La Base de Rota se reforzará con un nuevo sistema de defensa contra drones

La Armada ha adquirido un nuevo sistema de defensa antidrones para la protección de la Base Naval de Rota. A través de una contratación iniciada por la Dirección de Gestión Económica de la Jefatura de Apoyo Logístico, se ha ajudicado la compra de un sistema contra sistemas áereos no tripulados (C-UAS), "que refuerce las capacidades de autodefensa de los buques e instalaciones de la Armada" en las instalaciones roteñas, las más importantes de la marina española y también de importancia estrátegica para los EEUU y la OTAN.

Según consta en la memoria justificativa de la adjudicación, y que se puede consultar en la Plataforma de Contratación del Sector Público, "en los últimos años la Armada ha estado analizando las distintas alternativas para disponer de una cierta capacidad de defensa" contra estos vehículos aéreos. "La actual se alcanzó en 2019 y consiste en cinco sistemas completos compuestos por maletín de detección (DJI Aeroscope) y fusiles inhibidores portátiles Drone Defender y desde entonces, por diferentes circunstancias, no ha sido posible potenciar esta capacidad de manera autónoma desde la Armada", explican.

Pero la constante evolución de este tipo de amenazas también en territorio nacional, "hace necesaria la adopción de soluciones interinas y urgentes que permitan alcanzar una mínima capacidad C-UAS hasta la llegada de los sistemas definitivos a través de los programas conjuntos de obtención en curso". Así se ha adjudicado a la empresa Target Tecnología la compra de su sistema antidrones por un valor de 520.000 euros, una contratación que se cerró este mes de noviembre.

La empresa, con 25 años de experiencia en ofrecer servicios innovadores de ciberseguridad y defensa, cuenta con el EnforceAir 2, que proporciona capacidades C-UAS mejoradas, ampliadas y extendidas, con aún más potencia. Según explican en su web, "es la solución contra drones insignia de D-Fend Solutions y la tecnología líder en la industria basada en radiofrecuencia (RF) ofrece capacidades avanzadas para superar los desafíos de los drones no autorizados en tods los despliegues y sectores".

Las instalaciones gaditanas reforzarán así su seguridad en un momento en que las amenazas contra las bases o contra las unidades navales son una realidad, como se ha visto por ejemplo con los mensajes lanzados desde Rusia tras el conflicto vigente por la guerra de Ucrania.

Defensa para las fragatas de la operación Atalanta

Pero la Armada no sólo piense en mejorar los sistemas de defensa contra este tipo de vehículos a sus bases, también lo viene haciendo en los últimos meses a sus unidades navales, como se ha visto con la fragatas de la clase Santa María, las que habitualmente se despliegan para la operación Atalanta.

Y que es la situación en el Mar Rojo está obligando a reforzar las capacidades de autodefensa de los buques de la Armada que participan en operaciones en la zona, como es el caso de la de la piratería, que hasta ahora no disponían de ninguno. "La proliferación de los UXV (drones, tanto aéreos como de superficie) por parte de las diferentes facciones presentes en este escenario, hace imprescindible la adquisición de un sistema capaz de enfrentar con garantías estas amenazas", apuntaba la Armada en la contratación, y apuntaba a la necesidad de proporcionar tanto capacidad soft-kill como hard-kill.

La Armada mostró como la Santa María -ahora en alerta vigilando a un buque secuestrado por piratas en Somalia- se hacía a la mar para probar sus nuevos sistemas Crow y Guardian 2.0, previo a su despliegue en la operación. Se trataría de un sistema nacional antidrone soft-kill y hard-kill concurso de las empresas Indra y Escribano Mechanical and Engineering. Estas empresas aportan las partes soft-kill y hard-kill, respectivamente, estando esta última destinada a su instalación sobre las estaciones de armas Sentinel 2.0 fabricadas por Escribano, actualmente instaladas a bordo de fragatas FFG.