El Camino de Santiago más inclusivo y real, de la mano de AFANAS Cádiz

Hace siete años una idea de proyecto quedó en el aire pero este 2024 se rescató bajo la responsabilidad y compromiso de llevarlo a cabo

"Yo les notaba con mucha fuerza mental. Intentábamos que ellos entendieran el camino", expresa Irene

Nueva edición de la Escuela de Verano de Afanas en El Puerto

Grupo de Afanas Cádiz que realizó El Camino de Santiago 2024 / DC
Ángela Torres

20 de julio 2024 - 07:00

Afanas es una asociación de ayuda a personas con discapacidad intelectual y sus familias, que aparte de ofrecer diversos programas y actividades se vuelca con los usuarios traspasando las fronteras de las obligaciones profesionales. Este julio lo ha demostrado una vez más dando un paso más en la inclusión.

En 2017 uno de los compañeros, Pepe, presentó un proyecto que se quedó sin respuesta hasta años después, cuando se decidió retomar esa idea ya desmenuzada por Pepe anteriormente. En la reunión de autogestores se toma la decisión de mandar una misiva informativa a las familias para realizar un sondeo de cuántas personas querrían y podrían unirse.

Gracias a Irene Díaz (psicóloga), Pepe Gallart (auxiliar de enfermería) y Mariló Manzanedo (directora) tiempo después el Camino de Santiago ya no sería solo un proyecto sobre el papel sino que ahora tenía 18 nombres y rostros que iban a encabezarlo, además de una fecha: 2 de julio.

La opción elegida fue el camino portugués: "Nos dijeron que era el que menos afluencia tenía en esa fecha", comentaban los responsables de la actividad. Caminaron un total de seis etapas entre los días 2 y 9 de julio, teniendo como punto de partida Vigo y visitando algunos de los destinos coincidentes en su recorrido y que parecían "un cuento de hadas", expresaba parte del grupo. Padrón o Cangas del Rey fueron dos de las visitas entre caminatas.

La entidad que tuvo una gran presencia en este viaje fue Discamino, una asociación bajo el lema DisCamino nació para ayudar a cumplir el sueño de llegar a Santiago. Irene, una de las tres responsables del viaje agradecía enormemente por su trabajo y apoyo a Javier de Discamino, a la Oficina del Peregrino y al Xacobeo, sintiéndose muy satisfecha con todo el desarrollo.

Al principio muchos del grupo creían firmemente que no lo iban a conseguir, que era imposible...pero finalmente la realidad estuvo muy lejos de ese pensamiento.

"Me ha gustado mucho", comentaba Amparo, una de las usuarias, pero no la única porque esta afirmación se repetía entre los chicos y chicas. "Ha sido muy duro", exponía Carmen, a lo que Irene contaba que no había habido preparación física, por lo que todos se enfrentaron a un reto físico. A esto, Pepe añadía que había usuarios en los que la falta de psicomotricidad era algo a destacar pero aun así el afán de superación siempre estuvo latente en cada uno de los participantes, ya que tal y como comentaba Mariló. "Hemos hecho muy buena piña. Había un sentimiento de camarada".

Foto del grupo Afanas Cádiz durante el camino 2024 / DC

Otro punto a destacar es la sensación de los propios usuarios de sentirse realizados y ser plenamente conscientes que aún teniendo dificultades han conseguido empezar y acabar un camino que no es un paseo entre algodones. El reflejo de ello es Ezequiel, quien manifestaba su disfrute en la actividad: "me he sentido muy orgulloso".

Las anécdotas no han faltado a la hora de contar el viaje y es que incluso días antes de preparar las maletas, las historias para contar ya nacían, como el día que fueron a comprar ropa deportiva al Decathlon con los usuarios de resi. Esta idea "también es una manera de acercarles desde el principio a la aventura", una aventura que revivían una y otra vez como si fuera la primera.

Irene, Mariló y Pepe se sinceraban contando que este viaje les ha unido, además relataban algunos de los grandes desafíos a los que hacían frente cada mañana al despertar: los horarios, el cambio de albergue, la gestión de emociones pero no solo la de los chicos sino la autogestión también. En un viaje como este "hay que tener control sobre un montón de cosas", comentaba Irene.

La hora media a la que los peregrinos suelen comenzar a andar puede rondar entre las seis y siete de la mañana. Sin embargo, otro desafío al que se exponía nuestro grupo eran los horarios. Estos debían ser flexibles porque ponerse en marcha a las siete de la mañana era algo impensable, ya que había que movilizar a todos y hacer maletas. Por ello, las nueve de la mañana era el momento idóneo para caminar, aunque más tarde debiesen improvisar las comidas porque los restaurantes estaban cerrados. Este pequeño incoveniente es casi imperceptible para los chicos a la hora de rememorar su viaje.

El deporte ha sido un concepto tangible, ya que el sacrificio y el ponerse al límite podría resumir perfectamente esta aventura. La psicóloga percibía las grandes capacidades que el grupo estaba desarrollando, ya que "Yo les notaba con mucha fuerza mental. Intentábamos que ellos entendieran el camino". Las emociones estaban a flor de piel y los picos emocionales no escasearon sino que se hicieron notar. Sin embargo, la calma se mantuvo, la paciencia se hizo presente y las distendidas charlas eran una rutina para que todos comprendiesen la situación, lo cual provocó que la semilla de la solidaridad y empatía creciese cada vez más, en especial con aquellas personas que iban más retrasadas en el camino.

El primer día, el cambio de albergue provocó mil dudas y preguntas en los usuarios, ya que asimilar que cada noche dormirían en un lugar distinto los desconcertaba y desligaba de su rutina. No obstante, la pregunta '¿por qué?' evolucionó a que comentaran entre todos qué sitio les había gustado más, dejando atrás la preocupación por desplazarse cada amanecer. Una vez más se superaron a sí mismos.

Una de las anécdotas que contaron es cómo daban las buenas noches a los peregrimos en los albergues y es que uno de ellos aprendió nada más que ¡cinco idiomas! Ezequiel era uno de los chicos que más levantaba el ánimo al grupo y a la hora de dormir daba las buenas noches en el idioma de los peregrinos que hubiese esa noche. Portugués, Italiano, Ezequiel rompió las barreras lingüísticas.

Durante todo el tiempo que pudimos estar con este grupo de chicos y chicas llenos de vida, las sonrisas y anécdotas no faltaron y, además, de ser su alegría contagiosa, las ganas de repetir de alguno invitaban a irte con ellos.

La perseverancia de cada uno de los responsables refleja la pasión por su trabajo, así como el compañerismo, esfuerzo y superación que cada uno de los 18 integrantes lleva consigo.

Afanas Cádiz logró comenzar y acabar El Camino de Santiago más inclusivo y real para personas con discapacidad intelectual.

Parte del grupo que realizó El Camino de Santiago 2024 / Jesús Marín

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