El campo de Chipiona clama auxilio tras los destrozos por las lluvias: "Los agricultores están teniendo que despedir a sus trabajadores"

COAG cifra en un 35% las pérdidas en la producción aunque el sector de la flor cortada garantiza el abastecimiento para la Semana Santa y las fiestas de primavera

El Ayuntamiento eleva a la Junta y al Ministerio un informe estimando un perjuicio cercano a los 197.000 euros

El alcalde de Chipiona solicita a la Junta una reunión urgente para abordar la crisis del sector agrícola tras las borrascas

Más de 400 hectáreas de producción inundadas en los cultivos de Chipiona afectan a decenas de agricultores de la Costa Noroeste.
Más de 400 hectáreas de producción inundadas en los cultivos de Chipiona afectan a decenas de agricultores de la Costa Noroeste. / D. C.
Manuel Reina

25 de marzo 2025 - 07:00

El mes de marzo está siendo un auténtico calvario para los trabajadores del campo en la Costa Noroeste. Las lluvias, siempre tan demandadas y muchas veces añoradas por los agricultores y sus cultivos, se han convertido en una pesadilla debido a los destrozos e inundaciones provocados por las sucesivas borrascas que han azotado la provincia gaditana. El sector de la flor cortada, cuya principal vía de producción se encuentra en la Costa Noroeste de Cádiz, está sufriendo un verdadero drama con la pérdida de más del 35% del producto. Pese a ello, desde las asociaciones lanzan un mensaje de tranquilidad de cara a la Semana Santa, asegurando que "Chipiona tiene mucha superficie cultivada de flores y vamos a poder abastecer todas las fiestas de primavera".

Luis Manuel Rivera, responsable de flor cortada de COAG —Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos— Andalucía, expone en Diario de Cádiz la trágica situación que están atravesando los agricultores en Chipiona. "Muchos han tenido que despedir a trabajadores", explica, añadiendo que este problema afecta no solo al campo, sino también a los sectores que dependen directa o indirectamente de la producción, como transportistas, intermediarios y comercios. Ya se contabilizan más de 400 hectáreas bajo agua, con algunos cultivos donde "hay más de medio metro de agua".

El principal culpable de esta situación es la subida del nivel freático, que, con las lluvias, ha aumentado, provocando inundaciones en numerosos cultivos. Con más del 35% de la producción de la producción pérdida y unos daños aún incalculables, la preocupación es creciente. "Hemos habilitado desde COAG una oficina para valorar los daños de los afectados y poder ser más precisos en la estimación final", matiza Rivera.

El responsable agrario explica que muchos agricultores lo han perdido todo y actualmente se encuentran sin poder trabajar, viéndose obligados a despedir a sus empleados. Incluso advierte que algunos están atravesando episodios de depresión. "No quieren salir de su casa; llegan y ven las flores perdidas", lamenta. Jesús, un joven agricultor de poco más de 30 años, hace visible el drama que está afectando a muchos compañeros: "Tenía tres personas a mi cargo que he tenido que despedir". "Esto es una ciénaga", añade con impotencia, explicando cómo sus proyectos y objetivos se desvanecen a causa de las inundaciones.

Jesús, agricultor, muestra el estado de inundación de uno de sus cultivos.
Jesús, agricultor, muestra el estado de inundación de uno de sus cultivos. / D. C.

"He heredado los cultivos de mi padre, y él me ha explicado que no es la primera vez que ocurren estas inundaciones", comenta Jesús, quien, además de pedir ayudas directas y urgentes, solicita que las administraciones trabajen cuanto antes en medidas de prevención. "Hay que canalizar este agua para que llegue a la playa, que para eso la tenemos al lado", protesta.

Por su parte, la Delegación de Agricultura del Ayuntamiento de Chipiona afirma a este medio que este mismo lunes mantuvo una reunión con el delegado territorial para tratar, entre otros asuntos, el del acuífero y la necesidad de un plan hidrológico que prevenga estas terribles consecuencias para el campo de Chipiona. Laura Román, delegada municipal, explica que desde 2021 han estado trabajando en una solución, aunque han existido discrepancias debido a los continuos trámites y obstáculos con los técnicos y la Comunidad de Regantes. Según la delegada, en esta ocasión sí hay buena sintonía con los técnicos y la delegación territorial para que, a medio plazo, "el agua no se quede estancada en el acuífero y pueda ser evacuada".

Pérdidas de 197.000 euros que dificilmente llegarán al campo

Sin embargo, el responsable de COAG Andalucía y los agricultores insisten en la necesidad de ayudas urgentes. "Para mañana", reclaman. "No podemos estar con la incertidumbre de proyectos y estudios que se dilatan en el tiempo. Hay agricultores que no pueden planificar la temporada de los santos —la más importante para el sector— porque no saben si van a tener flor", advierte Rivera. "Necesitamos sacar el agua ya", insiste Jesús. Este grito de auxilio, sin embargo, no parece que vaya a traducirse en soluciones inmediatas, ya que la propia delegada de Agricultura advierte sobre la complejidad de la situación. "Desde el gobierno local estamos elaborando un informe para ver cómo podemos ayudar a los perjudicados, pero la interventora nos comunica que hay pocas opciones", lamenta. Además, explica que se va a remitir un estudio a la Junta, que lo elevará al Ministerio, informando de una pérdida cercana a los 197.000 euros.

Por otro lado, el pleno del Consistorio aprobó la pasada semana por unanimidad la solicitud de declaración como Zona Catastrófica, lo que permitiría recibir ayudas estatales. No obstante, la delegada no muestra demasiadas esperanzas en este trámite: "Con la normativa actual, tiene que haber más de un 30% afectado en la zona, y solo hay contabilizadas pérdidas en 18.000 metros cuadrados".

A pesar de la dramática situación que atraviesan los agricultores de Chipiona y la urgente necesidad de que las administraciones actúen con ayudas directas y soluciones estructurales para evitar futuros desastres, el sector de la flor cortada mantiene la firmeza de que la Semana Santa y la temporada de primavera no corren peligro. La amplia superficie cultivada y la capacidad de los productores aseguran el abastecimiento de flores para todas las festividades. Sin embargo, esta catástrofe pone de manifiesto la imperiosa necesidad para trabajar en la prevención y cuidados de un sector clave para la economía local.

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