la libertad suficiente para cumplir con el objetivo de buscar la verdad, descubrirla y después contarla.

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